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Actualizado: 01/07/2024 13:46

Lo que dejó 2007

Incertidumbre y esperanza

Habla la disidencia (II): Los cubanos están siendo tratados como pasajeros de un avión secuestrado, pero el cambio es posible.

Durante años, muchos cubanos han deseado una vida diferente: el fin del orden totalitario o, simplemente, cambios. Dentro y fuera de Cuba, periodistas, intelectuales, políticos y personas de otras profesiones, especulan sobre si es una mayoría de los cubanos la que realmente quiere cambios. Así tratan de justificar sus propias "posiciones" o intereses vinculados al poder establecido. La discusión sería interminable.

Pero ahora, en este último año y medio, especialmente en este 2007 que ya pasa, hay algo nuevo: todos los cubanos, de todas las posiciones políticas y experiencias, creen que el fin de este régimen es posible y va a ocurrir.

Estas ideas, por lógicas que parezcan a los que no han vivido dentro de la cultura del miedo, eran sueños para muchos, y para otros existía una barrera que les impedía formarse una imagen sobre esta posibilidad.

Por lo tanto, algo nuevo es que los cubanos saben que "esto se acaba". La palabra "esto" tiene una connotación muy abarcadora que los cubanos decodifican muy bien y que, por tanto, no es el objeto de este artículo.

Volvemos a la polémica de si los cubanos quieren o no cambios y nuestra respuesta es: pregúntenselo. Pero no en una asamblea en la que se otorgue la "gracia" de poder hablar críticamente —como una ocasión única—, mientras continúa la represión, la intolerancia, las detenciones, y continúan en prisión muchos cubanos sólo por defender los derechos humanos, entre estos, el derecho a expresarse libremente.

En varios países de Latinoamérica se ha dirigido esta pregunta al pueblo a través de referendos. Esto es lo que pide el Proyecto Varela. Es la vía para que los ciudadanos puedan trazar el camino y decidir por voluntad soberana sobre la nueva etapa en la vida de la nación. Sin embargo, los cubanos no pueden mirar hacia su futuro y verlo claramente. Existe una muralla de desinformación y negación de la visión del futuro que ha tendido el propio régimen, mientras especula y juega al futurismo sin luz.

Sondas hirientes

Se destapan personajes oficiales y oficiosos del mundo intelectual que hablan como "críticos autorizados", mientras descalifican a los demás. Los cubanos están siendo tratados como pasajeros de un avión secuestrado, donde la tripulación simula un viaje normal; pero los pasajeros ni siquiera pueden preguntar: ¿adónde vamos? Y si preguntan, les dicen cualquier cosa menos una respuesta.

Pero esa nave es Cuba, nuestra casa, nuestro hogar, nuestra historia, la de cada persona y cada familia, es nuestra vida, la de todos los cubanos. Se trata al pueblo como si lo único importante en esa nave fuera la tripulación y como si todos estuvieran en ese viaje para celebrar la tripulación y aplaudir cada experimento de un itinerario que parece que no existe. El asunto es que ellos tienen que comandar y dirigir la nave. Eso ha sido y es apropiarse de la vida de la gente.

Es importante que los cubanos tomemos todos conciencia de nuestra dignidad y derechos, de nuestro valor como seres humanos y del de nuestros hijos. El ser humano no se puede reducir ni explicar solamente en categorías políticas, pero el poder político sí puede reducir al ser humano cuando trata de anular o dominar toda la persona, todas sus dimensiones. Esta ha sido la historia de los cubanos, resistiendo y luchando —consciente o inconscientemente—, durante las últimas décadas, por "ser humanos".

De cara al nuevo año 2008, levantando la cabeza y mirando hacia el porvenir inmediato y más allá, los cubanos debemos proponernos ser dueños de nuestras vidas; no para destruirlas, ni destruir la del prójimo, sino para hacerla más plena, haciéndola más libre, humana y fraterna. ¿Está esto relacionado con lo dicho en el párrafo anterior?

Sí. Con toda intención. Porque hoy, mientras los cubanos quieren cambios y superar esta etapa, comenzar una nueva vida y dejar atrás miedos, odios y restricciones de todo tipo, encontramos muchas amenazas a esas aspiraciones legítimas. Mientras nos dicen como sentencia "socialismo o muerte", se lanzan desde el poder impuesto, especialmente desde su componente intelectual y mediático, muchas sondas que no por falta de definición son menos hirientes a la dignidad de los cubanos.

Hablan de cambios, de mejoras en algunos servicios, de errores pasados, como si fueran culpa del pueblo o como si ya hubiese cambiado el gobierno, de posibles correcciones y del nuevo socialismo. Dicen que el de este siglo, como si alguna vez nuestro pueblo hubiese escogido libremente el socialismo, que desde que lo importaron ya era viejo. Hablan como si ahora comenzara la etapa del socialismo bueno o del totalitarismo eficiente. Algunos extranjeros nos preguntan —y nos insultan— si con esas mejoras y algunos cambios económicos los cubanos ya no estaríamos contentos.

¿Y por qué no los derechos?

Puede haber diferentes visiones sobre el pasado, sobre el presente, diferentes posiciones sobre si debe haber ciertos cambios, y su alcance; diferentes visiones y propuestas sobre esos cambios, posiciones políticas y también experiencias. Pero en lo que todos debemos estar de acuerdo es en que tenemos derechos por ser seres humanos y, por lo tanto, deben ser garantizados por las leyes y respetados por el gobierno, la sociedad y por todos los ciudadanos.

A lo dicho anteriormente es a lo que los cubanos llaman "cambios". Verdaderos cambios en la vida política y social, con organizaciones y partidos políticos, y no sólo los comunistas (que tampoco son libres). ¿Por qué no?

Los cubanos no se deben dejar sumergir en el complejo de que practicar los derechos civiles y políticos es un pecado o un bien sólo para otros pueblos y otras culturas, y que para nosotros con salud y educación gratuitas ya basta. Esta es una concepción reaccionaria que ha prevalecido por imposición y no por la voluntad de los cubanos. Los cubanos quieren y pueden mantener la salud y la educación gratuitas como derechos, pero de manera que estos bienes no se usen como argumento para negar otros derechos.

La Declaración de Libertad de los Cubanos, que emitimos el día 22 de noviembre cuando fundamos el Comité Ciudadano de Reconciliación y Diálogo, comienza afirmando la mayor verdad, que define lo que quieren los cubanos: "Nosotros los cubanos queremos la libertad" (www.oswaldopaya.org).

Renace la esperanza porque sabemos que estamos en el entorno del cambio, porque los cubanos quieren esos cambios. Los derechos no son simples conceptos. Lo que ha sufrido nuestro pueblo, en gran medida, ha sido porque se han anulado los derechos de los cubanos. El diálogo, la reconciliación, el perdón y la concertación democrática sólo son posibles si todos pueden expresarse libremente y tienen un lugar digno en la sociedad, sin exclusiones.

Si queremos cambios, tendremos que lograrlos nosotros mismos, y no esperarlos de parte de nadie. Tendremos que diseñarlos nosotros mismos, los cubanos. Y lo estamos haciendo. Así no habrá más incertidumbre, porque nosotros, el pueblo, diremos cómo queremos transitar esta nueva etapa de nuestra historia. Y esto es posible.

El camino para el cambio es el reclamo pacífico y cívico de los derechos. Sólo logrando que la ley garantice la libertad de expresión y asociación, la libertad económica y elecciones libres, podremos los cubanos decidir sobre nuestro destino. Por lo tanto, el primer objetivo son los derechos. Pero si antes no abrimos el corazón y las mentes, con espíritu fraterno y solidario, no lograremos los derechos, o de nada serviría que los escribieran en un papel.

Recuerden que muchos hermanos nuestros están en prisión, precisamente por defender y promover los derechos de los cubanos. Su liberación será el primer paso que anunciará la justicia y que los cambios que vienen son verdaderamente por el bien del pueblo.

Una nueva luz se levanta sobre Cuba, que empieza a renacer. Una nueva luz se levanta sobre un pueblo que libre quiere ser. Este tiempo de Navidad anuncia que como hijos de Dios nacimos para vivir como hermanos, libres y en paz, y por eso anuncia también que es posible lograrlo. Eso es lo que ahora sabemos los cubanos: "que podemos lograrlo". Feliz Navidad. Feliz año 2008. Dios bendiga a todos los cubanos dondequiera que estén, y a todos los pueblos del mundo.

© cubaencuentro

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