Actualizado: 28/06/2024 0:13
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Felipe Pazos, Keysenismo, Economía

El economista que decidió no trabajar para el castrismo

Cuando se habla de la intervención gubernamental en la economía cubana durante el periodo 1940-1952, hay que necesariamente mencionar al doctor Felipe Pazos

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Quiero referirme a un comentario —o aporte— que el economista Manuel Noda hizo a propósito de mi artículo “Cómo intervenía el Estado en la economía” (Cubaencuentro, 13/05/2024). Pienso que el Sr. Noda enriquece mi artículo cuando destaca el papel que el economista Felipe Pazos jugó como promotor del keynesianismo en Cuba y América Latina, para bien y para mal.

El doctor Felipe Pazos quizás sea más conocido por haber negociado la entrevista que el periodista Herbert L. Matthews, del New York Times, hizo a Fidel Castro en la Sierra Maestra en el año 1957. Sin embargo, cuando se habla de la intervención gubernamental en la economía cubana durante el periodo 1940-1952, hay que necesariamente mencionar al doctor Felipe Pazos.

Graduado de economía en la Universidad de La Habana en el año 1932, el doctor Pazos pronto ganó reconocimiento por su talento y erudición en cuestiones de economía, a tal punto que fue escogido, junto a otros, para representar a Cuba en la conferencia Bretton Woods, celebrada en julio de 1944 en la ciudad que lleva ese nombre, localizada el estado de Nuevo Hampshire, Estados Unidos.

Se sabe que en esa conferencia participaron los economistas, empresarios y estadistas más importantes del mundo en esa época. También vale subrayar que el keynesianismo dominó los debates en el evento, y que el propio John Maynard Keynes asistió y participó activamente en esos debates y deliberaciones como líder de la delegación británica. Seguramente el joven economista cubano quedó muy impresionado.

En aquel entonces parecía que el keynesianismo había triunfado sobre el laissez faire clásico de Adam Smith, no solo en Estados Unidos de la mano de Franklin D. Roosevelt, sino también en la Alemania hitleriana, específicamente durante el periodo 1932-1941. A esa Alemania hitleriana le fue tan bien con su versión del keynesianismo que no solo logró controlar la hiperinflación de la década del 1920, sino que en apenas cinco o seis años se recuperó económicamente y se rearmó militarmente de tal manera que casi conquistó toda Europa. La Alemania hitleriana ocupó Francia —potencia económica—, y casi le gana a Gran Bretaña —otra potencia— de no haber sido por el error de Adolfo Hitler al invadir la Unión Soviética, así como la entrada demorada y tardía —pero decisiva— de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial. Así de poderosa fue la economía hitleriana[i].

Desconozco si el doctor Pazos habría abrazado el keynesianismo antes de asistir a la Conferencia Bretton Woods. No obstante, me atrevo a especular que salió de allí persuadido de que los argumentos económicos de John M. Keynes podrían ser aplicados a la economía cubana, particularmente en cuanto a su diversificación económica, tanto para la exportación como para el consumo interno.

Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) es resultado directo de la Conferencia Bretton Woods, y fue concebido sobre los preceptos del keynesianismo. El doctor Pazos trabajó en el FMI desde el año 1946 hasta el 1949, donde fundó, junto a otros economistas, el departamento de economía latinoamericana. Desde ese departamento asesoró a varios gobiernos latinoamericanos y a los gobiernos “auténticos” de Grau San Martin y Prío Socarrás. Además, junto Raúl Prebisch, Carlos Sanz y Felipe Herrera entre otros, sentaron las bases para la creación de la CEPAL en febrero de 1948, y desde allí lanzaron la “teoría” conocida como industrialización para la sustitución de importaciones (ISI) que por un tiempo rigió sobre latinoamericanas.

Financiar la diversificación de la economía cubana

El doctor Pazos regresó a Cuba en el año 1949, y en el año 1950 fundó el Banco Nacional de Cuba (BNC). Con este pretendía o prometía financiar la diversificación de la economía cubana, por entonces basada y/o centralizada en la industria azucarera. De hecho, uno de los conflictos políticos más recurrentes en la Cuba republicana ocurría entre la industria azucarera y la no azucarera. Los azucareros decían, sin azúcar no hay país, mientras que los no azucareros se quejaban de, entre otras cuestiones, la falta de atención —léase proteccionismo— que los gobiernos cubanos les daba. Para el doctor Pazos y muchos otros economistas y politólogos cubanos, las crisis cíclicas de la economía cubana estaban relacionadas con las altas y bajas de los precios del azúcar en el mercado mundial y, más específicamente, en el mercado estadounidense.

El doctor Felipe Pazos renunció a la presidencia del BNC en el año 1952 debido al golpe de estado de Fulgencio Batista. Fue antibatistiano y un entusiasta de Fidel Castro, y cuando este último se hizo del poder, retomó la presidencia del BNC. Pero pronto rompió con el líder de la revolución cubana debido a diferencias irreconciliables entre ellos. Felipe Pazos no era socialista ni comunista. Así que renunció a la presidencia del BNC una vez más y se exilió en Venezuela después de haberse desempeñado, brevemente, como embajador-encargado de asuntos económicos en Europa Occidental. En cuanto al BNC, como ya es sabido, Fidel Castro regaló la presidencia del Banco a Che Guevara, y entre los dos desterraron el keynesianismo de Cuba y desmantelaron el capitalismo cubano para abrazar el socialismo soviético, y así descuartizar la economía cubana en apenas nueve años (1959–1968).

El doctor Pazos, por su lado, llevó su keynesianismo, como académico, a varias universidades latinoamericanas y, como tecnócrata, a la CEPAL, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Alianza para el Progreso. Todas esas instituciones eran de corte keynesiana, aunque unas más que otras. No por gusto Felipe Pazos se exilió en Venezuela. Allá le esperaba el presidente Rómulo Betancourt, un entusiasta de la Alianza para el Progreso. Fue uno de los nueve tecnócratas conocidos como “Grupo de los Nueve Sabios” que asesoraban la Alianza Para el Progreso. Pero claro, para los marxistas de esa época, ese Grupo estaba al “servicio del imperialismo estadounidense”, tratando de imponer políticas económicas a favor de ese imperio. Che Guevara, por ejemplo, se ensañó con Pazos durante los debates sobre la Alianza para el Progreso y en la conferencia de cancilleres celebrada en Punta del Este, Uruguay. Allí lo acusó de casi todo.

Por suerte para algunos y desgracia para otros, el keynesianismo eventualmente dejó de ser solución y se convirtió en problema, y a finales de los 70 fue poco a poco reemplazado por el neoliberalismo de Milton Friedman desde la escuela de economía de Chicago. Irónicamente, los “mejores” escritos críticos a los modelos desarrollista, industrialista (ISI) y de la Dependencia vinieron de algunos de sus propios creadores. Hablo de artículos como “Dependencia externa y teoría económica”[ii] de Celso Furtado; “Capitalismo transnacional y desintegración nacional en América Latina”[iii] de Osvaldo Sunkel; y “Crisis del capitalismo periférico”[iv] de Raúl Prebisch.

Criticó el proteccionismo como un keynesianismo extremo

El doctor Pazos escribió y publicó muchos artículos en varias revistas durante su carrera. También publicó sendos libros, El desarrollo económico en América Latina (1964) e Inflación Crónica en América Latina (1972). En este último, reconoció algunos de los defectos del keynesianismo según fue aplicado a las economías latinoamericanas. Por ejemplo, reconoció que el keynesianismo creaba inflación, a veces hiperinflación, y lo culpó, en gran parte, del endeudamiento de las economías latinoamericanas. Pazos también criticó el proteccionismo como un keynesianismo extremo, causando más mal que bien. Al respecto, dijo:

“El ataque del neoliberalismo hubiese sido inevitable, en cualquier caso, pero fue estimulado por el excesivo proteccionismo del modelo de desarrollo latinoamericano, que ha aplicado esa política en grado mucho mayor de lo que hubiese sido necesario. El exceso de proteccionismo se debió básicamente a la subestimación que hicimos los economistas latinoamericanos de la posibilidad de nuestros países de aumentar sus ventas externas…”[v] (Pazos; pág. 22).

Pazos no fue socialista y mucho menos comunista, tampoco fue neoliberal. Tan solo prefirió modelos e instrumentos económicos que controlaran la oferta y la demanda y maniataran la mano invisible para así desviar el rumbo “natural” del capitalismo hacia uno más manejable y a su vez próspero. Sobre eso, escribió:

“…éramos partidarios de una política gubernamental activa y apoyábamos la creación de empresas del Estado cuando fuere necesario, aunque preferíamos promover la industrialización a través de empresas privadas o mixtas. El desarrollo era una opción al socialismo integral, pero lo era también al capitalismo puro… (pág. 25)”[vi]. Felipe Pazos entendía bien que solo el capitalismo puede producir lo que el socialismo intenta redistribuir. Es decir: no se puede redistribuir lo que no se tiene, ni lo que nunca se ha tenido. Pazos se codeó con el desarrollismo y el estructuralismo tan populares entre los economistas latinoamericanos de los años 1960s y 1970s. Fue amigo de Raúl Prebisch, pero no formó parte de la escuela de la Dependencia.

¿Cuán buen economista fue Felipe Pazos? La respuesta depende de quien la conteste. Para los keynesianos, el Dr. Pazos fue demasiado conservador, pues “debió ir más allá” —whatever that means. Para los neoliberales, fue keynesiano y por tanto estuvo totalmente equivocado. Para los marxistas, fue un ideólogo al servicio del imperialismo norteamericano, seguramente pagado por la CIA. Y claro, estarán también quienes digan que el tipo no hizo nada. Hay de todo en la casa del Señor.


[i] Aclaro que me refiero estrictamente al crecimiento económico en la Alemania hitleriana. En cuanto al Holocausto y otros abusos cometidos por fascismo alemán, ese es otro tema que, creo, no viene al caso en este artículo.

[ii] Publicado en la revista El Trimestre Económico. No. 150 (2), Abril – Junio de 1972.

[iii] Publicado en Estudios Internacionales. Vol. 4, No. 16, Enero – Marzo. 1971.

[iv] Publicado en Revista de la CEPAL. Primer Semestre de 1976.

[v] Pazos, Felipe: “Cincuenta años de pensamiento económico en la América Latina.” Fondo de Cultura Económica. El Trimestre Económico, Octubre - Diciembre de 1983, Vol. 50, No. 200(4). Fondo de Cultura Económica.

[vi] Pazos, Felipe: “Cincuenta años de pensamiento económico en la América Latina.” Fondo de Cultura Económica. El Trimestre Económico, Octubre - Diciembre de 1983, Vol. 50, No. 200(4). Fondo de Cultura Económica.


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