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Actualizado: 01/07/2024 10:15

Cuba, Período especial, La denuncia de hoy

Se acaba el tiempo

El chavismo ha alargado la agonía que comenzara en 1990. El camino sin Norte que por aquellas fechas iniciara el Gobierno cubano

Cuando, a finales de 1990, Fidel Castro estableció lo que llamó con eufemismo grave período especial, que sumiera a la población cubana en la etapa de más miseria de toda su historia, estaba él consciente de que haría peregrinar sin rumbo a la Isla; y sus habitantes, claro.

Sobre aquellos acontecimientos el que suscribe escribió en este propio diario: “[Fidel]Castro estaba consciente de que no había salida, que el comunismo, incluido el suyo, había fracasado; pero decidió seguir adelante, o hacia atrás, como se quiera ver, sin tener un camino a mano, sin contar con la más remota idea de qué se podría hacer; solo se trataba de mantenerse en el poder mientras experimentaba con su pueblo y quizás, quizás, apareciera una ‘fórmula mágica’ que nada tuviese que ver con el capitalismo, y a la vez lo sacara del atolladero”.

La “fórmula mágica”, digamos, resultó el triunfo de su alumno y admirador Hugo Chávez, quien resultara elegido para la presidencia de Venezuela en 1999.

Venezuela, hasta hoy, ha surtido a la Isla de petróleo, lo cual, en su momento, dio algunas luces para atenuar el llamado período especial. Más claro: el petróleo venezolano, fundamentalmente, ha resultado el responsable de que un gobierno sin plan, sin destino “lógico”, aunque sea a duras penas, se haya mantenido.

En la década de 1990, Fidel Castro, entre otros detalles para justificar el período especial, dio a conocer que entonces el 85 % del comercio de Cuba se llevaba a cabo con países socialistas de Europa del este.

Esto no era argumento. Mas sí causa para el despeñe: ¿por qué resultaba así?, ¿quién había determinado que tan alto porcentaje del comercio cubano se efectuara con aquellos países?

Habría que considerar que hasta 1990 el nivel de vida del cubano no había sido ejemplo de nada hermoso: una libreta de racionamiento, casi total carencia para seleccionar entre un producto y otro y una multitud de escaseces de diversos tipos; amén de la ausencia de libertades individuales.

Alguien podría argüir que el embargo económico aplicado por EEUU era la razón de aquel 85 % de intercambio con los extintos países socialistas.

No creo que así fuera. Durante la etapa anterior el Gobierno cubano no daba mucha preponderancia al embargo a la vez que proclamaba el indudable desarrollo futuro de la Isla.

No obstante, 24 horas después de la desaparición del llamado campo socialista, Fidel Castro declaró el período especial. Lo cual dejaba demostrado que los cubanos, durante 31 años, no habían consumido en aras del desarrollo, como indicaba el gobierno. Y asimismo el país no se había desarrollado ni relativamente.

Mas, decir que el embargo estadounidense no hizo, no ha hecho, no hace efecto nocivo en la economía cubana, sería una falacia. Como falacia es achacarle al embargo la mala administración, el voluntarismo, el despilfarro de recursos en actividades que nada han tenido que ver con el acrecimiento de la economía y del nivel de vida del cubano.

Pero a lo que iba. El “bolivarianismo” venezolano calzó, como antes lo hiciera la extinta URSS, al gobierno isleño.

El chavismo ha alargado la agonía que comenzara en 1990. El camino sin Norte que por aquellas fechas iniciara el Gobierno cubano.

Es decir, surgió la “varita mágica” y el enfermo, aunque a tientas, ha continuado su camino sin meta.

Pero ya esto se acabó. Venezuela ha rebajado, según fuentes serias, en un 40 % el envío de petróleo a la Isla. Y creo que nadie debe dudar que la rebaja seguirá en aumento.

Así, la crisis para el cubano de a pie se agudiza. Y continuará agudizándose. Inexorablemente.

La inopia de todo tipo aumenta.

Casi cada día llegan noticias de balseros que se lanzan hacia la mar en pos de cualquier sitio, no solo de Estados Unidos. Y noticias de que algunos mueren en el empeño.

Raúl Castro ha estado en el poder durante 10 años. Un decenio resulta mucho para un gobernante. Tanto que, en democracia, no está permitido.

Raúl Castro no ha logrado nada ostensible. Porque es imposible correr sin piernas. Me explico: en el mundo entero quedó demostrado que el socialismo real, el estatismo, no funciona. Hasta hoy, no hemos visto movimientos masivos reclamando su regreso en aquellos países donde una vez reinara.

O sea, los cubanos que nacieron cuando se declarara el período especial, hoy tienen 26 años. Veintiséis años malvividos. Por un capricho. Por una obcecación. Y sigue sumando.

Digámoslo alto y claro: hay capitalismos excelentes, buenos, malos y bastante malos —aun los hay “distintos”—, pero tienen una ventaja: el comunismo es peor.

A quienes piensan y aun afirman en público lo contrario, debemos preguntarle: ¿cuántas avalanchas de coreanos del sur hemos visto, desesperados, huir hacia Corea del Norte?, ¿cuántas de costarricenses, hondureños, estadounidenses huir hacia Cuba?

Valen otras preguntas:

¿Debemos continuar estimando como algo muy remoto que en Cuba se alcance un acuerdo entre las partes en conflicto?

¿Considerar como imposible que los gobernantes cubanos, echando a un lado esa especie de orgullo, esa soberbia que ha hecho de los comunistas gente intratable puesto que no admiten ni una pizca de razón de parte del adversario, pacten con quienes piensan distinto?

Ante lo expresado en los dos párrafos anteriores, muchos pueden replicar: ¿y las cuentas pendientes? Y sumar que ni Lenin ni Stalin pagaron por sus desafueros, pues murieron antes de la desaparición del régimen que establecieron y auparon.

Yo, sin embargo, me remito a lo que en los últimos años han declarado en uno y otro sitio y en uno y otro momento quienes merecen todo nuestro respecto, nuestra reverencia: los presos políticos; igual los que han pasado 20, 12, 10, 6 años en prisión, como los que han sufrido la cárcel por 6 meses. Ellos, en su mayoría, están por la concordia.

Y bueno, otra interrogante: ¿Alguien desea que la solución de los problemas de la Isla sean resueltos con sangre? Porque esto puede suceder, según se ven venir los acontecimientos.

Y otra, para reiterar: ¿será una quimera que entre gobierno, pueblo, oposición y otros estamentos se pueda lograr la comunión, la comunión entre cubanos?

Bien..., lo que sí podemos asegurar es que en esta oportunidad no habrá URSS ni “bolivarianismo” salvadores.

No hay salida.

Piedad.

Se acaba el tiempo.

Referencia:

© cubaencuentro

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