Los aficionados del béisbol están de acuerdo con Fidel Castro en que se debe alentar al equipo nacional de cara a los Juegos de Pekín-2008, pero a diferencia del ex gobernante creen que se debería permitir visitar la Isla a los deportistas que la han abandonado, reportó la AFP

"Ahí no estoy de acuerdo con Fidel, cada quien tiene derecho a decidir su vida; al que le gusten los pingüinos y se quiera ir a Alaska, es asunto suyo", declaró a la AFP Luis Wong, en la el Parque Central de La Habana, donde los fanáticos del béisbol se enfrascan en discusiones apasionadas.

Este jueves, uno de los temas era el artículo publicado en la prensa por Castro, que pidió animar a los deportistas que irán a Pekín, y en cambio castigar a los que han huido de la Isla: "No permitamos jamás que los traidores visiten después el país para exhibir los lujos obtenidos", dijo el ex gobernante.

"Esté bien o mal (la fuga), el cubano es cubano donde esté, y ésta es su tierra", añadió Wong, un contador jubilado de 74 años.

Wong no le perdona al equipo olímpico que haya perdido 1x4 ante una selección universitaria de Estados Unidos en la final del torneo de Holanda, el domingo. Pero casi todos en la peña dijeron confiar en que se superen los errores y se pueda conseguir el título en Pekín.

"Hay que creer en las autoridades deportivas cuando afirman que el equipo aún está en fase de adaptación", dijo Antonio Valero, un profesor universitario de Historia, de 63 años.

Tras la lluvia de críticas que cayó sobre la selección de béisbol luego de la derrota del domingo, Castro, cuyo hijo Antonio es médico del equipo, lamentó que el deporte cubano se aborde sólo con triunfalismos.

Y en cambio "no nos atrevemos ni siquiera a publicar los nombres de los que traicionan a su patria vendiéndose al enemigo", afirmó.

Sabino Acosta, otro jubilado, dijo estar de acuerdo con el ex gobernante: "Mucho que se gasta este Estado para convertirlos en estrellas", apuntó.

El tema de las fugas —que afectan el deporte cubano desde 1959 y que aumentaron a partir de los años noventa, con la crisis económica— ha sido tocado en varios de los artículos de prensa escritos por Castro en su convalecencia.

Para Andrés, un fanático del centro de la Isla que hace alarde de sus conocimientos de béisbol, el asunto "es muy serio", pero la solución no está en la sanción a los que escapan, sino "en atender las necesidades económicas de los deportistas".

"Todos somos cubanos", manifestó Andrés. "Tenemos que reflexionar sobre las políticas que se aplican con nuestros grandes atletas, pero no creo que la prohibición sea la solución", coincidió Valero.

Algunos de los peloteros que han abandonado la Isla para pasar al profesionalismo han manifestado su deseo de visitar Cuba e incluso jugar, como dijeron los lanzadores Orlando El Duque Hernández y René Arocha —que viven en Estados Unidos—, en el documental Fuera de Liga, difundido de forma limitada en La Habana, en enero pasado.

"No porque tú te hayas ido de Cuba dejas de ser cubano, porque yo tengo pasaporte cubano, nacionalidad cubana. Yo estoy lejos y estoy cerca", dijo El Duque en el video, el primero sobre ese tema transmitido por un canal de televisión local.

Arocha, por su parte, afirmó: "Yo soy 100% cubano y loco estoy por ir al Parque Central a sentarme con todos los niches a hablar basura".

Para Castro, que eliminó el deporte rentado tras el triunfo de la revolución en 1959, los beisbolistas que se fugan para jugar como profesionales son "traidores" que "no resistieron los millones de las Grandes Ligas".

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