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Actualizado: 28/06/2024 0:13

Sociedad

Un molesto inquilino

El dengue, otro 'enemigo' a combatir que no existe para los medios de comunicación pero sí en los enfermos.

A principios de junio pasado, el vicepresidente Carlos Lage fue categórico: no existe "ni un solo caso de dengue" en el país. Decir lo mismo ahora lo convertiría automáticamente en un mentiroso.

En varios municipios de La Habana, estudiantes de medicina y activistas de salud, chequeados por médicos comunitarios, están pesquisando casa por casa las personas con fiebre. Afanosamente buscan posibles casos de dengue.

"Sí, estamos en eso. Hay ya algunos casos", reveló una doctora en medio del levantamiento en el municipio La Lisa, en el oeste metropolitano.

Fuentes médicas municipales no quisieron informar sobre el número de enfermos, pero a cambio precisaron que no se habían reportado casos de la peligrosa variante hemorrágica, potencialmente letal.

"Las personas que presentan fiebre son tenidas en observación en sus casas y 24 horas después, de continuar el estado febril, son llevadas a la policlínica para un examen de sangre", explica una de las doctoras a cargo de la operación de pesquisaje.

En las mañanas, han vuelto a sonar las estridentes bazukas. Contienen una mezcla de gasolina con un potente plaguicida, en algunos casos malathion, que debe nebulizarse con protección respiratoria. Casi ninguno de los voluntarios porta careta, con mucho, se tapan la cara con pañuelos húmedos.

La prensa calla. Un espacio televisivo semanal continúa ofreciendo pautas de cómo eliminar los posibles criaderos de Aedes Aegypti, el mosquito trasmisor de la enfermedad, pero no refiere casos de infestación.

El tema es abordado nuevamente con las cortapisas del secreto de Estado.

Recurrencias

Hace poco más de un año, casi simultáneamente con la decimocuarta Cumbre de los Países No Alineados en La Habana, hubo una explosiva epidemia de dengue, que nunca fue reconocida por las autoridades.

Miles de enfermos en hospitales especialmente habilitados, aviones que sobrevolaban la capital con aspersores, carros nebulizadores por avenidas que hacían desaparecer con cortinas de humo, inspectores de salubridad hasta los domingos, todo un teatro de operaciones que nunca, sin embargo, respondió a una epidemia declarada de acuerdo con el silencio mediático.

A mediados del año en curso, cerca de dos millones de cubanos se movilizaron un fin de semana en tareas de limpieza y saneamiento para erradicar eventuales criaderos.

De acuerdo con expertos, más del 70% de los focos de mosquitos Aedes Aegypti son hospedados en el sector residencial. En 2006, varias empresas fueron multadas por los gobiernos locales por pésima higiene y negligencia.

"¡Ojo: el mosquito no se ha ido!", advirtió el oficialista Granma en enero pasado.

El vocero del Partido Comunista afirmó entonces que "la solución definitiva del problema" está relacionada "con el fomento de una perenne cultura sanitaria y no con el desarrollo de eventuales campañas, altamente costosas en personal y recursos materiales y financieros".

La aparición del mosquito en diferentes puntos de la Isla se da desde junio de 2006 y, según reportes oficiales, había en enero pasado más de 60 áreas de salud con alguna afectación. Asimismo, fueron detectados 1.320 focos con presencia del insecto, 145 de ellos en centros laborales.

"Todos los cubanos somos responsables de la eliminación del Aedes Aegypti", indicó el diario, tras criticar a quienes "eventualmente alegan suspicacias de seguridad doméstica, enfermos en la vivienda y otras sinrazones con el ánimo de disuadir" a los fumigadores.

La mayoría de ellos son trabajadores reclutados de áreas ajenas a la salud pública. Muchos son militantes del Partido o de la juventud comunista comprometidos por sus grupos de base para "apoyar la tarea de higienización y saneamiento".

Otros provienen de las filas de los desempleados. Reciben un salario sobre los 300 pesos, unos 12 CUC. No son pocos los casos de hurtos menores en el sector doméstico atribuidos a tales fumigadores.

Peligro regional

Cuba, Chile y Uruguay son los únicos países latinoamericanos donde el dengue no es endémico, pero de 1977 a 2002 la Isla sufrió cuatro epidemias y un pequeño brote.

La más reciente epidemia declarada ocurrió entre junio de 2001 y marzo de 2002, con 14.524 casos, 81 de dengue hemorrágico, de los cuales fallecieron tres, todos de Ciudad de La Habana, según un estudio especializado.

Esa vez hubo el peligro de que el dengue se estableciera de forma endémica. Se evitó con una intensa y costosa campaña de control y eliminación de la epidemia. Otras epidemias similares han afectado recientemente las provincias orientales, sobre todo Santiago de Cuba, pero las autoridades han callado sobre la cantidad de enfermos y fallecidos.

Es difícil que Cuba escape al rebrote regional de dengue. Uno de los peores renuevos de la enfermedad en décadas se está diseminando como una marea imparable por Latinoamérica y el Caribe, donde está enfermando a miles de personas y ha matado a casi 200 en lo que va de año.

Los mosquitos que portan la enfermedad tienen la mesa servida. Amplias "villas miseria" llenas de aguas estancadas en basureros y neumáticos viejos. Los expertos aseguran que el dengue está alcanzando niveles récord este año, en momentos en que la época de lluvias en muchos países entra en su apogeo.

"Si no lo frenamos, va a intensificarse y a cobrar un mayor saldo social y económico en estos países'', alertó el doctor José Luis San Martín, jefe de los esfuerzos antidengue de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la agencia regional de salud pública.

El mediocre estado de la higiene en Cuba, sus bolsones de pobreza y hacinamiento, y la prodigalidad de las lluvias este año —a 83% de su capacidad se hallan los sistemas de embalse del país—, unido a la negligencia social, están detrás de los casos de dengue, además del trasiego de pasajeros procedentes de zonas infectadas.

El gobierno promete…

Para fines de 2008, Cuba deberá contar, según las autoridades, con una planta moderna para producir bioplaguicidas a gran escala, que tienen alta efectividad en el combate de vectores, las ratas entre ellos, estas últimas otras de las plagas que parece incontrolable en la Isla.

De acuerdo con José Fraga, director de Laboratorios Biológicos Farmacéuticos (Labiofan), la fábrica producirá sustancias ecológicas para el control de los mosquitos Aedes Aegypti. Se trata de los productos Griselef y Bactivec, cuya acción es inmediata y permitiría el control total de larvas.

Por otra parte, en noviembre pasado, científicos cubanos informaron que trabajan intensamente en un proyecto de vacuna contra el dengue, así como en el desarrollo de antivirales inhibidores del virus de esa enfermedad, endémica en casi toda América Latina y el sudeste asiático.

"Todavía estamos en estudios preclínicos, avanzados (…) haciendo experimentos en monos", dijo a la prensa el director de Investigaciones Biomédicas del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Cuba, Gerardo Guillén.

"Hasta que no tengamos el resultado de esos experimentos, no vamos a poder prever con mas precisión cuándo podríamos tener un producto para aplicaciones humanas", indicó.

El biopreparado en el cual trabajan los científicos cubanos "está dirigido contra los cuatro virus del dengue".

Sin embargo, el propio Guillén fue sobrio en las expectativas y estimó como "razonable" un lapso de cinco años para obtener una posible vacuna eficaz contra la enfermedad.

Mientras tanto, la suciedad, el misterio informativo del gobierno y la inconstancia en la prevención de los focos, hacen de las suyas.

© cubaencuentro

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