En Cuba 'siempre se camina por una línea muy fina entre lo que se puede y lo que no se puede contar'

La periodista española Isabel Garía-Zarza dijo este miércoles que la Isla es un sitio "muy especial" para ejercer la profesión porque "siempre se camina por una línea muy fina entre lo que se puede y lo que no se puede contar", reportó EFE.

Garía-Zarza, quien entre 1999 y 2004 fue corresponsal en La Habana de la agencia de noticias británica Reuters, agregó que los reporteros están procurando siempre evitar errores que puedan suponer una "expulsión del país".

"No hay nada más frustrante que tener una buena historia y no poder contarla al cien por cien. Hay que hacer un equilibrio de fuerzas muy complicado", y la consecuencia es que, por ejemplo, el exilio de Miami llame "cobardes" a los periodistas que trabajan en la Isla, señaló la española.

En ese sentido, comentó que los periodistas críticos son considerados por el régimen "lacayos del imperio", y por el exilio, "esbirros castristas", de ahí que hay que aprender "a medir cada palabra, a escribir entre líneas, a llamar las cosas de otra manera, o a insinuar".

Se trata del "alto precio" que hay que pagar por estar en Cuba, donde los textos de los corresponsales son sometidos a un control a posteriori por parte del Centro de Prensa Internacional (CPI), y a la "autocensura", que es "el control más eficaz porque siempre tienes al censor en tu cabeza", sostuvo Garía-Zarza.

La española rememora algunas experiencias y anécdotas en La casa de cristal, un libro en el que reproduce parte del "Diario" en el que fue anotando los más y los menos de su estancia en Cuba.

En el "Diario" aparecen su fascinación por la Isla y también su hartazgo ante los largos y reiterativos discursos del ex gobernante Fidel Castro, la "saturación" ante la campaña por la vuelta de Elián, el niño balsero, el adoctrinamiento oficial o la lidia con el aparato del gobierno o con la disidencia, pues "todos te quieren utilizar como instrumento".

También, la ex corresponsal narra la angustia que le produce sentirse espiada, recibir llamadas telefónicas anónimas, el no poder fiarse "ni de la propia sombra" o un episodio en el que recibe un mensaje del director del CPI después de su crónica sobre un acto en el que participó Fidel: "Isabel, pensé que te interesaría conocer una opinión de un tercero sobre un trabajo tuyo".

El título del libro viene de la advertencia que le hizo una colega francesa poco después de llegar a La Habana: "Aquí vivimos en una casa de cristal, ya te irás dando cuenta".

La periodista opina que los cubanos "aguantan" porque no tienen otro remedio. "Los que no pueden irse siguen sumidos en esa vida diaria complicadísima en la que todas las energías se les van en resolver y solucionar el día a día", señaló.

Para Garía-Zarza, la mayoría no quiere el cambio a un modelo occidental, "lo que desean son mejoras cotidianas, disponer de un salario que les permita vivir, elegir la vida que quieren llevar, viajar al exterior".

Asimismo, alaba el humor con que la gente se toma las cosas, el mismo con el que se inventaron el acrónimo de Elián y que ella apuntó en su Diario: "Estoy Libre Imbéciles Aprendan a Nadar".

© cubaencuentro.com