Opinión

La decepción del siglo XX

La novela El hombre que amaba a los perros, de Leonardo Padura, es no sólo un fresco del siglo XX, sino una muestra perpleja de una profunda decepción


Puede pasar uno años sin toparse con un texto emocionante. Puede uno denigrar de la literatura por un tiempo.

Puede uno pensar en un agotamiento. Puede uno describir la bondad de las viejas novelas y volver a leer a los poetas grandes. Puede uno, pero la sorpresa espera a la vuelta de la esquina.

Siempre he sostenido que un gran libro es aquél que lo hace a uno distinto de cómo era antes de leerlo. El gran libro es el que lo modifica a uno lector, que lo cambia una millonésima de milímetro, aquél del cual uno afirma que no es el mismo después de leerlo.

Es exactamente lo que me ha pasado leyendo El hombre que amaba a los perros del cubano Leonardo Padura. Puede ser la historia de León Troski, puede ser la historia de su asesino Ramón Mercader, puede ser un vistazo espectacular a la guerra civil española y a los conflictos internos del bando republicano, puede ser una mirada profunda en la revolución rusa, puede ser un escalpelo sobre la personalidad de Stalin.

Puede ser todo eso, pero es más. Escribe un cubano irritado y porfiado. Es también un vistazo al interior de Cuba, de sus escritores, del hambre atenazante, de las imposibilidades literarias.

El hombre que amaba a los perros es un uso magistral del lenguaje y el empleo de las técnicas de la novela casi a la perfección, tan perfecta que no se nota una costura. Sí, también es esto. Pero debo decir que El hombre que amaba a los perros escapa de los personajes de su texto, escapa de las historias y de las sombras, escapa para convertirse en un fresco del siglo XX, en la muestra perpleja de una profunda decepción, en el retrato de un tiempo cínico, en el marco de una angustia profunda. El hombre que amaba a los perros es la caída de las utopías, la decepción profunda de un ciclo del hombre, la denuncia patética de la condición humana. La novela hace que uno lector se estremezca, se remueva inquieto, baje el libro impreso hasta las rodillas y mire por la ventana en busca de aire fresco.

Lo dicho, el libro escapa y escapa hasta plantarnos frente a lo más denigrante que pudimos hacer en el gran tiempo de los avances científicos, de la llegada a la Luna, de los descubrimientos más osados.

Estoy convencido de haber terminado de leer el juicio más implacable que la literatura ha hecho de la pasada centuria. Cierro el volumen de 600 páginas y me quedo un rato largo mirando el rostro del autor, de Leonardo Padura, el cubano que tenía miedo de escribir esta novela, mejor, de Iván, el personaje que lo ampara. Tiene 55 años, está calvo y usa barba. Me pregunto si algún día lo tendré enfrente. Me aseguro que sí, que iré a La Habana y lo veré, cuando esta novela increíble pueda ser leída por los cubanos.


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9 Comentarios


9 by Lourdes (Usuario no autenticado) 17/05/2010 7:40

Cito textualmente "Siempre he sostenido que un gran libro es aquél que lo hace a uno distinto de cómo era antes de leerlo. El gran libro es el que lo modifica a uno lector, que lo cambia una millonésima de milímetro, aquél del cual uno afirma que no es el mismo después de leerlo." Teódulo lópez Este sin dudas es uno de esos libros.

8 by Geno Patiperra (Usuario no autenticado) 11/05/2010 11:20

Leí la increíble novela de Padura hace unos meses y la regalé después a varios amigos. Una joya, muy compleja, que agobia pero que no se puede dejar.En una entrevista, Padura (en El País de España, creo) decía que iba a salir en 2010 en Cuba. A ver si es cierto.Muy buena reseña.

7 by lector interesado (Usuario no autenticado) 10/05/2010 6:20

"Una vez conté que en mi casa de Santa Clara una vez cenó Iosif Grigulevich, el oficial de la KGB soviética [en ese entonces yo pensaba que era simplemente un profesor] que por órdenes de Stalin organizó el segundo atentado contra Trostki [el que le costó la vida]. No he podido leer la novela de Padura y no sé si tuvo noticias de este personaje, que al final de su vida se dedicó a labores académicas [dictó una conferencia en mi clase de Historia de America en la Universidad de Las Villas]. Es mucho lo que pudiera contar de este personaje, con una vida tipo James Bond [Argentina, México, Costa Rica], pero este no es el lugar." Amicus, eso es muy interesante, y quiza este si fuera el lugar. Pienselo...

6 by La Avellaneda (Usuario no autenticado) 06/05/2010 22:40

No he leído aún la novela y he leído todo de Padura, pero una cosa tengo que decir, esta reseña es bellísima y emocionante, mis felicitaciones también a Teódulo López.

5 by Lorenzo de Luis (Usuario no autenticado) 06/05/2010 11:20

He leido la novela, y mi mujer tambien, y ambos coincidimos que es un grandioso documento, escrito en el perfecto y habitual castellano de Padura, sobre los extremos que se tocan, de los sueños y proyectos de aquellos hombres del siglo XX que soñaron con cambiar el mundo, y la pista del fracaso individual y colectivo por la que irremisiblemente todos cayeron arrastrando a fecha de hoy, aun, a millones de personas que sufren en Cuba aquellos afanes.

4 by Un lector de novelas (Usuario no autenticado) 05/05/2010 23:20

No lo he leído, pero despues de leer este artículo, desde luego lo compraré para el verano. Da gusto que un escritor del patio suscite tanto interés fuera de nuestras fronteras. ¡Felicidades, Padura!

3 by Amicus Plato (Usuario no autenticado) 05/05/2010 23:20

Una vez conté que en mi casa de Santa Clara una vez cenó Iosif Grigulevich, el oficial de la KGB soviética [en ese entonces yo pensaba que era simplemente un profesor] que por órdenes de Stalin organizó el segundo atentado contra Trostki [el que le costó la vida]. No he podido leer la novela de Padura y no sé si tuvo noticias de este personaje, que al final de su vida se dedicó a labores académicas [dictó una conferencia en mi clase de Historia de America en la Universidad de Las Villas]. Es mucho lo que pudiera contar de este personaje, con una vida tipo James Bond [Argentina, México, Costa Rica], pero este no es el lugar. A Mercader el gobierno castrista lo protegió a su paso por La Habana después de salir de la cárcel en México, y después lo acogió hasta el día de su muerte. A su entierro asistieron los más encumbrados dirigentes castristas, incluido un grupo de viejos comunistas. No sé si después se llevaron los restos para Moscú, pues lo habían hecho "héroe de la Unión Soviética". Eso a un miserable asesino que al final de su vida se codeó con la flor y nata de la nomenclatura castrista.

2 by Alberto Morales (Usuario no autenticado) 05/05/2010 23:20

Felicidades al Leo, siempre supe, desde su primera novela, que sería un excelente escritor, de novelas a "secas" sobre todo. Lo de la novela negra no es lo mismo.

1 by Stalin el destructor (Usuario no autenticado) 05/05/2010 17:00

Excelente libro, donde Padura dibuja sutilmente al régimen cubano a la vez que delata los desmanes del stalinismo y el crimen cometido contra Trostky. Dice Cubavisión, en un reportaje, que en junio saldrá a la venta en Cuba, vivir para ver y creer.

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