Zelaya regresa a Nicaragua y baraja nuevas rutas para entrar a Honduras

El depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya, quien barajaba este sábado rutas para ingresar a su país, cruzó el viernes sólo unos metros el puesto fronterizo de Las Manos, para luego volver a Nicaragua, informó Reuters.

El gobierno interino del presidente Roberto Micheletti le advirtió otra vez que si lo hace será inmediatamente detenido. "El acto del señor Zelaya fue irresponsable, no meditado, y de muy poca seriedad", dijo la noche del viernes.

Zelaya llegó en un jeep blanco a la frontera como parte de su campaña para retornar al poder. "Podemos entrar por la frontera que tenemos con El Salvador y con Guatemala, en todos lados estamos organizados", dijo Zelaya a la local Radio Globo.

"O podemos aterrizar directamente en San Pedro Sula, tengo helicópteros listos, tengo aviones listos, tengo al pueblo acompañándome", agregó.

El viernes, Zelaya y un grupo de simpatizantes levantaron la cadena que marca la frontera y caminaron unos metros hasta un cartel que decía "Bienvenidos a Honduras", donde Zelaya pidió hablar con altos mandos militares.

No obstante, soldados equipados con escudos antimotines y cascos formaron un cordón para impedirle el paso.

En la ciudad de El Paraíso, cientos de sus simpatizantes chocaron con militares y policías, que lanzaron gases lacrimógenos para dispersarlos. Un testigo de Reuters vio a un policía herido en la cabeza por una pedrada y escuchó disparos.

La secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, dijo el viernes: "Hemos exhortado sistemáticamente a todas las partes a evitar cualquier acción provocativa que pueda derivar en violencia. El esfuerzo del presidente Zelaya por llegar a la frontera es temerario".

Según EFE, Zelaya, proclamó, al pisar brevemente de nuevo territorio hondureño, que él actúa con "prudencia" pero con "valentía". "Sé defender mis derechos y no me dejo cuando alguien intenta ultrajarme", aseguró.

"No tengo miedo cuando trabajo por un fin noble. No tengo odio contra nadie", declaró Zelaya a los numerosos periodistas locales e internacionales que lo rodeaban.

"Ya estoy en territorio hondureño, pero no quiero confrontar a los militares", expresó, y explicó que en Las Manos esperaría "buscar un arreglo, un diálogo" con las autoridades para que le permitan continuar hacia el interior del país.

El gobernante depuesto dijo que regresaba "con plenas garantías, con plena seguridad de que estamos haciendo lo correcto", e insistió: "la libertad es un principio al que no voy a renunciar".

Zelaya opina de que con su retorno "hay una oportunidad de que el país vuelva a la calma" y termine la crisis política causada por su derrocamiento, el 28 de junio, cuando el Parlamento designó en su lugar a Roberto Micheletti, hasta ese día jefe del Legislativo.

El conflicto "se va a arreglar (...) este no es el fin del mundo", sentenció e indicó que Micheletti no sólo debe abandonar el gobierno, sino que también "tiene que retirarse como presidente del Partido Liberal", en el poder, al que ambos pertenecen, y calificó de "una vergüenza" que haya participado en "un golpe de Estado".

El gobierno interino de Honduras impuso un toque de queda especial para la región fronteriza con Nicaragua a partir de las 12:00 hora local (18:00 GMT).

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