Kirchner, hacia la izquierda radical

El presidente argentino, Néstor Kirchner, aprovechó una reestructuración de su Gabinete —forzada por el paso de los ministros de Exteriores, Defensa y Desarrollo Social a la Cámara de Diputados— para sustituir al encargado de Economía, Roberto Lavagna, artífice de la recuperación económica del país desde 2002. En su lugar, el Jefe de Estado nombró a la economista Felisa Miceli, presidenta del Banco Nación.

La caída en desgracia de Lavagna se gestó al censurar éste los sobreprecios en la construcción de obras públicas, un sector dependiente del Ministerio de Planificación, cuyo responsable, Julio De Vido, resultó ser un hombre de confianza del Presidente.

Según el analista Marcelo Bonelli, Lavagna, tras sus declaraciones, trató de rebajar el enfrentamiento, pero Kirchner ni siquiera le contestó el teléfono. Cuando el ya ex ministro supo que iba a ser reemplazado, envió una carta de dimisión. Horas después compareció ante la prensa y fue recibido con aplausos por los periodistas. "Hoy la economía se encuentra en una posición sólida", destacó quien se encargó con éxito, entre otras cosas, de la reestructuración de la importante deuda externa argentina.

“Más kirchnerismo, más disciplina interna y un corrimiento hacia la izquierda”. Así sintetiza la interpretación de los cambios el analista Joaquín Morales Solá, del diario La Nación.

“No resulta casual que Lavagna y Rafael Bielsa (anterior ministro de Asuntos Exteriores), los dos únicos que plantearon frontales disidencias en la administración, hayan terminado fuera del Gobierno y de mala manera. Más allá de las formas protocolares que han respetado los dos ex ministros, cae de maduro que ambos se fueron distanciados de Kirchner y destratados por el oficialismo”, agrega el análisis.

“Kirchner es siempre fiel a sí mismo. Dicen que juró que los toleraría a los dos sólo hasta las elecciones últimas y así lo hizo, sin vueltas. Jorge Taiana no era el reemplazante que podía desear Bielsa. Taiana, hijo del célebre médico peronista que firmó los certificados de muerte de Juan Domingo y Eva Perón, pertenece a una corriente ubicada más a la izquierda de Bielsa. Kirchner le pagó su lealtad de más de dos años: siempre mantuvo informado al Presidente de los secretos de la Cancillería”, argumenta Morales Solá.

Efecto dominó

Todos estos cambios se produjeron una semana después de la cumbre entre Kirchner y Chávez en la ciudad venezolana de Puerto Ordaz. Dicho encuentro, que según su declaración final podría catalogarse como el pistoletazo de salida para tratar de acomodar a Venezuela como país integrante del MERCOSUR —unión aduanera integrada por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay—, se ha propuesto, además, conformar un Fondo Financiero latinoamericano, que garantice la autonomía de los países de la región para elegir las vías "más convenientes" en sus procesos de desarrollo económico y social.

A raíz de este encuentro, el político y ex dirigente guerrillero venezolano, Américo Martín, dijo: “Kirchner es un caso especial. Con el corazón en Brasil y el bolsillo en Venezuela no ha construido una sólida fuerza propia que le dé asiento a su buena colocación en las encuestas. Peleando en el seno del peronismo contra Carlos Menem y Eduardo Duhalde (ambos ex presidentes), ha buscado alguna relación amistosa contra el activo fundamentalismo argentino, que ama a Chávez y a Fidel. Kirchner ve crecer la curiosa reputación revolucionaria de Perón y como buen político la asume para sí aunque esté mintiendo a conciencia”.

Martín agrega en su comentario que “como quiera que Chávez se proclamó peronista en Buenos Aires y devoto de Eva en el mundo, es bien probable que la historia se acomode una vez más a las necesidades revolucionarias del presente. La tendencia autocrática practica sistemáticamente el despojo de la historia, aprovechando que han erradicado por completo la libertad de expresión, o van en camino de ello”.

Todos los hombres del Presidente

El reajuste ministerial argentino también trajo la reaparición en una función pública del ex vicepresidente Carlos Álvarez, cuya dimisión en 2000 hirió de muerte al gobierno del entonces presidente Fernando de la Rúa.

Álvarez, a propuesta del propio Kirchner y con el consenso de los mandatarios de los otros tres países miembros plenos del MERCOSUR, será el nuevo titular de la comisión de representantes políticos que, en Montevideo, conduce ese emprendimiento regional.

El diario La Nación comentó que el nombramiento de Alvarez "tiene sabor a reivindicación", al recordar el virtual ocaso en que ingresó a partir del 6 de octubre de 2000, cuando renunció a la vicepresidencia acusando a De la Rúa de encubrir un escándalo de sobornos en el Senado. Catorce meses más tarde, el propio De la Rúa se vería obligado a dimitir, acosado por una crisis política y económica incontrolable.

El rotativo Página 12 opinó que Álvarez, para muchos un símbolo del "progresismo" argentino, "encarna el centroizquierda. Es otra señal de Kirchner, que acompaña a la conformación del nuevo gabinete".

Por su parte, el diario Clarín recordó que la designación de Álvarez "fue empujada por su amigo personal Marco Aurelio García, principal asesor del presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva en temas internacionales".

Resulta significativo que Marco Aurelio García también se apresurara a manifestar la satisfacción de Brasil por el nombramiento de Jorge Taiana como nuevo canciller argentino, en sustitución de Rafael Bielsa, un hombre que, por otra parte, siempre se mostró receptivo al tema de las violaciones de los Derechos Humanos en Cuba.

"Estamos muy satisfechos con el nuevo canciller, que ya conocemos. Es un gran diplomático, favorable a la integración y aprecia mucho las relaciones entre Brasil y Argentina", afirmó el asesor internacional del presidente Lula da Silva, en declaraciones a la agencia Globo On Line.

Aunque no es el caso de José Dirceu, antiguo ministro brasileño de la Presidencia preparado por los servicios secretos cubanos, Marco Aurelio García es uno de esos asesores de Lula que mantiene canales especiales de comunicación con Chávez y, en gran medida, con altos funcionarios de La Habana.

El comentario de Granma es significativo: “A dos años y medio de asumir sus funciones, el presidente argentino Néstor Kirchner dispuso cambios en su gabinete con el propósito de darle mayor dinamismo a su gestión e incorporar a personalidades que desarrollan ideas progresistas”.

El régimen cubano también aspira a ingresar en el MERCOSUR. En una entrevista publicada en Lisboa por el semanario Expresso, el 25 de octubre de 2003, el entonces presidente de Uruguay, Jorge Batlle, consideró que resultaba "imposible" la incorporación de Cuba al MERCOSUR, porque en la isla no existía "un régimen democrático".

Batlle señaló en ese entonces que "el único acuerdo político que tiene el grupo de países es la declaración de Usuhaia, que impone un régimen democrático a los miembros del MERCOSUR y no me parece que sea el caso de Cuba".

Habría que ver cómo ve el asunto el actual presidente de Uruguay, el socialdemócrata Tabaré Vázquez.

Mientras tanto, es muy probable que Chávez ocupe próximamente un puesto en el MERCOSUR. El giro de Kirchner a la izquierda crea las condiciones favorables para olvidar, o al menos para colocar a un lado, la declaración de Ushuaia… ¿Será ésta la oportunidad que espera el régimen de La Habana?

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