Los Orioles de Baltimore esperan viajar a la Isla en 2010

El dueño del equipo estadounidense Orioles de Baltimore, Peter Angelos, que organizó dos partidos de exhibición con la selección cubana en La Habana y Baltimore hace una década, comentó que espera volver a hacerlo la próxima primavera, aunque aún no ha recibido respuesta del Departamento del Tesoro, informó AP.

Angelos afirmó que decidió hacerlo de nuevo a causa de los gestos de Obama hacia los cubanos. "Con suerte, a medida en que se acerque la primavera los dos gobiernos mejorarán las relaciones y facilitarán que haya un arreglo recíproco", dijo el directivo, que aporta dinero al Partido Demócrata.

"Personalmente, pienso que las relaciones entre los dos países deberían ser restablecidas clara y enfáticamente", agregó.

Angelos indicó que ha habido conversaciones informales con el gobierno de Estados Unidos sobre el viaje de su equipo a Cuba el año próximo, pero aún no ha recibido una respuesta. El Departamento del Tesoro tendría que aprobar el viaje.

También dos grupos de niños peloteros del estado de Florida planean una visita el año que viene.

"Pienso que sería bueno. Yo quiero regresar a mi país. Extraño a mi familia y mis amigos. Pienso que es hora de hacer algo al respecto", dijo el lanzador Liván Hernández, que escapó de Cuba en la década de los años noventa.

Según AP, esta semana, cuatro equipos de una liga de sóftbol de ancianos de Massachussets viajarán a Cuba para una serie de partidos. Llevarán equipos, uniformes e insignias para regalar a los jugadores de la Isla.

"Tiene que ayudar a la diplomacia. El deporte hace eso", dijo por su parte el jefe de la delegación, Stu Gray, comisionado de la Asociación de Sóftbol para Ancianos del Este de Massachusetts.

La asociación ha diseñado un logotipo para el viaje que muestra banderas de Estados Unidos y Cuba cruzadas sobre una pelota.

"La pregunta básica es si el béisbol tiene la capacidad de trascender conflictos y la respuesta es sí", dijo Harvey Schiller, presidente saliente de la Federación Internacional de Béisbol, que encabezó el esfuerzo para que el béisbol regrese a las Olimpiadas en el 2016.

"El béisbol ha sido un puente entre los dos países en una forma en que no pienso hayamos visto en otros deportes".

Steve Bull, quien fuera asistente del presidente Richard Nixon, supervisó la visita del equipo chino de tenis de mesa a la Casa Blanca en 1972, luego del viaje del equipo estadounidense a China el año anterior.

"Mientras más cubanos y otra gente vean estadounidenses —que fundamentalmente son buenas personas—, mejores serán las relaciones formales entre los gobiernos. El deporte es un gran igualador, un gran instrumento para superar barreras políticas", opinó Bull.

John Carey, profesor de ciencias políticas en Dartmouth College en Hanover, Nueva Hampshire, fue uno de los mánagers que encabezó un grupo de peloteros de 11 y 12 años en un viaje a Cuba el año pasado.

Ninguno de los niños estadounidenses hablaba español, dijo Carey, pero establecieron buenos lazos con los cubanos por medio de los juegos, mirando postales de béisbol, pasando tiempo juntos y comiendo emparedados después de los partidos.

"La impresión de Cuba era como si estuviésemos viajando a Marte. Ellos (los niños) no tenían idea de qué esperar. Entonces llegamos allí, y los muchachos juegan béisbol, e inmediatamente se forma ese lazo. De repente, la idea de que Cuba era un lugar increíblemente distante se evaporó para ellos", relató el profesor.

John Parke Wright IV, un empresario de Florida que realiza negocios ganaderos con el gobierno cubano, ayudó a organizar el viaje del año pasado, y está preparando otro para la primavera con peloteros juveniles de Tampa y Cayo Vizcaíno.

"El béisbol es sagrado, tanto para estadounidenses como para cubanos. Estamos hablando del santo grial. Esto es algo que ningún político puede estropear. Es béisbol. Por lo tanto, para cualquier lazo que se pueda construir en el futuro, nosotros ya tenemos el puente. Ahora sólo tenemos que poder jugar", añadió dijo Wright, quien estima que ha donado 500 guantes a niños cubanos en los últimos años.

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