Música

Para Teresita Fernández

Homenaje del autor a la cantautora cubana Teresita Fernández, quien falleció el lunes 11 de noviembre en La Habana a los 83 años

Te fuiste casi en silencio como axioma propio y sin afeites de tu personalidad. Sabías que ya estabas condenada a irte en cualquier momento, pero eso no impidió realizaras algunas apariciones públicas, máxime con la cadena de años que también pesaban en tu maltrecho cuerpo.

Así eras, así fuiste pese al silencio que solo era posible sobrellevar junto a tus animalitos, que quedarán para siempre no sólo en tu Historia como cantante y compositora, sino por esa sencillez hoy en día tan rara en nosotros los seres humanos.

Es más, a tu sepelio asistieron no todos los que debieron estar presentes, cuyas causas han motivado comentarios y extrañezas, donde Marta Campos, Augusto Blanca, Rochy Ameneiro, Víctor Casaus, y Liuba María Hevia que en su adiós a la amiga entrañable te otorgó algunas de tus composiciones musicales, para los que yacen para siempre en ese lugar sepan que la tienen ahí; aunque por supuesto y aún sin desearlo inevitablemente, agregó una gota más de tristeza se hará entonces presente, y por ende más triste, eso sí, carente por supuesto de un olvido.

De todos modos los que por aquí o por allá que te conocimos desde aquellas apariciones que hacías los domingos mañaneros en el Parque Lenin (¡por Dios cuantos años ha!); o si no, un poco más para acá, asistíamos cuando las condiciones eran posibles llevarlas a cabo, te seguíamos para oírte, deleitarnos y sentirnos un poco mejor, siempre serás Teresita la cantautora.

La cantautora que vivía más que modesta en una pobreza que no merecías. La que recibía a cualquiera con una sonrisa franca y muy cubana, siempre, pero siempre muy cerca del busto de nuestro José Martí al considerarte martiana hasta los huesos, eso quedará, aunque con tristeza inevitable, ya que por supuesto tus animalitos que adorabas hasta lo inconcebible te extrañarán, que ahora les toca tanto a Liuba María Hevia como a otros mantenerlos presentes, tenerlos presentes, principalmente para que los niños actuales te sigan adorando.

Por eso, para este que escribe estas líneas por ya tu ausencia física, me niego a aceptar lo que no tiene remedio, para darme un poco de esperanza, pienso que comenzaste a realizar un viaje largo, muy largo que, cualquier día, podré encontrarte de nuevo con tu guitarra a cuesta así sea donde sea, para que me cantes cuando te pedía que me cantaras Mi gatico vinagrito.

© cubaencuentro

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