MÚSICA

Cómo fue...

A 45 años de la muerte del Benny, una crónica que termina con la foto de su 'tránsito' al más allá.


Una agitada tarde de diciembre del año 59 recibí la llamada de Sergio Luis pidiéndome que lo visitara en su oficina de la calle Humboldt, "para hablar de trabajo". No lo dejé terminar, le propuse que nos viéramos enseguida:

—¿Qué quieres decir con enseguida?

—En quince minutos.

—Ok —dijo, y colgó el teléfono.

Por esa época yo comenzaba a establecerme en el mundo de la fotografía publicitaria. En la Habana, Alberto Korda y Buznego eran los fotógrafos más reconocidos en esa especialidad. Ellos, junto a Aladino Sánchez, absorbían y realizaban con mucho éxito profesional, prácticamente todos los encargos que pudieran generar las agencias. La seguridad técnica de Buznego y la creatividad de Korda y Aladino eran referencias que incentivaban de forma positiva los esfuerzos de todos los que veníamos detrás. Además del gusto que me daba trabajar con Sergio, comprendía la importancia profesional de asociar mi trabajo a personas talentosas como él. Cosas así siempre me ayudarían a que fuera más corto y fácil el inevitable camino del aprendizaje. Visto de esa manera, asumí su llamada como un regalo del cielo. Literalmente, salí corriendo.

Muy pocos minutos después una amable muchacha me hacía pasar a la oficina de Sergio y me ofrecía asiento. La oficina era espaciosa y muy clara, con muebles funcionales que recordaban al Bauhaus. Desde una gran mesa de acero y cristal, una flamante cámara Rolley Flex con sus dos grandes ojos de cristales de jena no dejaba de mirarme. No había terminado de pasar la vista por el lugar cuando entró Sergio, me tendió la mano y mientras me saludaba me llevó a una mesa auxiliar de dibujo donde había un grupo de fotos cuyo desorden evidenciaba que se estaba trabajando con ellas.

—¿Qué te parecen? —preguntó, mientras las esparcía como un juego de barajas.

La presencia de la Rolley Flex me hizo pensar en la posibilidad de que aquellas fotos las hubiera tomado Sergio. Yo, que me reconocía como un gran experto en decir lo que no debía en los lugares menos adecuados, sentí un miedo terrible de que con alguno de esos comentarios desafortunados pudiera herir la sensibilidad de Sergio. Comencé a observar las fotos con mucha atención, como si me preparara para emitir un análisis tan profundo como el de un Roland Barthes o la Susan Sontag. Mantenía la vista fija en las imágenes, pero en realidad no las veía, la aparente concentración en ellas no era más que un subterfugio para ganar tiempo. Toda mi atención estaba puesta en encontrar una manera elegante, una frase que no hiriera, pero que tampoco fuera tan estúpida y vacía como la clásica "son interesantes" que la inteligencia de Sergio no merecía. Finalmente, le respondí con el corazón:

—Como fotos, están bien ... como retratos, les falta el Alma.

—Bueno, encárgate de encontrarla.

Sergio llamó a la muchacha que me había recibido y le pidió que lo comunicara con Alipio, el dueño del Alí Bar, un cabaret muy cercano a la casa de Benny Moré, donde habitualmente el popular cantante hacia su última parada para coronar la noche. Tres días después fui a la cita que me habían arreglado con Benny.

Llegué al Alí Bar a las cuatro de la tarde de un lunes sin carisma. El panorama de mi supuesta locación para fotografiar a aquel impresionante personaje no podía ser más desalentador, una arquitectura de contratistas de obras baratas, sin encantos, con un adocenado salón que no lograba animarse a pesar de la preciosa luz cruzada de diciembre que ahora lo iluminaba.

Benny llegó con dos amigos y el compadre que le hacía coro en la orquesta. Fue directo a los empleados que avituallaban las neveras y vino hacia la mesa donde yo lo esperaba de pie.

—Tú eres el fotógrafo, ¿no? Siéntate, ¿y las cámaras?

—Las tengo en el carro —le respondí.

—Bueno, desenfunda porque tengo una grabación atravesada.

—Sobre eso quería yo hablarle —dije, y con la timidez propia de la situación, comencé a argumentarle para no retratarlo ese día.

Uno de los empleados puso sobre la mesa la fuente con los tamales aún humeantes que había traído Benny, vasos con ron, tenedores y platos. Benny me ofreció con un gesto. "No, no, gracias", le dije y continúe hablándole. No sé cuantas cosas le argumentaba, entre ellas le conté mi conversación con Sergio, y el reto que me había planteado con la metafórica fracesita de la búsqueda del alma.

Finalmente Benny me interrumpió para preguntarme cuál sería la diferencia si las hiciéramos otro día:

—Te vas a enfrentar con la misma cara —dijo, con una sonrisa de guaracha.

—No se trata de eso, es que a Usted hay que pillarlo cuando está entre el público y su orquesta. Ahí sí se revela “lo suyo” —el más viejo de sus amigos exclamó un ¡siá cará! con tal convicción que sonaba a sentencia. Echó un poco de ron sobre el piso y bebió un largo "buche". Benny se puso de pie.

—Bueno, está bien, ven el sábado a la Tropical. Entra por el parqueo de atrás que va directo al escenario y ahí haces lo que quieras.

Esa fue la primera vez que fotografié a Benny Moré, y la imagen que le entregué a Sergio es la que encabeza este texto.

Después lo fotografié en varias ocasiones y finalmente, como siempre se dice, "por esos caprichos del destino", allí estuve aquella noche del 5 de enero de 1963 durante su actuación en Papel y Tinta, una verbena que organizó el periódico Revolución en el Paseo del Prado, para tomarle la que tristemente sería su última fotografía.

Pocos días después estábamos en el famoso Salón del Mamoncillo, de la cervecería Polar: Carlos Franqui, Vicente (Mateo) Báez, Edith Sorel (1), René Depestre, Ramón Suarez, —es posible que también haya estado Jaime Saruski—, y yo. Lo esperábamos para filmarle una entrevista. Se trataba de un documental que estaba realizando Edith para Carlos. Benny no asistió a la cita —fue Castellano quien vino— y supimos que estaba hospitalizado y muy enfermo. Cuatro días después, el 19 de febrero del 1963, murió en La Habana.

No sé decirte cómo fue...

De nuevo intervino el destino o quién sabe qué, porque yo debía haber salido a la península de Guanacabibes a una asignación del periódico, pero los problemas de transporte y los inconvenientes de último momento me impidieron viajar. Ahora estaba en Santa Isabel de las Lajas fotografiando sus funerales.

Lo de encontrarle el alma claro que fue una simple manera que utilizó Sergio para decirme hazlo mejor, pero sin embargo, para mí se convirtió en una secreta ambición perenne ante el Retrato.

Recientemente puse mi atención en una imagen de esos funerales que nunca había impreso porque siempre la consideré defectuosa. Es un negativo que tiene un "velo", como los que ocurren a menudo por algún accidente o descuido en la manipulación de la película virgen.

En este caso, una entrada de luz, a la cámara o durante el revelado, lo originaron. Lo interesante es que la imagen recoge el momento en que el féretro, en hombros de los músicos, está haciendo su entrada en el templo yoruba del pueblo y ha dado inicio una ceremonia religiosa. Una mujer negra con muchos años lo recibió en la puerta y agitando una bandera cubana, caminaba delante del féretro limpiándole un simbólico camino al difunto. Así comenzó el ritual (2).

Según los entendidos en estos cultos de origen africano, con estos rituales se provoca el desprendimiento del alma para que, libre y pura, se eleve hacia su propia luz. (3)(4)

El velo es un simple velo, no cabe duda, pero objetivamente, también es un haz radiante que se eleva de entre las maderas y las flores del último lecho de un Ser que manifestó una especial energía al coronarse Rey por sus propias manos. Está ahí, luminoso y etéreo, como quizás sea la sustancia tangible de un alma en circunstancias de "tránsito". Pero ésa es otra historia. Mientras tanto, Ibaé bayen tonú Bartolomé Maximiliano Moré.

* A Natalia Bolivar, por su mágico magisterio.

1Edith Gombos (Edith Sorel) fue una periodista francesa corresponsal del periódico Revolución. Entre sus amistades, además de la intelectualidad cubana que se aglutinaba alrededor de Lunes de Revolución, se encontraba el escritor Graham Greene, con quien mantuvo un fluido epistolario.

2 El Itutu.

3 La adoración del espíritu es parte de la religión de los yoruba y por esta razón se le concede una gran importancia al proceso de transición desde el espíritu encarnado ["el alma", en otros textos] hasta el espíritu desmaterializado. [...] [esto] está muy de acuerdo a las esperanzas y creencias de los antiguos egipcios, quienes también oraban por convertirse en un KHU o espíritu luminoso en vez de un BA o espíritu simplemente desmaterializado y errante. Eduardo Conde: http://iyamioya.blogdiario.com/tags/Itutu/

4 "Un hombre no es sólo su cuerpo —me dijo Matta—, sino su energía, su inconsciencia, su calumnia y su verdad". Rosa Ileana Boudet La Cuba que va conmigo. Blog: Lanzar la flecha bien lejos, ed. diciembre 23/ 2006: http://rosaile.blogspot.com/

© cubaencuentro

20 Comentarios


20 by ASerrano (Usuario no autenticado) 04/04/2008 7:40

Estimado Mario García Joya, Excelente y sorprendende artículo, lo felicito, la foto es maravillosa, que fotografías las suyas. Estoy trabajando en la posibilidad de colaborar con un espacio de cine, además de las entrevistas que he realizado para Noticias Teatrales de España, si le interesa sería genial comenzar con algo suyo, aún estoy en recuperación, pero le tendré al tanto. Soy Serrano y nos conocimos en LATC cuando Yvonne presentó su excelente pieza, Las gaviotas habaneras, espero me recuerde pues he estado al tanto del trabajo de su esposa y le he sacado un par de entrevistas con unas fotos suyas muy bellas también. Me pondré en contacto con Yvonne en cuanto tenga la posibilidad, ella tiene mi correo, el de ella me los devuelve, quizás lo cambio, por favor digale si es así que me deje saber del nuevo y les escribo. Lo felicito de nuevo y un saludo para ambos, A Serrano.

19 by Tusocio Demedianoche (Usuario no autenticado) 12/03/2008 20:20

Hola Mayito. Me has hecho recordar aquellas medianoche-madrugadas en las que tu y la inolvidable Maruchi nos recibían con cositas de comer y beber en aquel jardin de tu esquina en el Vedado. Que lindo lo que cuentas. Tengo varias fotos tuyas y de Maruchi. Las tuyas no resistirian publicarse aqui. No sabia que estabas por la Yuma. Me regocija constatar de que por alla hay gente tan lindamente humana y talentosa como tu. A ver si algun dia te caigo por alla. Casi nunca bajo a la peninsula, pero contigo por alla, bien vale la pena el viaje. No te preocupes quien soy. Ya te sorprendere. Te deseo muchisima salud y no pierdas nunca tu formidable sonrisa.

18 by Dulce Maria Sanchez (Usuario no autenticado) 11/03/2008 12:40

hola mayito, precioso articulo, me encanto, me gustaria saber si vas a publicar las fotos y donde. un abrazo. la hermana de edy sanchez. te acuerdas?

17 by Rosario Moreno (Usuario no autenticado) 20/02/2008 10:00

Mayito: Que sensible tributo a Beny en el aniversario de su muerte. Además, los lectores fuímos contigo al Ali Bar y hasta al Casino de los congos. Saludos y cariños aunque no nos veamos hace años, R.

16 by Jorge Ferrer 20/02/2008 9:40

Esa foto última es absolutamente mágica, Mayito. Y el relato. Y las otras fotos. Gracias, siempre. Jorge Ferrer

15 by Pepe el Toro (Usuario no autenticado) 20/02/2008 9:40

Bueno Mayito Pepe el Toro

14 by Augusto (Usuario no autenticado) 20/02/2008 0:00

Q maravilla. Lo mejor que he leìdo hoy, con tanto retiro del monstruo de Birán, este relato sobre el Bárbaro del Ritmo suena como su propia mùsica despuès de una verbena militar.

13 by Delio Regueral (Usuario no autenticado) 20/02/2008 0:00

Felicidades Mario, el articulo no podia ser mas grafico, casi compite con la imagen, de cualquier modo es una historia inolvidable contada con mucho sabor. Me encantaria contactarte, tambien estoy en Miami exactamente en Coral Way y la 24 Ave. Ph: 305-856-5632 Saludos, Delio

12 by Erni Romero (Usuario no autenticado) 20/02/2008 0:00

Lo felicito y me alegro conocer de su maravilloso trabajo como fotógrafo, sabía solamente del cine. Fotos suyas conocí sólo una en Los Angeles era de Ivonne y la niña, bellas las dos. Maravilloso texto sobre Beni.Todo esto tiene que salir, ojalá vengan más. Saludos para su bella familia en especial a la niña y a la actriz. Y que sigan los textos y las fotos en Encuentro. Romero.

11 by Romero. (Usuario no autenticado) 19/02/2008 23:40

Hola Mayito, Ya puse un comentario que no salió, algo hice mal. Lo felicito! maravillosas fotos de Beni Moré y curioso artículo, no conocía sus fotos, solamente una de la linda bebé y la bella Ivonne, cuando los conoci en Los Angles, pensaba que solamente había hecho cine. Me alegro saber de ustedes, los felicito a ambos también, por el sitio de cultura en Miami más de teatro que nada, es maravilloso!. Ya habían hecho mucho desde los noventas con Instuto Cubano de LA. Felicito a Encuentro por publicar cosas como estas y dar a conocer el trabajo de artistas como estos. Saludos para su bella familia especialmente a la bebé (debe ser una joven) y a la actriz.

10 by JR (Usuario no autenticado) 19/02/2008 23:40

Excelente tu trabajo, Mayito. Un tributo estremecedor.

9 by Abi (Usuario no autenticado) 19/02/2008 21:20

Soy tu fan número uno y bendigo el talento que tienes. Un beso TQ. mucho Gracias por enseñarme a amar al Bárbaro.

8 by Manuel Balboa (Usuario no autenticado) 19/02/2008 19:40

Mayito, ya habia leido el articulo tuyo antes de recibir tu email. Iba a hacerte comentarios. Tienes un caudal de conocimientos increible y quisiera ver ya terminada tu obra para deleite y educacion de muchos de nosotros. Buenisimo tu articulo y eso nos abre el apetito por mas. Un abrazo, Manolo

7 by Martha María S. (Usuario no autenticado) 19/02/2008 18:20

qué hermosa crónica de la fotografía y la industria prerevolucionaria. Se respira ese ambiente, esa vida, en estas páginas y estas fotografías. La Cuba perdida, la Cuba que fue la del Benny Moré.

6 by Juan Carlos Mariño (Usuario no autenticado) 19/02/2008 17:20

Mayito: Excelente artículo, te felicito y te deseo mucha suerte. Siempre que leo del Benny viene a mi mente mi padre quién solía emborracharse escuchando su música. A inicios de la década del 90 arreglé tus computadoras varias veces en La Habana. Soy el loco que vivía con tres niños en un pequeño cuartico en el cerro, no sé si me recuerdas. Sigo siendo loco igual, trabajando con las computadoras pero ahora vivo en Calgary, provincia de Alberta en Canadá. Para bien o para mal sigo siendo el mismo, loco, servicial y amable, si me necesitas puedes contactarme en jcmarinoc@gmail.com Un abrazo El Loco

5 by El sobrino de El Conde (Usuario no autenticado) 19/02/2008 16:40

Ahhh, maravilloso. Me gustaría ver una Galería de esas fotos hechas a el Bárbaro del Ritmo. Uno piensa que ya no hay más na, pero siempre salen cosas nuevas. Ya le pasé esta historia a mis paisanos de Santa Isabel.

4 by Juana K. Vives (Usuario no autenticado) 19/02/2008 16:20

La península pinareña, cercana a México, se llama Guanahacabibes. Mayito o la redacción?

3 by Alfredo Betancourt (Usuario no autenticado) 19/02/2008 15:40

Se me olvidó decirte que también conservo un tesoro, que pertenecia a mi padre, y ahora está en mi poder, tu libro "Trabajadores" en el que se lo dedicas personalmente y le agradeces por la cámara con que lo hicistes. Hasta Pronto. Alfredo.

2 by Alfredo Betancourt (Usuario no autenticado) 19/02/2008 15:20

Mayito, que alegria leerte, y recordar a gente tan talentosa y querida, especialmente Aladino y su cámara maravillosa, él está muy anciano y sólo en su casa (Lanza murió hace unos meses de un cáncer)me cuenta un amigo. Aladino fué el que me enseñó todo de la fotografía al principio, una persona excelente, talentosa y generosa, como pocos, me dá tristeza pensar ahora mismo que está sólo en ese apartamento del vedado y uno no puede hacer nada por él. Luego fueron ustedes, Tú y Marucha quienes me abrieron las puertas de la Fototeca y de vuestra casa, y me prestaron sus libros, tesoros invaluables, sobretodo en Cuba, y en los 80s, los grabé con una cámara de video, pues no podia fotocopiarlos, mucho menos fotografiarlos e imprimirlos después, gracias, en ellos encontré la historia viva de la fotografía y gracias al taller que organizó Marucha con Pablo Cabado en la fototeca, descubri el mejor libro de fotografía que haya conocido jamás, el que no tiene fotos "Dialogo con la Fotografía", la biblia, en mi modesta opinión. Espero algún dia retribuir mis conocimientos, y la suerte de haber tenido maestros de tamaña talla, transmitiendole a otros el saber y el amor por la fotografía. conservo como algo precioso la revista Revolución y Cultura, dónde Marucha relata la Historia de la Fotografía en Cuba, y sufro de pensar que el acervo de la Fototeca, pueda sufrir las consecuencias desastrizas de faltas de medios para su conservación, Tú sabes de sobra que allí se esconde un tesoro valioso, la historia de nuestra isla en imagenes. Un abrazo desde Francia a ti y a toda tu familia. Alfredo.

1 by Rosique (Usuario no autenticado) 19/02/2008 14:20

De verdad que cuando uno tiene aché, como lo tenía el Benny, incluso después de muerto se "siente". Gracias a cubaencuentro y al autor por recordar día tan fundamental en nuestra cultura.

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