Clásicos en clave afrocubana

Cantantes, instrumentistas, compositores, arreglistas y directores de Estados Unidos, Italia, Inglaterra, Escocia, México y Cuba han participado en la compilación Rhythms del mundo. Classics (APE VISION/Universal Music Group, 2009), un porcentaje de cuyas ventas se destinará a proyectos ecológicos y de ayuda humanitaria.

El álbum es un viaje por 19 composiciones clásicas de la música popular de los últimos 50 años, tocadas en clave afrocubana.

Participan The killers (Hotel California), Jack Johnson (Imagine), Eros Ramazzotti (Mi Cherie Amour), The Rolling Stones (Under The Boardwalk), Amy Winehouse (Cupid), The Kooks (Are You Ready For Love), OneRepublic (For What It’s Worth), Cat Power (Satisfaction), Keane (Under Presure) y Editors (Walk On The Wild Side), entre otros intérpretes que se acoplan a orquestaciones imaginativas.

Músicos cubanos de probado oficio se ponen al servicio de estos ritmos del mundo y estructuran una Big Band que se adapta a las exigencias de cada vocalista. El veterano Amadito Valdés (timbales); el arreglista y trombonista Demetrio Muñiz (director de algunos trabajos de Buena Vista Social Club); el joven pianista Harold López-Nussa; el percusionista Tomás Ramos, y el virtuoso laudista Barbarito Torres son algunos de los que junto a solistas norteamericanos (Paul Taylor, John Mayer, Tom Voce), consiguen un sonido multicultural, con línea rectora afrocubana.

Si en Rhythms del mundo. Cuba (2006) el piquete de intérpretes cubanos trasladaba a las plazas afrocaribeñas composiciones de otras latitudes; en esta segunda entrega se responsabilizan de "cubanizar" melodías emblemáticas del pop, el rock alternativo, la balada y el blues.

Así, se escucha un Hotel California en los parámetros del son y con ciertos aditamentos funkeros; Imagine se mueve en las coordenadas country-guajira; The Rolling Stones ejecutan un mambo-son en Under The Boardwalk; Satisfaction está dibujada en los hilos cool, con aderezos de timba acompasada en bolero-son, en la voz de Cat Power.

Mambo, chachachá, bolero, guaracha, timba, guajira y danzón se fusionan con el pop, la balada, el funk, el flamenco y los colores del rhythm and blues, en unos arreglos elocuentes y sabrosos.

Son provocativos los riff de los metales (trompeta, flugel y trombón) y, asimismo, algunos solos del laudista Torres, en diálogo con el guitarrista Oliver Cheney y el tresero Chicoy.

Propuesta de mucha fantasía armónica, el disco es un periplo afrocubano por plazas inolvidables de la música popular contemporánea.

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