Atelier Morales: dos arquitectos cubanos en Montsouris

La villa Montsouris, flamante residencia privada construida en el barrio del Parque Montsouris en París, está diseñado por el Atelier Morales, asociación de los arquitectos cubanos Teresa Ayuso y Juan Luis Morales, ambos residentes en esta ciudad desde hace 20 años. Crearon un atelier interdisciplinario consagrado a la fotografía, a las artes plásticas, al diseño y a la arquitectura.

Hasta ahora, ha sido su trabajo fotográfico el que ha sido reconocido y expuesto en diferentes bienales, ferias de arte internacional y museos. Si bien entre sus trabajos precedentes podemos encontrar proyectos y realizaciones como el club discoteca The Treplay (París), el restaurante Havanita Café (París), el Café Loma (París), el restaurante La Manigua (Chartres), las tiendas de delicatessen El Bierzo (París), restaurante Bahía (Saint Tropez), así como las ferias de arte contemporáneo Balelatina y Hot Art en Basilea (Suiza), es sin duda, la Villa Montsouris su realización de más trascendencia.

El Atelier Morales ha construido integralmente una villa en el barrio XIV al sur de París en el emplazamiento de una casa de principios del siglo XX situada en la calle Parc Montsouris. La nueva residencia privada que ocupa actualmente unos 350 m², fue en su época, una casa de 2 pisos sin el charme y originalidad arquitectónica que caracterizan algunas residencias del entorno. La zona, desprovista de construcciones, adquirió un carácter bucólico a finales del siglo XIX con los proyectos de Napoleón III. Poco a poco, el barrio próximo al histórico Montparnasse, al parque de Montsouris y tiempo después a la Cuidad Universitaria con sus 34 hectáreas, comenzaron a proliferar las construcciones de habitación modesta en ladrillo rojo u ocre, como expresión del momento.

En los años 20, adquiere un carácter propio gracias a los muchos artistas que escogieron esta zona accesible e idílica para vivir y trabajar, como, Roger Bissière, Claude Bouscau, Georges Braque, Tsugouhru Fujita, Marcel Gromaire o Amédéé Ozenfant. Estos artistas, hicieron un llamado a los arquitectos más innovadores de su tiempo, Le Corbusier, Gille Buisson, André Lurçat, Auguste Perret, buscando la calma en un barrio que bordeaba el largo parque y que da sobre uno de los antiguos acueductos de París construidos bajo la dirección del prefecto-urbanista E. Haussmann y el ingeniero J. Ch. Alphand.

Un siglo más tarde, al subir la cuesta en forma de “U” que lleva a la residencia, se aprecia súbitamente el color ocre de Siena del edificio, utilizado hace milenios en pintura artística. Se descubre una casa novedosa, una combinación de arquitectura tradicional con los principios del modernismo y de la arquitectura contemporánea.

Teresa Ayuso y Juan Luis Morales retoman algunos elementos característicos de la zona y sin embargo, respetan el espíritu clásico y moderno de las construcciones de finales del siglo XIX y principios del XX (como son el ladrillo, la piedra meulière en los basamentos, los repellos tradicionales en cal y los techos-terrazas).

Los arquitectos han querido preservar los pocos elementos arquitectónicos originales que predominaban en la propiedad, como el inmenso muro de piedra a vista que la bordea, y, en la fachada principal, un volumen con techo inclinado con tejas planas de cerámica donde se asoma un balcón de inspiración Art-déco.

La casa refleja una visión del arquitecto como un ser que soluciona los conflictos de la arquitectura con una intervención minimalista, sin ornamentos. Abarca todos los problemas de la organización espacial, desde su equipamiento hasta la articulación urbana. Inspirándose en los numerosos «ateliers» de artistas existentes en el barrio, el Atelier Morales ha rescatado y aportado a la nueva estructura una rica fantasía del uso de materiales primarios como el vidrio y el acero en las numerosas vidrieras y verandas de la estructura. Han codificado algunos elementos técnicos como el techo-terraza-jardín.

El espacio interior está repartido en 4 niveles por medio de una escalera metálica de caracol con un efecto visual que recuerda la escultura-monumento La Torre, 1919, del artista ruso V. E. Tatlin. La escalera es un eje central que domina y da acceso a los diferentes espacios, y luminosidad, creando una armonía entre la luz y la forma.

En un terreno de unos 200 m² con muros medianeros, el Atelier Morales, busca resolver numerosos problemas prácticos creando soluciones que responden a las necesidades del entorno, de la cultura hodierna y de la comunidad. Deja una huella muy personal, la verdadera huella del arquitecto contemporáneo. Este encargo de residencia privada, en un barrio como el de Montsouris, integra un sitio histórico y entra en el siglo XXI haciendo parte de una importante colección de museo de arquitectura al aire libre.

María Eugenia Castilla, máster de Historia del Arte en La Sorbonne Paris IV.

© cubaencuentro