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Ramiro Valdés aprovecha el homenaje al Che para resaltar el debate que promueve Raúl Castro

'Nuestra agenda es hacer cuanto resulte sensato y posible, eliminar lo que sea absurdo', dijo el ministro.

El ministro de la Informática y las Comunicaciones, Ramiro Valdés, encargado de las palabras del acto central por el aniversario 40 de la muerte de Ernesto Che Guevara, este lunes, dedicó buena parte de su discurso a resaltar el debate que se lleva a cabo en la Isla sobre la necesidad de "cambios estructurales" en la economía, reconocida por Raúl Castro el pasado 26 de julio.

"Seguir el ejemplo del Che (...) significa hoy mirar hacia delante", dijo Valdés uno de los comandantes de la Revolución.

Cuba rindió este lunes homenaje al Che en un acto presidido por Raúl Castro ante el mausoleo que guarda los restos de Guevara en la ciudad de Santa Clara. Fidel Castro, aunque ausente, fue ampliamente evocado, informó la AFP.

La ceremonia, a la que asistió la familia de Guevara y la alta dirigencia militar y del gobierno cubano, abrió con la lectura de un artículo publicado este lunes en la prensa, en el que Castro, que no aparece en público desde hace 14 meses debido a una crisis de salud, honra la memoria del argentino.

En su discurso, Valdés afirmó que Castro, que es sustituido por su hermano Raúl en el poder desde el 31 de julio de 2006, "hoy se recupera y desarrolla un papel insustituible de orientación con su experiencia y sus ideas".

"Pero ante esta situación, como él mismo reclamó (…) nuestro único deber es unirnos más, trabajar mejor y redoblar junto a Raúl y el Partido todos los esfuerzos que tenemos ante nosotros", añadió.

"Todo el país en estos días es un hervidero de ideas", dijo Valdés. Estas discusiones "abiertas y francas" pueden arrojar "la búsqueda colectiva de soluciones que no pueden ser nunca mágicas", agregó en referencia al debate promovido por Raúl Castro tras su discurso del pasado 26 de julio.

Lo que se espera del debate es que ayude a "romper con la inercia, el dogmatismo y el estilo burocrático, a desarrollar el enfoque creador, a liberar donde estén trabadas las fuerzas productivas y a lograr que nos acostumbremos a revisar y actualizar críticamente las fórmulas que aplicamos en la economía y en las distintas esferas de nuestra vida", dijo el ministro.

"Nuestra agenda es hacer cuanto resulte sensato y posible, eliminar lo que sea absurdo, conciliar cada logro y asegurar cada día más la plena soberanía del país, el socialismo como fundamento de la independencia y el desarrollo material", añadió.

Valdés advirtió también contra el neoliberalismo y el "imperio" y llamó a los cubanos a no bajar la guardia y a recordar las palabras del Che: "al imperialismo, ni tantico así".

"Hay una agenda revolucionaria, pero seríamos ingenuos si no viéramos que el enemigo trata desesperadamente de introducir su propia agenda en esta discusión y en general en todo el tema cubano", indicó.

Criticó a quienes "de modo consciente o inconsciente" estimulan el desaliento y crean "ilusiones de que el conflicto histórico entre Cuba y Estados Unidos puede resolverse por la vía de concepciones unilaterales o a la espera de favores".

No obstante, dijo que La Habana no renunciará por eso "a la posibilidad del diálogo" si un día aparecen en Estados Unidos "gobernantes más realistas".

La referencia a un hipotético diálogo sigue a lo expresado por Raúl Castro el 2 de diciembre de 2006, en la conmemoración del aniversario 50 del desembarco del Granma, y a la del pasado 26 de julio, en el aniversario 54 del asalto al Cuartel Moncada.

En el discurso de julio, Raúl Castro señaló que si los sucesores del presidente estadounidense George W. Bush "dejan a un lado la prepotencia y deciden conversar de modo civilizado (con Cuba), bienvenido sea", reportó Notimex.

"La nueva administración tendrá que definir si mantiene la absurda, ilegal y fracasada política hacia Cuba o acepta el ramo de olivo que extendimos" el 2 de diciembre pasado, indicó.

Sin embargo, el 1 de agosto, Fidel Castro descartó que Estados Unidos negocie con La Habana y advirtió a los dirigentes del régimen que es un "deber sagrado" reforzar la defensa del país contra una eventual invasión.

"Nadie se haga la menor ilusión de que el imperio, que lleva en sí los genes de su propia destrucción, negociará con Cuba", dijo Castro en una de sus reflexiones.

Durante el acto de este lunes, Raúl Castro, quien permaneció en primera fila sin pronunciar palabra, saludó a la esposa de Guevara, Aleida March (71 años), presente en Santa Clara con los cuatro hijos que tuvo con el Che.

"Hoy, que América Latina comienza a despertar, se hacen realidad los sueños de todos ellos juntos", dijo Aleida Guevara (47), la hija mayor del Che; mientras que el más pequeño, Ernesto (42), encabezó un singular homenaje en su Harley-Davidson, escoltado por 37 motociclistas.

© cubaencuentro

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