Jóvenes cubanos aconsejan a los chilenos: «Lean los libros de Lenin, pero no los apliquen»

'Léanlos, pero no los apliquen'

"Era una buena oportunidad para comprar la colección de libros de Lenin. Estaban a buen precio y, en La Habana, sonaban hasta emblemáticos. Luego de adquirirlos, Eduardo y Juan pagaron dos pesos cubanos a un gondolero para que los ayudara a transportar los textos sólo hasta la puerta del hotel. Pero no más allá. Sucede que los cubanos no pueden ingresar a recintos donde haya Internet, CNN, y todas esas cosas 'imperialistas'. Eduardo Gomien y Juan Lagos, chilenos, ya en su destino, se despidieron del gondolero, un joven risueño de raza negra. Mientras se alejaba, este les lanzó un comentario respecto de su reciente compra, que a ellos, después de todo lo que habían visto en sus siete días de visita, no los sorprendió mucho. 'Léanlos, pero no los apliquen'".

"A cincuenta años de la revolución, muchas cosas ya no son las mismas, a ojos de cuatro jóvenes santiaguinos que decidieron conocer la aún Cuba de Fidel. Aquella imagen de la gente pidiendo chicles e intercambiando cosas por un par de jeans, ya no es tal. Caminar por las calles de La Habana tiene nuevas curiosidades (…) Algo ha cambiado. De vez en cuando timbra un celular -cuya comercialización ya está permitida en la isla- y tienen gran interés por los artículos electrónicos. El atuendo de muchos cubanos luce ahora el símbolo de Adidas, aunque la polera les cueste los ahorros de años. Para las celebraciones de la revolución, en La Habana, sólo se armo un estrado con orquestas musicales, lo que congregó a un puñado de gente a bailar. Nada más".

"La respuesta oficial de por qué tan poca efusividad: este año le tocó a Santiago de Cuba celebrar. La respuesta a sotto voce: 'No hay nada que celebrar'. 'Conversando con la gente, ésta ya no vibra con la revolución. Está preocupada de sus cosas, de sobrevivir', dice Eduardo, director del Instituto Política y Sociedad, y estudiante de Derecho. '¿De dónde vienen?', les preguntaba la gente cuando salían a caminar. 'De Chile', respondían ellos. 'Ah, la Suiza de América Latina', les comentaban siempre".

"En su periplo, Eduardo, Juan y otros dos amigos lograron contactarse con las Damas de Blanco, aquellas esposas y familiares de disidentes encarcelados. 'Señora presidenta de Chile. Queremos hacerle una humilde petición. Cuando visite Cuba, reúnase con nosotros. Sería un gran aliciente para nuestra causa, que usted intercediera para que nos reunamos con nuestros familiares (presos)', dijo Laura Pollán, una de las damas, ante la próxima visita de la mandataria. Más allá de agendas, los jóvenes chilenos que visitaron Cuba creen que una reunión de Bachelet con la disidencia -que ya se descartó-, sí sería una revolución. Lo dijo Allende: 'Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica'".

El Mercurio, Chile
9 de enero de 2009

¿Payasada o mensaje?

"La dictadura castrista celebró esta vez la entrada de Fidel Castro a La Habana con una sorpresiva parodia. La llamada 'Caravana de la Victoria' (…) El hijo del dictador, Fidelito, representó el papel principal, vestido de verde olivo y con barba (aunque canosa) repartiendo abrazos, en medio de vítores y aplausos de los espectadores (…) La transferencia del culto a la personalidad del líder, a su primogénito heredero, tiene todas las características de una sucesión dinástica del poder. Sería algo así como trasplantar la Corea del desaparecido Kim Il Sum a la Cuba caribeña. Se me hace imposible dejar de pensar en el asunto, por muy descabellado que parezca en principio".

"A fin de cuentas, ideas descabelladas y alucinaciones pintorescas también forman parte del medio siglo de legado castrista. Sobre todo cuando por la otra rama familiar, que encabeza el actual gobernante Raúl Castro, despunta su hija Mariela en pose de primera dama, y el nieto-coronel, está a cargo de su seguridad personal; sin contar una larga retahíla de sobrinos, yernos, nueras; que ocupan posiciones importantes en el aparato de gobierno".

"…Comparto con los lectores una de esas observaciones que, de vez en cuando, nos asaltan a quienes tratamos de seguir de cerca los vaivenes de la dictadura. Se trata de la ausencia de las 'Reflexiones del compañero Fidel' que nos endilga el dictador desde su retiro de enfermo. Ya va por 182 contando la última que publicó la prensa oficial el 15 de diciembre de 2008, dedicada al medio ambiente (…) Desde entonces 'el compañero Fidel' sólo ha escrito 15 palabras, que fueron dedicadas a felicitar a sus compatriotas por el 50 aniversario del triunfo revolucionario. Nada más…".

"…Estadísticas aparte, no creo que el hombre esté en coma ni mucho menos. No hay indicios que hagan pensar que su salud ha empeorado. Claro que hay otra versión de este silencio del 'compañero Fidel'. Hay quien dice que está muy molesto porque su hermano, en plan de jefe de gobierno, se salió del libreto sugerido durante su visita a Brasil. El asunto tiene que ver con la propuesta de canje de prisioneros que soltó Raúl. Fue una bomba mediática. En Cuba los prisioneros políticos y sus familiares han rechazado la propuesta (…) Parece que para 'el compañero Fidel' el asunto tiene un ángulo semejante, desde otra perspectiva. Está molesto con la propuesta porque sus 'cinco héroes prisioneros del imperio', no pueden compararse con un grupo de opositores…".

Pablo Alfonso, Diario Las Américas, EE UU
11 de enero de 2009

Cristina a Cuba: entre los negocios riesgosos y la relevancia de los DD HH

"…La presidenta Cristina Fernández de Kirchner tiene previsto viajar a Cuba con una agenda de temas bilaterales relacionados con energía, salud y educación, a los cuales hay que sumarle un programa comercial que incluirá una delegación de empresarios argentinos a la isla. Es lo que se sostiene desde la órbita oficial, pero sin embargo, se especula con que el tema central de la visita presidencial a La Habana es traer a la Argentina a la disidente Hilda Molina, para que pueda reunirse aquí con su familia. El reclamo argentino por la médica impedida de salir de su país, que encabezó Néstor Kirchner en 2006 con una carta-pedido entregada a Fidel Castro en Córdoba, ha perdido fuerza desde la designación de Juliana Marino, una ex diputada nacional y legisladora de la ciudad públicamente adicta a la dictadura cubana, como embajadora política en La Habana".

"Ni siquiera Marino ha visitado a Molina alguna vez y hasta el diplomático argentino que fuera asignado al seguimiento del caso por el anterior embajador, pasa en estos días por su casa con habitualidad. Es notorio también que durante la gestión de Jorge Taiana la Cancillería argentina siempre ha evitado referirse al delicado tema de los derechos humanos en la isla y a la represión que allí se produce sobre la oposición cívica no violenta".

"Por eso mismo, o porque no hay seguridad de cumplir con el objetivo, trasciende sólo hasta ahora que la visita de Cristina a Cuba estaría limitada a los temas mencionados, vinculados a lo comercial. Si esto es así, el viaje sería cuestionable desde dos aspectos, ya que hacer negocios en Cuba es muy riesgoso y por otro lado, para un gobierno que levanta como lo hace el argentino la bandera de los derechos humanos, no sería posible abstenerse de mencionar la situación de los mismos en Cuba".

"…Si se reafirma la hipótesis del viaje para conseguir el traslado de Hilda Molina a Buenos Aires éste debería complementarse con un reclamo por la apertura democrática y por la liberación de los más de doscientos presos políticos. Un gobierno argentino dispuesto a tratar dignamente la relación con Cuba debería priorizar la situación política en la isla, denunciar la falta de libertades y cuestionar la ilegitimidad de sus autoridades, ya que no han surgido de elecciones libres y multipartidarias y, al mismo tiempo, reclamar el pago de la deuda de más de dos mil millones de dólares, pues esa suma es hoy muy importante para atender muchas necesidades sociales en la Argentina".

"Y por supuesto, queda otra deuda que reclamarle a la revolución cubana: su complicidad en apoyar a la dictadura militar argentina, incluyendo el bloqueo a la condena en la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra entre 1976 y 1983. Si al igual que la dictadura de Augusto Pinochet en Chile, que fue sistemáticamente condenada en Ginebra y debido a esas denuncias se pudieron salvar vidas, los militares argentinos hubiesen recibido la misma repulsa internacional, entonces es muy probable que las víctimas de la represión en la Argentina hubieran sido menores si Cuba, la Unión Soviética y el resto de los países del Movimiento de los No Alineados apoyaban la propuesta de condena promovida entonces por los Estados Unidos…".

Diario Exterior, España
11 de enero de 2009

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