'Il Giornale' explica cómo «un afortunado 2% de la población cubana» podrá olvidarse de los alimentos racionados

'Somos españoles': 200.000 cubanos en fuga

"El golpe de gracia a la sempiterna revolución cubana podría llegar no de los capitalistas del gran vecino americano, sino de la España socialista. Y con una simple disposición burocrática. La llamada 'Ley de la Memoria' emanada en los meses pasados por el gobierno de Madrid guiado por José Luis Rodríguez Zapatero, además de cancelar los símbolos del franquismo, corre el riesgo de transformar Cuba en una isla de españoles".

"Acaba de entrar en vigor la norma que establece que los nietos de exiliados y emigrantes españoles pueden adquirir la nacionalidad aunque sus padres no hayan nacido en España, que era la condición requerida hasta ahora. Un maná para quienes anhelan abandonar de alguna manera Cuba. Resultado: ante el consulado español de la Habana hay a cualquier hora del día una fila de centenares de personas para recibir información al respecto; el edificio ha sido a apodado 'la fábrica de los españoles'. Apodo acertado, si se respetan las previsiones: los primeros cálculos hablan de 200.000 cubanos destinado a ser españoles dentro de 2011. Un afortunado 2% de la población que podrá olvidarse de alimentos racionados, de trabas para expatriar y de las dificultades económicas de cada día".

"Son números que comienzan a preocupar al régimen castrista que durante años ha tenido que enfrentarse a la sangría de su población con los desesperados 'balseros' cautivados por las sirenas anticastristas de Miami y los campeones olímpicos en competición fuera del país. Hasta ahora el número de los fugados, en fin de cuentas, ha sido limitado, pero ahora podría dispararse. Además, dentro de la legalidad".

"El sueño de un pasaporte europeo puede afectar prácticamente a cualquiera, en la isla. En Cuba son muy pocos los que no pueden alardear de un antepasado español. Los primeros que pueden reivindicar la ciudadanía española son precisamente los dos que más han contribuido a realizar la utopía socialista a dos pasos de la patria del capitalismo. En efecto, Fidel y Raúl Castro son hijos de Ángel Castro, un emigrante español que llegó a ser un acomodado latifundista. La 'fábrica de los españoles' ha superado a Obama en el interés de la gente…".

Il Giornale, Italia
2 de febrero de 2009

Impresionante

"No me he repuesto todavía del pasmo de ver al nuevo coordinador general de IU, Cayo Lara, al frente de una manifestación en apoyo al régimen cubano. Escribir es una manera de pensar, y la indignación es una mala consejera a la hora de escribir porque dificulta el raciocinio. Intentaré (será difícil) no indignarme, pero lo que no puedo evitar es una inmensa tristeza. La pena de saber que, una vez más, las víctimas del castrismo están siendo doblemente apaleadas, por un régimen que les priva de todos sus derechos y por unos manifestantes que, siguiendo la vieja práctica totalitaria, se dedican a insultarlas y difamarlas. El desaliento de comprobar hasta qué punto el dogmatismo no sólo ciega a las personas, sino que las envilece, haciéndoles apoyar a los verdugos".

"Cuba es una dictadura simple y pura. Sostener otra cosa es no querer informarse. Los datos fiables de la brutalidad del castrismo están al alcance de cualquiera: basta con consultar, por ejemplo, los informes de Amnistía Internacional o de Reporteros Sin Fronteras. Es un país sin libertades en el que una mera crítica al Gobierno puede llevarte a la cárcel. Recordemos que en la primavera negra de 2003 se condenó a 75 disidentes con penas de hasta 28 años de prisión. Decenas de ellos siguen dentro en condiciones terribles. Todo esto es tan obvio y conocido que aburre repetirlo. De hecho, creí que el peso insoslayable de la verdad había terminado por calar en los prejuicios de la gente, y que hoy los partidarios del castrismo ya sólo podían ser o bien parte interesada (funcionarios del régimen), o bien algún nostálgico residual de mollera blindada. Y de repente aparece el líder de IU, una fuerza parlamentaria con casi un millón de votantes, manifestándose a favor del castrismo. Es decir, manifestándose a favor de una dictadura. ¿No es impresionante?".

Rosa Montero, El País, España
3 de febrero de 2009

La libertad contra la 'dignidad nacional'

"En España no ha desaparecido la fascinación por el régimen castrista. Puede que en la manifestación de la Puerta del Sol contra el régimen cubano hubiera menos personas que en la convocada un día antes por el Movimiento de Solidaridad con Cuba, pero hay motivos para creer que en la primera había muchos más cubanos porque en la segunda predominaban los españoles y algún que otro simpatizante latinoamericano comunista o populista. Todo esto nos lleva a la conclusión de que el mito de Fidel Castro y su revolución sobreviven en tierras españolas y cobran nuevos bríos con la ascensión del populismo en América, inaugurada por Chávez".

"Para los 'solidarios con Cuba', toda crítica es por definición anticubana. Es el habitual sofisma nacionalista que identifica al líder supremo con la nación. Para ellos, Cuba es sinónimo de progreso. Alegan que distintos organismos internacionales como el PNUD, la FAO o Unicef sitúan al país con un alto Índice de Desarrollo Humano porque ha erradicado la desnutrición infantil, la tasa de esperanza de vida es una de las más altas, y las tasas de mortalidad infantil son de las más bajas. Independientemente de la veracidad de estas afirmaciones, ninguna resistiría la observación de Benjamin Franklin, del que nadie negará su progresismo ilustrado, que criticaba a quienes son capaces de renunciar a las libertades fundamentales para ganar un poco de seguridad transitoria".

"Se interpreta toda crítica al régimen como nostalgia de la política colonizadora porque Cuba es un país soberano e independiente. Otra vez la misma paradoja que se daba en el Estado soviético: la URSS se aferraba, como cualquier nacionalismo conservador, al soberanismo y dejaba en segundo plano los problemas económicos y sociales que en su día justificaron la llegada del nuevo régimen".

"No cabe mayor identificación con el viejo Derecho Internacional, el que desde Westfalia sacralizó la soberanía de los estados y no tuvo en cuenta la dignidad de los individuos hasta que los horrores de la II Guerra Mundial alumbraron la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Esos derechos son muy superiores a la dignidad de todos los regímenes y de todas las revoluciones. Sin embargo, en España no ha desaparecido la fascinación por el régimen castrista. No es el sistema que muchos quisieran aquí, pero lo consideran adecuado para los países en vía de desarrollo, para recuperar su dignidad nacional, y no quieren darse cuenta de que la dignidad no se compra con estadísticas sociales sino con libertad para que el ser humano desarrolle sus mejores capacidades".

Editorial de La Gaceta de los Negocios, España
2 de febrero de 2009

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