Educación

¿Qué pasa con los repasadores?

La denuncia contra los maestros 'privados' intenta ocultar el verdadero problema: el destrozo del sistema de enseñanza.


Dados al disparo con salva para entretener a la perdiz, los "críticos" y "denunciadores" designados por el régimen para abordar en los medios nacionales de prensa los problemas que más nos afectan hoy en Cuba, están repudiando con una cierta insistencia a los repasadores, maestros que al no poder —o no querer— enseñar como es debido a sus alumnos en los horarios y con los métodos oficiales de las escuelas, lo hacen en tiempo extra, en sus casas particulares, y cobrando por debajo de la manga a precios de Potosí.

Para cualquier lector del exterior que no esté familiarizado con nuestros asuntos, esta puede parecer una denuncia oportuna y diáfana y justa. Sin embargo, no es así como generalmente la vemos los cubanos desde adentro. No porque carezca de justeza la crítica de tal calamidad, ni porque esté fuera de sitio señalar la falta de ética en la cual incurre un trabajador cualquiera, y muchísimo más un maestro, al dejar de cumplir sus obligaciones formales con el premeditado objetivo de hacer dinero cubriendo el déficit, en forma ilegal e inescrupulosa.

Pero denunciar a los repasadores como un mal aislado, una mosca en la nata impoluta de nuestras estructuras para la enseñanza, es, en el mejor de los casos, obstaculizar la comprensión del problema en su esencia. Así como no menos engañoso es supeditar su existencia a la crisis económica y a la corrupción que nos han estado afectando, dicen, que en los últimos tiempos.

Lo que pasa con los repasadores es que representan un subproducto, una consecuencia de ese engendro con tentáculos múltiples en que se ha convertido el sistema de educación en la Isla. Y no, como suele decirse mañosamente, debido a la pobreza material que nos azota desde los años noventa, sino por efecto de la oquedad moral —y de la inteligencia y del espíritu— ocasionada por el régimen a través de dogmas y dictados absolutistas, caprichosos, erráticos, con que viene desmoronándonos desde la raíz, hace ya medio siglo.

Ni siquiera resulta posible determinar a estas alturas si los repasadores (en su variante nefasta de hoy en día) surgieron por iniciativa propia y espontánea, o por la demanda de los padres que, desesperados al notar en sus hijos la falta de conocimientos básicos, aun cuando aprobaran cada año los grados académicos, no les quedó más remedio que decidir gastarse los pesos que no tenían en el intento de remediar las insuficiencias de la escuela.

Ristra de disparates

Todo el que ha querido conocerla, conoce ya de sobra (o tiene la posibilidad de constatar) la ristra de disparates, descalabros y desaciertos que en forma progresiva, durante decenios, provocó el deterioro del sistema nacional de enseñanza en la Isla.

Desde la deserción en masa (por falta de estímulos de todo tipo, incluidos salarios menudamente humanos) de la gran mayoría de los profesores capacitados y con experiencia, hasta el desvarío de pretender sustituirlos con adolescentes no mayores ni mejor informados que los mismos alumnos. Desde la preponderancia del adoctrinamiento político sobre la impartición del conocimiento general amplio y profundo, hasta la deshumanización de los métodos y la superficialidad de la forma contenidos en la suplencia del maestro, que no sólo enseña sino también educa, con la fría pantalla de televisión.

Y ahora resulta que algunos ingenuos o ignorantes (considerémoslos así) se apean con la opinión de que los repasadores no son sino pobres penetrados por la ideología capitalista y que están aplicando en Cuba los vicios de ese sistema, cuando en realidad lo único que hacen es mostrar una de las múltiples caras feas, esta vez sin careta, de nuestro socialismo totalitarista y mediatizador.

Lo que pasa con los repasadores es que una vez más, como tantas otras, somos rehenes del mal manejo, las deformaciones y los laberínticos desmadres de una dictadura que nos ha obligado —nos obliga— a vestirnos con dos únicas prendas, como las meretrices: una de lentejuelas, para el falso lucimiento ante el consumidor de afuera, y otra de harapos, para la intimidad.

© cubaencuentro

4 Comentarios


4 by Ana Rosilda (Usuario no autenticado) 13/06/2008 20:40

Para poder hacer un análisis claro de lo que se expresa la nota, hacen falta NUMEROS. Es necesario conocer números de familias utilizando a los "repasadores", números de "repasadores" por escuelas, establecer aumento, disminución, etc, etc. Sin numeros es imposible analizar la gravedad del problema, las razones de ser, y las posibles soluciones.

3 by UNO MAS (Usuario no autenticado) 10/06/2008 9:00

COINCIDO CON CABURNI. LAS ESCUELITAS HAN EXISTIDO SIEMPRE. RECUERDO EN MI NATAL FLORIDA QUE ASISTIA A LA DE UNA MAESTRA QUE ME ENSENO MECANOGRAFIA, ORTOGRAFIA Y GRAMATICA. CON CUYOS CONOCIMIENTOS CORREGIOA DESPUES A ALGUNOS MAESTROS DE ESOS QUE IM- PLANTARON EN EL AULA POR ""NECESIDAD"". LUEGO ME CONNVERTI EN UN EMERGENTE, BAJO LA SUPERVISION DE LA DOCTORA ZOYLA ANGULO EN EL PEDAGOGICO DE CAMAGUEY. Y SE NOS SIGUIO DANDO ATENCION MUY DE CERCA. PERO LUEGO LAS COSAS SE FUERON DETERIORANDO HSTA LLEGAR A LO QUE TENEMOS HOY EN LAS ESCUELAS DE CUBA.

2 by Juanito Colibri (Usuario no autenticado) 10/06/2008 8:40

La educacion, la arquitectura, la ingenieria, la productividad, la salud publica y otros "exitos" de la Robo-lucion Sucio-lista como la han llamado algunos ha sido en gran medida simple consecuencia de los rezagos del pasado. Los maestros, los metodos, las escuelas, los hospitales, los cirujanos, las grandes obras, los hoteles y edificios de vivienda, la Plaza Civica Jose Marti y otras miles de cosas valiosas que se atribuyeron en los primeros 10 años y que algunos añoran como si hubiera sido fruto de la dictadura fueron todos herencias de la sociedad, el sistema y los gobernantes que pretenden negar. Lo que tenemos actualmente, la destruccion de las ciudades, de los centrales, de la agricultura, de los hospitales, de la convivencia, las separaciones de las familias, los fusilados, los presos, el horror, los repasadores y la ignorancia que se acrecienta es lo unico que realmente ha logrado el dictador y su camarilla de estupidos y asesinos.

1 by CABURNI (Usuario no autenticado) 09/06/2008 19:40

Este asunto de los repasadores no es nuevo. Yo comencé a ir a la escuela en los años ochenta y durante casi toda la primaria estuve en escuelita privada por las tardes. Pero más lejos aún, mi mamá, que empezó la escuela antes de 1959, también iba a escuelita privada luego de salir de la escuela pública a la que iba. O sea que éste es un fenómeno viejo. Que se justifique actualmente debido a los megaerrores en el sistema educativo nacional, tiene sentido; pero no surge a raíz de éstos.

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