Los primeros resultados oficiales de las elecciones legislativas palestinas confirmaron el espectacular resultado del grupo radical islámico Hamas, que logró la mayoría absoluta al alzarse con 76 escaños de un Parlamento de 132 asientos.

Este resultado permite a los extremistas gobernar en solitario, sin el concurso de Al Fatah, la fuerza dominante durante los últimos 10 años, informó el diario español El País.

Más del 77% de los palestinos con derecho a voto habría acudido a las urnas.
Antes de conocerse los resultados, la Autoridad Palestina ya había reconocido la victoria de Hamas.

Mahmud Abbas, presidente de la Autoridad Palestina y líder Al Fatah, llamó a "respetar" los resultados y estudiaba su dimisión, después de aceptar la del actual Gabinete, dirigido por Ahmed Qurei.

Los líderes de Hamas anunciaron su intención de comenzar "próximamente" consultas con Abbas para la formación de gobierno, y aseguraron estar "dispuestos" a trabajar con Al Fatah.

Pero Abbas ha adelantado que Al Fatah no participará en el gobierno entrante. "Las elecciones han sido transparentes y equitativas y todas las partes deben respetar los resultados", dijo en un comunicado.

"Al Fatah se rehúsa a participar en un gobierno formado por Hamas", dijo por su parte Jibril al-Rajoub, un funcionario de alto rango de Al Fatah citado por Reuters.

"Hamas tiene que asumir sus responsabilidades. Fatah actuará como una oposición responsable", agregó

"El mayor crimen que Al Fatah puede cometer es aceptar participar en un gobierno de unidad nacional con Hamas", dijo este jueves Ziyad Abu Ein, otro funcionario del partido de Abbas. "Dejen a Hamas que asuma solo sus responsabilidades, si puede", añadió.

Estados Unidos, la Unión Europea e Israel, consideran un grupo terrorista a Hamas, que tiene entre sus objetivos la destrucción del Estado de Israel. El movimiento es responsable de la mayor parte de los atentados contra el Estado hebreo cometidos en los últimos años.

Qurei fue el primero en acatar la derrota de Al Fatah: "Voy a presentar hoy mi dimisión al presidente Abu Mazen (Mahmud Abbas), que debe encargar a Hamas la formación del nuevo gobierno. Hay que respetar la elección del pueblo y el partido más votado debe gobernar", dijo a los periodistas antes de hacer oficial su renuncia.

Las encuestas previas a las elecciones pronosticaban una gran presencia del movimiento radical en el Parlamento, incluso su entrada en un gobierno dirigido por Al Fatah, pero no se preveía que pudiera hacerse con el poder.

La victoria de Hamas supondrá un serio revés para el proceso de paz con Israel e incluso, según El País, para la propia superviviencia de la Autoridad Palestina, ya que es la Unión Europea (UE) la que paga los sueldos de sus funcionarios.

Los propios líderes de Hamas, Ismail Hania y Mahmud Zahar, han declarado que la victoria de su partido tendrá consecuencias internacionales sin precedentes para el proceso de paz.

"Nuestra victoria es una lección a la comunidad internacional, y cambiará la actitud de Israel, los países árabes y Occidente hacia el conflicto palestino-israelí", dijron. También exigieron a Washington que respete "los resultados de las urnas y la voluntad del pueblo palestino".

La sola posibilidad de que los radicales entraran en el gobierno como socio minoritario de Al Fatah ya suscitaba el rechazo de la UE, Estados Unidos e Israel.

Ni Washington ni Tel Aviv estarían dispuestos a negociar con un grupo. Sin embargo la UE ya dijo que trabajará con el nuevo gobierno palestino, siempre que sea "pacífico".

Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, dijo que para entrar en el gobierno, Hamas debería desarmarse.

Un voto de castigo

La legislativas del miércoles habrían representado un voto de castigo para Al Fatah.

"Es un resultado difícil de encajar. Los líderes del Fatah están asustados y entristecidos. A partir de ahora debemos mirarnos hacia adentro, ver qué ha pasado con el partido en los últimos diez años e intentar empezar de cero", dijo a la AFP Mohammed Odeh, responsable de la campaña de Al Fatah.

"Los ciudadanos han dado un 'no' rotundo a Al Fatah por la corrupción, la inseguridad, la poca transparencia a la hora de tomar decisiones y, sobre todo, porque ya no creen en un proceso de paz conducido por este partido", declaró el analista de la universidad de Bir Zeit, Jalil Jerbawi.

"Nadie esperaba esta victoria, es una sorpresa para todos, incluido Hamas. No podemos hablar de crisis, es más bien un cambio dramático que no fuimos capaces de anticipar", añadió Jerbawi.

Pero para los responsables de Al Fatah, el gran culpable de esta victoria de Hamas es la "ocupación israelí", y cualquier partido que hubiera gobernado en los últimos cinco años habría tenido el mismo problema en las urnas.

"La responsabilidad de esta derrota recae en buena parte en la ocupación israelí y en la comunidad internacional, que no nos han permitido gobernar mejor en los últimos cinco años", añadió Odeh.

A su juicio, el desempleo, la pobreza y la falta de libertad de movimiento sufridos por el pueblo desde hace años influyeron mucho en las elecciones legislativas del miércoles pese a "no deberse en absoluto a la gestión del partido".

"Es una lección de humildad para Al Fatah. Espero que aprendamos algo de esta derrota y que el nuevo Parlamento encarne con más fidelidad las aspiraciones del pueblo", dijo Jihad Abu Zneid, candidata de Al Fatah en Jerusalén.

Para el representante diplomático mexicano ante la Autoridad Palestina, Francisco Alonso, ni los más pesimistas de Al Fatah llegaron a imaginar una derrota semejante.

"Es más que un voto de castigo, es un grito del pueblo por el cambio y la reforma. Hamas supo llegar a los sectores más desprotegidos de la sociedad con una fuerza desconocida e inesperada", declaró.

Según el diplomático, la gran pregunta ahora es saber si "Hamas tendrá la sabiduría necesaria para adoptar una posición tolerante y conciliadora que permita el diálogo con Israel".

Reacciones ante la sorprendente victoria

Tras conocer la noticia de la victoria de Hamas, el primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, afirmó que Israel no puede confiar en ningún gobierno en el que Hamas intervenga, y añadió que en ningún caso dialogará con el movimiento radical.

"Israel no puede aceptar una situación en la que Hamas, en su forma presente de grupo terrorista que llama a la destrucción de Israel, sea parte de la Autoridad Palestina sin desarmarse", dijo Olmert.

El Partido Laborista israelí condicionó cualquier diálogo a que los islamistas se aparten del camino del terrorismo y de sus promesas de destruir a Israel.

"No se puede ser un socio para la paz con un brazo armado", dijo el presidente de Estados Unidos, George W. Bush. No obstante, afirmó que "la paz nunca está muerta".

En rueda de prensa, Bush afirmó que Washington seguirá "con mucha atención" la formación del nuevo gobierno palestino y calificó de "positivo" que los palestinos hayan llevado a cabo una "elección pacífica".

Bush reconoció que los resultados demuestran que "obviamente, la gente no estaba contenta con la situación"

El presidente estadounidense se negó a responder si Estados Unidos reconocerá y apoyará a un futuro Ejecutivo palestino integrado por Hamas, pero afirmó que el grupo radical "debe renunciar" a su pretensión de destruir Israel y a la violencia.

La Comisión Europea aseguró que prestará su colaboración a cualquier gobierno palestino que use medios pacíficos.

"Está claro que Hamas ha logrado una proporción de votos muy grande", dijo la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner. "Lo que es importante es que dejamos claro que estamos contentos de colaborar con cualquier gobierno que esté preparado para trabajar con medios pacíficos", añadió.

Por su parte, el alto representante de la UE para la Política Exterior, Javier Solana, señaló que la victoria de Hamas abre un escenario "completamente nuevo" en la zona, y recordó que los Veinticinco exigen el "reconocimiento de Israel y una solución negociada pacífica que lleve al establecimiento de dos Estados" para solucionar el conflicto.

En París, el primer ministro francés, Dominique de Villepin, no ocultó su "inquietud" por la situación creada en Oriente Próximo y aseguró que en este contexto es "esencial" la concertación con los socios de la UE.

Por su parte, el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, dijo que "Hamas tiene que entender que con la democracia va acompañada por la renuncia a la violencia".

En Tokio, el ministro de Asuntos Exteriores, Taro Aso, se limitó a dar el beneplácito de su gobierno a la celebración de las elecciones, que calificó de "importante paso hacia la construcción de un Estado palestino democrático".

El representante especial del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso para Oriente Próximo, Alexandr Kaluguin, señaló que su país mantendrá su política de colaboración con Autoridad Palestina, "independientemente de la composición del futuro gobierno".

"Juzgaremos al futuro gobierno por sus acciones", añadió Kaluguin, quien encabezó la misión de observadores rusos en las elecciones palestinas.

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