Otra vez el presidente venezolano Hugo Chávez ha lanzado a la sociedad en un remolino de choques y controversias sobre su objetivo delirante: mantener el poder de forma indefinida, pero siguiendo la vía legal de un referéndum aprobado por la Asamblea Nacional, que controla el oficialismo.

Los venezolanos están convocados para el 15 de febrero. Deberán votar, nuevamente, si desean modificar la Constitución, elaborada por el propio Chávez y sus acólitos, para permitir ahora la reelección indefinida no sólo del presidente, sino también de alcaldes y gobernadores.

En el referendo del 2 de diciembre de 2007, estaba sólo en cuestión la "luz verde" para que Chávez se mantuviera en el Palacio de Miraflores. Aquel lo perdió, pero esta vez ha advertido que utilizará todos los medios para lograr su propósito.

Ahora el presidente venezolano ha tirado el anzuelo para que alcaldes y gobernadores también se beneficien de la reelección indefinida.

Sobre este tema, CUBAENCUENTRO.com conversó con la historiadora venezolana Elizabeth Burgos: "Él propuso la reelección a los alcaldes y gobernadores para que se sumen a la campaña por el 'sí' a nivel regional, porque las encuestas lo dan perdedor, de allí su nerviosismo. Hace unos meses, cuando se planteó el tema, Chávez dijo que él 'no quería caudillitos regionales'. Ahora le conviene, por necesidad".

Según Burgos, "en Venezuela se comenta que han dado cédulas a 10.000 cubanos, que se encargarían de las mesas electorales. Parece que la desconfianza de Chávez hacia los venezolanos es cada día mayor".

La campaña

Desde el pasado 1 de diciembre, Hugo Chávez lanzó la campaña para su reelección. En un mitin ofrecido en Caracas, el presidente sacó nuevamente la propuesta.

"Si es que lo vamos a hacer, hagámoslo ya", apremió el mandatario. Su obsesión es llevar hasta el fin "la revolución bolivariana". Dice, sin ambages, que es "imposible" que exista "un chavismo sin Chávez".

Cuando los viajeros salen del aeropuerto de Caracas se encuentran la cara del presidente en las pintadas que alientan a votar el "sí" en el referéndum del próximo 15 de febrero. "Construyendo el socialismo bolivariano. Venezuela ahora es de todos", es la leyenda que recibe a los visitantes.

Frente a las manifestaciones estudiantiles que han recorrido las calles de Caracas y otras ciudades para abogar por el "no" en el referéndum, Chávez convocó a sus partidarios, el pasado 23 de enero, en su mayoría empleados públicos, para advertir con estilo soez: "El Chávez pendejo quedó atrás y no voy a permitir que esta oligarquía desestabilice la patria. Estos pitiyanquitos dan lástima".

El 23 de enero se celebraba el aniversario del derrocamiento de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, en 1958.

Chávez ha lanzado a las calles a sus hordas, que tienen patente de corso para enfrentar a los opositores con palos, piedras y hasta con armas de fuego. Según el analista Pedro García Otero, del diario
El Universal, "el fascismo ha mostrado los dientes" en el escenario venezolano.

Recientemente, una decena de pro chavistas enmascarados atacaron con fusiles de alto poder la sede de la Alcaldía Mayor de Caracas, que controla la oposición. Los integrantes del grupo se identificaron como paramilitares que defienden la revolución bolivariana, según la versión del alcalde Antonio Ledezma.

Ledezma denunció que los atacantes buscaban una serie de documentos que demuestran pagos injustificados por casi 400.000 millones de bolívares fuertes (186 millones de dólares), que fueron pagados a última hora, antes de que la alcaldía fuera entregada a la oposición.

"Se trata de un plan de violencia indefinida para intentar sabotear la gestión'', afirmó.

Preguntado sobre el tema por CUBAENCUENTRO.com, el escritor Carlos Alberto Montaner opinó que "Chávez hará cualquier cosa, incluidas las más descaradas trampas, con tal de ganar esa consulta. Su gobierno, por su vocación antidemocrática y por su infinita corrupción, no puede funcionar con fecha de caducidad y bajo la espada de Damocles de un cambio de régimen. Chávez y su entorno saben que pueden acabar en la cárcel por una colección de delitos que comienza en el asesinato y termina en el saqueo rampante de los recursos públicos. Para ellos la salida del poder puede tener un altísimo costo. Se aferrarán a Miraflores con los dientes y las uñas".

El momento económico

El mandatario venezolano sabe que la base económica de su régimen puede resultar afectada por el mercado del oro negro. Siente que el pavimento se mueve como un terremoto debajo de los neumáticos de su auto blindado.

El precio de exportación del barril petrolero venezolano aumentó de 22 dólares en 2002 a 126,50 dólares en julio de 2008. El año pasado, Caracas obtuvo unos ingresos por exportaciones petroleras de más de una cuarta parte del total de todos los ingresos petroleros recibidos desde que Chávez llegó al poder, en 1999.

Pero en 2009 la situación será radicalmente diferente. Los 93.000 millones de dólares en exportaciones petroleras de 2008 caerán alrededor del 66%, a unos 32.000 millones de dólares. Parte del hueco lo tratará de cubrir Chávez con inflación, pero el cambio será demasiado brusco y sucede cuando menos le conviene.

Venezuela ya tiene la mayor tasa inflacionaria oficial de Latinoamérica. Terminó el 2008 en 30,9%, y muchos economistas esperan que ese nivel sea superado este año.

De ahí la prisa en ganar ahora el referendo, a toda costa. El mandatario venezolano ya adoptó medidas para la financiación de su campaña. El pasado 22 de enero, el Banco Central de Venezuela le inyectó al gobierno 12.000 millones de dólares provenientes de las reservas internacionales. Ese mismo día, Chávez afirmó: "bueno, eso pasa ahora para inversión, esos 12.000 millones. Antes teníamos que ir al Fondo Monetario, a no sé dónde, ahora somos soberanos en el uso de nuestros recursos".

Según dijo a CUBAENCUENTRO.com el profesor y politólogo español Carlos Malamud, el rasgo característico del gobierno de Chávez es "la excesiva concentración del poder en la figura presidencial, que impide el funcionamiento de los sistemas de pesos y contrapesos entre los distintos poderes del Estado, que de este modo no cumplen su función".

En este caso, el gobernador del Banco Central de Venezuela no tiene autonomía para gestionar los fondos, recibe órdenes del presidente.

"Hasta cuándo", se preguntó en su columna del pasado sábado el periodista venezolano Francisco Olivares, quien advirtió que "aprobar la reelección del presidente sería avalar la violencia ejercida desde el poder. Sería aceptar que los poderes públicos sigan en manos del gobierno, es reelegir la ineficiencia, el despilfarro, la inseguridad y el derroche de recursos a favor de gobiernos igualmente ineficientes y pedigüeños".

¿Escucharán los venezolanos las advertencias de la prensa y de los estudiantes que abogan por el "no"?

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