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Gadafi, Libia

Gadafi

Gadafi ha envejecido reinando sobre arenales sobrados de gas y petróleo y seguido de una guardia pretoriana femenina, una suerte de gineceo portátil de top models con metralletas


Lo primero que me vino a la mente al ver, hace tiempo, una foto de Gadafi en uniforme de gala fue la imagen de un maestro de ceremonia que, siendo yo niño, vi en un circo cubano, no recuerdo ya si en el Santos y Artigas o en el Pubillones. Después de Rafael Leónidas Trujillo, el inolvidable Chapita, no había visto yo tanto embrollo de colgajos y chatarra sobre una criatura humana. Apostaría a que este hombre arrastra una ingobernable afición infantil a los muñequitos: solo un abducido por los cómics, digo yo, es capaz de mostrarse en público vestido de esa manera. Pero en realidad no sé por qué me perturbó verlo así, porque si alguien debería tenernos acostumbrados a sus disfraces, más que el fantasma de Canterville a sus irreverentes inquilinos gringos, es el cinematográfico señor Gadafi.

Este individuo, notorio por su ropero hollywoodense tanto como por su empaque de califa (no admite elecciones ni para ganarlas), lleva 42 años ocupando en Libia la jaima presidencial. En ella recibe, teatralmente, a los mandatarios demócratas que van a visitarlo y le ríen las gracias, y se diría que la lleva puesta como una chilaba cuando viaja allende sus fronteras.

Gadafi ha envejecido reinando sobre arenales sobrados de gas y petróleo y seguido de una guardia pretoriana femenina, una suerte de gineceo portátil de top models con metralletas. Su tiranía es la más colorida del universo sarraceno. Es también la más férrea del norte de África, marca olímpica que revela el virtuosismo del coronel en su oficio de tirano y que no le ha impedido presidir, por vicario interpuesto, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Incluso él anima un Premio Gadafi de Derechos Humanos, que estrenó concediéndoselo a su congénere Fidel Castro, por lo cual, además de por su propia conducta, es imposible saber qué entiende este hombre por tales derechos.

Puede decirse que al coronel no le ha ido mal mangoneando Libia —es el más añejo de los sátrapas musulmanes—, pero ahora hay signos de que su rutilante estrella comienza a empañarse, o a apagarse definitivamente, bajo la polvareda del terremoto popular que sacude a las castas gobernantes árabes. Este sismo serpea ya por calles y plazas libias, y el coronel está decidido a pararlo en seco, cueste la sangre que cueste, como corresponde a su estirpe cuartelaria y a su interés personal en peligro. Las brutales cargas de sus genízaros contra la multitud que le exige la dimisión han dejado un rastro pavoroso de muertos y heridos. Detrás de sus gafas de sol, Gadafi amenaza con que habrá más genízaros y cargas mientras la molesta muchedumbre no desista de zaherir su ego. Cuando habla, las sombras de sus antiguos vecinos Ben Alí y Mubarak planean sobre su gorra de utilería.

El mundo entero sabe que Gadafi está triturando a los libios —hartos de cuanto él representa— usando contra ellos hasta aviones de combate. Para Fidel Castro, sin embargo, el crimen contra los libios lo va a cometer la OTAN “en cuestión de horas o en muy breves días”. Como el Comandante últimamente está ejerciendo de profeta —solo percibe el futuro—, lo ha vaticinado en una de esas “reflexiones” que nos inflige con sañuda frecuencia desde su mastaba tropical. Bueno sería que una comisión de psiquiatras y juristas determinara si Castro y Gadafi deben comparecer ante el Tribunal Penal Internacional de La Haya o ingresar en un manicomio.

El premier ruso Vladímir Putin, un político formado en los redaños del KGB y que apoyó al genocida Milosevic cuando éste se propuso borrar del planeta a bosnios y kosovares, dijo hace unos días en Bruselas, mostrando su rechazo a una posible acción internacional en Libia para detener el genocidio ordenado por Gadafi, que “los pueblos tienen derecho a construir su futuro sin intervención exterior”. Y sin intervención interior, digo yo. Los pueblos tienen derecho a recibir ayuda internacional, y las democracias tienen el deber de dársela, cuando, dentro de su propio país, un déspota despiadado les impide construir el futuro que desean y por el cual luchan. Las fronteras no deben proteger a las tiranías que los oprimen y masacran.

Los Castro, curándose en salud, han hecho saber en la ONU que se oponen a cualquier intervención militar en Libia. Es de general conocimiento que en ese país está operando, con resultados letales para la población, una fuerza armada extranjera, constituida por mercenarios subsaharianos pagados por el Gobierno libio con el dinero de los mismos ciudadanos que son asesinados. La Habana no debería perder la ocasión de protestar por ello. O sea, de ser coherente.

© cubaencuentro

8 Comentarios


8 by ERES UN PENDEJO (Usuario no autenticado) 27/03/2011 14:20

UPSSSS!!!! FIDEL EL PROFETA DIO EN EL CLAVO, AHI TIENES TU INVASION PREDICHA UN MES ANTES QUE CUALQUIER MEDIO. JAJAJAJA.... TU LO TACHAS DE LOCO Y EL TE HACE QUEDAR COMO UN PENDEJO.... EN QUE OTRAS COSAS MAS TE ESTAS EQUIVOCANDO??????.... PORQUE COMO ANALISTA POLITICO NO SIRVES.

7 by R T (Usuario no autenticado) 24/03/2011 1:40

Respecto a lo de gobernantes grises... prefieres a los dictadores de derechas tipo Franco, Pinochet....? Estos tipos grises también atraen a muchos y son igual de malos. Ningún dictador , gracias.

6 by RGG (Usuario no autenticado) 06/03/2011 22:40

Que me disculpe el autor, pero esa foto es una sátira de Khadaffi realizada por un grupo artístico. En realidad no recuerdo ahora el nombre del show, pero es así No es que ese asesino no sea un payaso medio loco, pero haciendo honor a la verdad el pie de la foto debió ser otro.

5 by ANTIGONA (Usuario no autenticado) 06/03/2011 20:40

Lo más certero de este artículo es lo que sin duda nos va confirmando el paso del tiempo, si no lo advertimos desde un principio: que toda esta plaga de dictadores ególatras que arrastramos desde el siglo pasado deberían estar en un manicomio: Castro, Chávez, Gadafi, y otros más, han secuestrado a sus países respectivos para dedicarse a "jugar" como niños a lo que se les antoje, los ciudadanos para ellos son "fichas" que mueven a capricho; todos tienen un exhibicionismo extremado, vetas de locura (Castro con sus vacas, siembras de café, guerras africanas; Chávez con Bolivar; Gadafi con sus jaimas y su vestuario de Lucy in the Skies with Diamonds) ¿Por qué llegan al poder estos fantoches? ¿Qué extraña capacidad para la seducción y el engaño ejercieron en su día? Es digno de un análisis psiquiátrico-sociológico, ¿acaso los seres humanos no nos conformamos con gobernantes grises y eficaces? ¿por qué atraen tanto los locos mesiánicos que se autoerigen en redentores?

4 by ana renema (Usuario no autenticado) 04/03/2011 14:21

Putin y Putan: todos piensan igual. Para ellos intervencion del exterior es los Estados Unidos, la Otan y hasta la Union Europa, siempre y cuando sean entidades que no piensen como ellos, pues no fue el che, un Argentino a cuba, a Africa, a Bolivia a armar revolucion? pero para eloos no es inferencia, es revolucion. Ahora dicen Qadafi ha contratado mercenarios africanos contra su propio pueblo: que es mas salvaje y cochino que eso? pero castro y chavez lo defienden. La imagen mas comica de todo esta tragedia es, para mi, un video de una ciudad tomada por los rebeldes, y habia un chico vestido como Qadafi ( o Michael jackson ), muy serio y con todo proposito, diriginedo el trafico.

3 by liberacion (Usuario no autenticado) 04/03/2011 0:41

pobrecito Michael Jackson ,pero es cierto q de pronto parece ser el. Muy buen articulo ,felicidades ! Marti' dijo algo asi' mas o menos : el poder largamente sostenido genera o degenera en vicios , una gran verdad. me da' pesar con Marti',pero su memoria tambien sera' lavada en su momento.

2 by Lector (Usuario no autenticado) 03/03/2011 0:23

Pensé que era una foto del difunto Michael Jackson.

1 by Augusto Valadez (Usuario no autenticado) 03/03/2011 0:22

Todo dicho sobre el dictador libio, con pocas y certeras palabras. La vestimenta d Gaddafi es reflejo de su mente y su alma torcidas.

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