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Actualizado: 01/07/2024 13:46

Zimbabue

Escalada de violencia

La represión de Mugabe contra la oposición tiene patas arriba el país. La Iglesia Católica se ofrece para 'encabezar las protestas'.

El anciano dictador de Zimbabue, Robert Mugabe (83 años), ha lanzado en las últimas semanas desesperados zarpazos contra la oposición interna, como si deseara distraer a la opinión pública internacional del cuarto aniversario de la Primavera Negra de Cuba.

El pasado 20 de marzo, el principal partido de la oposición afirmó en un comunicado que Zimbabue ha entrado en una "escalada de violencia en todo el país". Situación que está forzando a sus habitantes a recurrir a acciones de represalia para defenderse de la represión policial.

"El peligro en esta situación es que la gente está siendo llevada a un punto en el que la represalia es inevitable", afirmó el Movimiento para el Cambio Democrático (MDC) en un comunicado firmado por su portavoz, William Bango.

La nota se conoció días después que decenas de dirigentes y militantes de la oposición fueron detenidos en Harare cuando intentaban participar en un acto religioso con connotaciones políticas, el pasado 11 de marzo.

Varios de los arrestados fueron agredidos en los calabozos policiales, entre ellos el máximo líder del MDC, Morgan Tsvangirai.

Podría tratarse de una reacción lógica y algo exagerada de la oposición, pero el caso es que Levy Mwanawasa, presidente de Zambia —fronterizo con Zimbabue—, dibuja una situación caótica. A pesar de que los dirigentes africanos normalmente tratan de protegerse unos a otros.

Mwanawasa comparó a Zimbabue con un "Titanic hundiéndose", debido a la actual crisis que vive el país por la represión gubernamental. El jefe de Estado de Zambia dijo que el país que gobierna Mugabe "se ha hundido en tales dificultades económicas", que "es como cuando el Titanic se hundía y sus pasajeros saltaban de él en un intento por salvar sus vidas". (Cerca de tres millones de zimbabuenses se encuentran refugiados en África del Sur).

Según la cadena pública sudafricana SABC, Mwanawasa, que hizo estas declaraciones durante una visita oficial a Namibia, urgió a la Comunidad para el Desarrollo de África del Sur (SADC, por sus siglas en inglés) "a buscar soluciones a la actual situación de crisis económica e inestabilidad política".

En este sentido, el presidente zambiano también reconoció que la SADC ha fallado a la hora de negociar con Mugabe, quien preside Zimbabue con mano dura desde su independencia, en 1980.

"La diplomacia no ha funcionado a la hora de ayudar a solucionar los problemas y el caos que vive Zimbabue", añadió Mwanawasa.

Un opositor duro

El pasado 16 de marzo, el líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, prometió seguir la lucha contra el régimen de Mugabe y pidió ayuda a la comunidad internacional para conseguir un cambio democrático en su país.

En un artículo publicado ese mismo día en el periódico británico The Independent, Tsvangirai señaló que el cambio en Zimbabue está "cercano", pese a las heridas que sufrió cinco días antes por los fuertes golpes recibidos de manos de policías zimbabuenses, lo que le provocó una fractura de cráneo.

El líder del Movimiento para el Cambio Democrático (MCD) fue detenido el 11 de marzo, cuando las fuerzas del orden abortaron una "jornada de oración" que iba a celebrarse en Harare.

Tsvangirai, que estuvo ingresado en un hospital, resaltó en su texto que golpearon su cuerpo, pero no su espíritu, y prometió luchar hasta conseguir que Zimbabue sea libre. "El cambio en Zimbabue está cercano. Lejos de matar mi espíritu, las heridas que brutalmente me causaron me han dado más energía", subrayó el líder opositor, quien agradeció a la comunidad internacional el apoyo recibido.

El relato de cómo fue tratado Tsavingirai, un hueso duro de roer, ejemplifica lo que es capaz de hacer un régimen totalitario cuando se siente amenazado por la oposición. "Fui sacado de mi automóvil por hombres de fuerte complexión con ropa policial y empezaron a golpear mi cabeza contra la pared, mientras me empujaban hacia el interior de la comisaría. La orgía de fuertes golpes continuó una vez que estábamos dentro de la comisaría. Tenían especialmente como blanco mi cabeza y mi cara".

Resulta interesante que dos expertos británicos en asuntos africanos, Julian Borger y Andreww Meldrum, ya apuntan los nombres de algunos posibles sucesores del régimen de Mugabe.

Entre ellos, mencionan a Emmerson Mnagagwa, actualmente ministro de Vivienda Rural y veterano de la guerra de independencia. Otro es el general Solomon Mujuru, reconocido como uno de los héroes de la guerra con el seudónimo de Rex Nhongo. Aunque actualmente se dedica a los negocios, Mujuru tiene gran prestigio en las filas del Ejército. Por último, figura Simba Makoni, ex ministro de Finanzas, destituido en 2002 y quien podría recibir apoyo del general Mujuru.

Un obispo combativo

El pasado 23 de marzo, el líder católico Pius Ncube se ofreció en Johannesburgo a encabezar las protestas contra "el resplandor de los fusiles" del régimen de Mugabe, y sostuvo que a esa lucha pueden unirse soldados del Ejército que estén descontentos con la acción gubernamental.

El arzobispo de la ciudad de Bulawayo, la segunda más importante de Zimbabue, hizo el llamamiento al presentar en Johannesburgo un vídeo con imágenes de la última represión policial contra militantes y dirigentes de la oposición.

"Este dictador debe ser derribado ya por el poder popular, pero no de una forma violenta", afirmó Pius Ncube, una de las figuras más críticas del régimen.

Esta posición es alentada desde África del Sur por el Premio Nobel de la Paz Desdmon Tutu, quien se unió a las críticas a Mugabe y preguntó qué más tiene que pasar en Zimbabue para que los líderes de África digan "¡Ya basta!".

Arzobispo anglicano emérito de Ciudad del Cabo y una de las personalidades más respetadas del país, Desdmon Tutu se refirió en un comunicado a la última represión contra la oposición en Zimbabue y las torturas que sufrieron dirigentes políticos en los calabozos policiales.

"Los africanos deberíamos bajar nuestras cabezas de vergüenza", afirmó Tutu, y agregó: "¿Cómo puede ser que lo que está ocurriendo en Zimbabue no provoque casi ni una palabra de preocupación, sin hablar de condena, de nosotros, los líderes de África?".

"Justo cuando uno pensaba que las cosas en Zimbabue no podían ir peor, al final sucede así", dijo el arzobispo anglicano.

La Unión Europea y el conflicto

El primer ministro británico, Tony Blair, condenó el pasado 21 de marzo la situación "horrorosa" y "trágica" que vive Zimbabue, y adelantó que presionará a la Unión Europea (UE) para extender las sanciones contra el régimen de Robert Mugabe.

"Presionaremos a la Unión Europea para ampliar las sanciones políticas introducidas en el 2002 (…) y para extender tanto como podamos el bloqueo de activos y la prohibición de viajar (que impide a Mugabe penetrar en los países de la UE)", dijo Blair.

Casi de inmediato, el representante permanente de la Misión de la Unión Africana ante la UE y el grupo África, Caribe y Pacífico (ACP), Mahamat Annadif, se opuso a sanciones más duras contra el régimen zimbabuense como respuesta a los últimos acontecimientos violentos relacionados con la oposición.

"Las sanciones no resuelven ningún problema, sólo hacen que la población sufra aún más", aseguró.

La baza que el régimen de Harare trata de explotar es el interés de la UE por realizar en el segundo semestre de este año la II Cumbre Europa-África, aplazada en 2003 debido a la oposición de Londres y otros países europeos de que Mugabe participase en la cita.

Recientemente, en Lisboa, altos dignatarios de Angola y Ghana ratificaron en conversaciones con autoridades lusas su apoyo a la realización de la II Cumbre África-Europa en el segundo semestre de este año, a pesar de los últimos incidentes en Zimbabue.

El presidente de Ghana y de la Unión Africana (UA), John Agyekum Kufuor, declaró que la próxima cumbre con la Unión Europea debe trazar "una agenda común para beneficio mutuo de los dos continentes".

Por su parte, el presidente de Portugal, Aníbal Cavaco Silva, resaltó "la gran importancia" del diálogo con su colega ghanés, porque, "a pesar de las dificultades que todavía puedan existir, hay que sentar las bases para una nueva colaboración entre Europa y África".

En la misma cuerda, el ministro de Asuntos Exteriores portugués, Luis Amado, en entrevista con su homólogo angoleño, Joao Miranda, dijo que se debe avanzar en los preparativos de la Cumbre, a pesar de las divergencias de los países europeos con el gobierno de Zimbabue, donde han aumentado las violaciones de los derechos humanos.

Según Amado, siempre podrán surgir "problemas puntuales", pero "no se puede reducir la realización de la Cumbre a la relación con Zimbabue".

Analistas lusos de política exterior opinan que la estrategia de Lisboa podría ser enviar una invitación "al país", y no a su jefe de Estado, con el expreso deseo de que Zimbabue se haga representar por algún ministro y que Mugabe no aparezca en la capital portuguesa.

Es un capítulo que permanece en abierto, porque a Portugal corresponde la presidencia de la UE en el segundo semestre de 2007 y la Cumbre podría realizarse en diciembre.

© cubaencuentro

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