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Actualizado: 02/07/2024 13:30

Literatura

“Regreso a México con ‘Sin grasa y con arena’ como amuleto”

Entrevista con el poeta Raúl Ortega Alfonso tras su retorno a México


Raúl Ortega Alfonso arriba a México después de casi tres años de residencia en la ciudad de Miami. Viene con su hija Izumi, su esposa —la poeta mexicana Amada Hernández— y su más reciente poemario, Sin grasa y con arena (Editorial Velámenes, Florida, 2011), bajo el brazo. Poeta de una ironía siempre en los bordes, interesado por trazas eróticas de sumatoria verbal en la que el desamparo dialoga con las punzantes y contrariadas consecuencias de los desarraigos. “Poeta tribuno”, lo definió Osvaldo Navarro: los versos de Ortega Alfonso conforman una suerte de puesta en escena de improntas y conjeturas en la que soledad, dolor, rabia y odio se anidan en un insomnio perdurable. La escritura como necesidad: cualquier muro es un pretexto para sellar la orfandad del hombre sobre el mundo. Conversamos una mañana de abril en una pequeña fonda de “antojitos mexicanos” en pleno centro del DF. Había una racha contaminada y un polvo rancio que Raúl Ortega Alfonso ya se sabía de memoria: “Extrañaba a esta ciudad, me siento más tranquilo; sé que regreso a mi segunda casa”.

Cuéntame un poco de tu vida y de tu salida de la Isla

Raúl Ortega Alfonso (ROA): Nací en el barrio de San Miguel del Padrón, en La Habana, en 1960; me crié en Alamar, salí de Cuba en 1995. Un año antes, cuando la llamada “crisis de los balseros”, compré un bote en Cojímar que me costó treinta dólares: cuando lo tiré al agua del mar habanero se hundió. “Si te vas y te pasa algo vas a matar a mami”, me dijo mi hermano, y agregó: “También hay que pensar en el dolor de los demás”. Entendí aunque pensé que estaba dejando escapar la única oportunidad que tenía para dejar la Isla. Sentado en el muro de la “Playita de los Rusos” de Alamar, veía cómo la gente echaba las balsas al agua y se enrolaban en un viaje sin saber si llegarían o no a su destino. El poeta Juan Carlos Flores, que vivía en el mismo edificio que yo, se quitó los zapatos, y me dijo: “Guárdame ahí, que yo sí me voy con el primero que pase”: se montó en un cachumbambé que tenía todas las intenciones del mundo de no querer “navegar” con tantos náufragos encima. Eran las nueve de la mañana. A las once de la noche, enchumbado en agua, el poeta tocó la puerta de mi casa para recuperar sus zapatos. Una de las cámaras que sostenía la armazón de la improvisada embarcación había explotado en pleno mar, él pudo nadar hasta una bolla que estaba como a tres millas de la costa; descansar, y nadar de regreso hacia el litoral. Aún sigue en Alamar, encerrado en su casa, escribiendo unos versos de asombroso y festivo dolor, trazos de lo mejor de la poesía cubana contemporánea.

¿Cómo llegaste a México, bajo qué circunstancias?

ROA: En 1995, invitado por una institución mexicana —y con la ayuda del cineasta Ernesto Fundora—, llegué al Distrito Federal, la ciudad más contrastante y grande del mundo. En Cuba solo había publicado un poemario en la Editorial Abril, Las mujeres fabrican a los locos. El otro poemario que había presentado para su publicación fue censurado. México es un país difícil, pero a pesar de todo, puede uno “insertarse” en el ambiente literario si se lo propone. Al principio —como casi todos los que emigran— pasé por los trabajos más disímiles, hasta que poco a poco fui buscando mi lugar. Llevaba en las maletas dos poemarios inéditos, y un conjunto de relatos eróticos que fui publicando en una columna que me dieron en la edición mexicana de la revista Playboy. Más tarde comencé a escribir otra columna semanal para el suplemento cultural Sábado, del periódico UnoMásUno. En 1998 publiqué los dos libros de poesía que había escrito en Cuba. Después vino una reedición mexicana de Las mujeres fabrican a los locos en la editorial independiente Praxis.

Háblame de esos poemarios que escribiste en Cuba y que pudiste publicar en México. ¿Cómo fueron recibidos por los lectores mexicanos?

ROA: En uno de los dos poemarios, Con mi voz de mujer, publicado por la editorial Arlequín (Guadalajara) con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes —escrito entre 1992 y 1994, los años más terrible del “periodo especial”, eufemismo utilizado por la dictadura para disfrazar la debacle—, había abandonado el verso tradicional estrófico, para sumergirme en el poema en prosa, donde dejaba constancia de los momentos tan difíciles que vivíamos los cubanos. Coplas irreverentes, iconoclastas, con una carga de angustia tan grande que llegué a pensar en dejar de escribir. Recuerdo que ofrecí un recital en el Aula Magna de la Universidad de Guadalajara, y mientras yo desgranaba los poemas de memoria, en vehemente oratoria, la gente, ofendida por “las insolencias” de lo que escuchaba, se iba levantando para abandonar el lugar. El editor me exhortaba a continuar con la lectura, se deleitaba y reía satisfecho. Yo, no tanto.

¿Y el otro poemario?

ROA: Acta común de nacimiento lo publiqué el mismo año, 1998, en la Editorial Praxis con buena recepción de los lectores mexicanos y cubanos residentes aquí; plausible crítica en revistas culturales y periódicos.

¿Por qué decidiste abandonar México?

ROA: Un día, después de doce años en México, cuando tenía el mejor trabajo que pude haber conseguido, con todas las prestaciones habidas y por haber, excelente sueldo y buen ambiente laboral, renuncié a todo y, junto al poeta Ernesto Olivera, cruce la frontera en busca de Miami. ¿Por qué? Aún me lo estoy preguntando, no logro encontrar la respuesta.

Háblame de Sin grasa y con arena. ¿Ruptura con tu poesía anterior? ¿Testimonio de tu experiencia en Miami? ¿Qué fue Miami para el poeta Raúl Ortega Alfonso?

ROA: Sin grasa y con arena es mi sexto poemario publicado. Dentro de mi obra no significa una ruptura sino un recrudecimiento de la realidad poética a partir de las circunstancias que me tocó vivir en una ciudad como Miami. Los poetas —hablo de los verdaderos, no de los impostores— en esa ciudad valen menos que un perro, y ya es mucho decir porque mira que en esa ciudad se ama a los perros. Los ejemplos sobran. Un poeta como Eddy Campa podía dormir en un portal de La Pequeña Habana, incluso desaparecer —como desapareció sin dejar rastro—; un perrito, no. Miami es una ciudad estupenda para aquellos que tienen un pent-house de lujo en Nueva York, y una casa de veraneo en Miami Beach. La mayoría, el vulgo exiliado —al cual pertenecí— tiene que conformarse con limpiar los azulejos de las piscinas de esas residencias.

¿Antes, pudiste publicar algún texto en Miami?

ROA: Sí, di a conocer en 2006 La memoria de queso, en editorial La torre de papel. Unos poemas que ya vaticinan las tonalidades estilísticas y temáticas de Sin grasa y sinarena.

Cuéntame sobre el ambiente cultural de Miami. ¿Con quiénes tuviste contactos? ¿Qué hiciste durante esos años?

ROA: No puedo olvidar cómo sufrió y fue pateado por la apatía de los establecidos el poeta cubano Osvaldo Navarro, quien terminó colocando latas en los estantes de un Winn Dixie, hasta que pudo regresar a México, país en el que falleció con la entereza y dignidad de un poeta. Miami es indiferencia frente a la cultura cubana. Miami es finanza y anticastrismo exacerbado. No puedo olvidar mis diligencias como acompañante de la poeta María Elena Cruz Varela, caminando largas avenidas de la ciudad en busca de alguien que le ofreciera trabajo. Pero nada. Ya ella había dejado de ser la protagonista de un suceso político que pocos recordaban, y del que muchos sacaron sus mejores lascas. Ya era solo la gran poeta que ha sido siempre. Había dejado de ser la candidata al Premio Nobel de la Paz por su probado coraje en las cárceles cubanas. Ninguna de las sagradas instituciones culturales del exilio, ninguna de las televisoras que lucraron con sus entrevistas, ninguno de los llamados mecenas que dicen arrodillarse ante la cultura cubana, se acordaron de que la poeta necesitaba trabajo, de que a la poeta le urgía comer. Tuvo que regresar a España. Los ejemplos sobran. Reinaldo Arenas lo dejó escrito magistralmente en sus memorias: huyó despavorido de una ciudad que se solaza humillando a los poetas. En eso Miami también se parece a Cuba, que en plena época republicana, con el gran desarrollo alcanzado en los años 50, dejó de ser un país abierto a las grandes manifestaciones de la cultura, para convertirse en una suerte de municipio de Alquízar, sin ánimos de ofender a los nacidos allí.

¿Puede la poesía y los poetas cubanos del exilio convivir dentro de los engranajes económicos de una ciudad tan eficaz y pragmática, desbordada de “bussiness” y asuntos financieros, como Miami?

ROA: Cuando la poesía acepta que vive en el país más poderoso del planeta sin atreverse a oler la mierda que la rodea: muere, se convierte en baba de viejo tuberculoso que aguanta sin chistar todas las patadas que le dan por el culo. Pero no todos los poetas cubanos que viven en Miami se empeñan en cantarle al paraíso y al sueño de las idílicas ventajas económicas del capitalismo. Poetas como el propio Eddy Campa, Néstor Díaz de Villegas, Carlos A. Díaz Barrios, Esteban Luis Cárdenas, Osvaldo Navarro, Elena Tamargo y muchos más, saben que “la poesía será siempre amor absoluto o definitivo rencor”, como sentenció en 1936 José Lezama Lima en su coloquio con Juan Ramón Jiménez.

¿De ese contexto nacen los versos agrios que leo en Sin grasa y con arena?

ROA: Yo mejor diría que es el eje temático vital de Sin grasa y con arena. Un manual difícil, un libro que nace de la impotencia, de la rabia. Hablar del odio no debe ser tarea de un poeta, pero siempre lo ha sido y lo será porque es una de las maneras más auténticas que tiene para expresar su amor. “El odio también es una forma de conocimiento”, confesó el escritor mexicano Guillermo Fadanelli.

¿Proyectos? Sé que también escribes novelas. ¿Qué hay de tu oficio como narrador?

ROA: Después de mi retorno a México he tenido que empezar de cero; algo positivo ya se vislumbra con relación a mi narrativa. Siempre he sido un poeta publicado; pero, desafortunadamente, un narrador inédito. Nunca he dejado ni dejaré de escribir narrativa. De mis varias novelas inéditas existe la posibilidad de que una salga el año entrante en Tusquets Editores, y otra posiblemente en Planeta. Ya veremos. Lo cardinal es seguir escribiendo, no rendirse, no claudicar. En cuanto a la poesía, espero que su semilla no me abandone, que me regale de vez en cuando algún verso en flancos de cabalidades líricas recordables. Soy padre, ha nacido mi hija Izumi: el mejor poema que he escrito hasta hoy, estoy seguro que será insuperable.

El mediodía ha desplazado a la mañana. Entre cervezas, quesadillas de gusanitos de maguey y trocitos de salmón ahumado con queso oaxaqueño empozados de salsa mexicana, terminamos la conversación.

Pongo a disposición de los lectores de Cubaencuentro uno de los poemas de Singrasa y con arena

La fe

Cuando era como un tren de carga sobre los rieles del torrente
sanguíneo, un aleteo insomne; discreta como una vieja chismosa
detrás de la ventana, o calzaba pantuflas para caminar por el
corazón de la gente, no niego que la fe sirviera para algo.
Ahora sale en la tele, en un reality show donde hay que defecar
y revolver con un palito, para que el rival adivine los ingredientes de
la última cena.
La fe, un asco, en fin: una figura pública.

(Sin grasa y con arena, Editorial Velámenes, enero de 2011. Puede adquirirse en la Librería Universal de Miami: 3090 Southwest 8th Street, Miami, FL. Teléfono: 305- 642-3234)

© cubaencuentro

17 Comentarios


17 by Salbutamol (Usuario no autenticado) 13/04/2011 8:00

En què Ciudad del mundo un poeta puede vivir de su obra, por favor que me lo digan para irme corriendo o a nado hasta ella.

16 by Ernesto Olivera Castro (Usuario no autenticado) 12/04/2011 8:20

Por último quisiera dejar algo más claro. Estados Unidos de América tiene sin duda alguna una gran tradición cultural, y no hace falta enumerar nada. Incluso Miami, como dice el poeta Ortega tiene excelente poetas, yo diría que muchos más, así como actores y músicos, periodistas etc. Y no sólo cubanos, hay de todo. Al menos yo que soy un poeta de verdad no me sentí ombligo del mundo (No creo en la miseria que esconden los modestos) Aquí el "fondo de la cosa" sería la política cultural (hispana) donde solo hay una sola librería (Universal) y pocos stands al español en Book and Books, por citar una de las dos librerías que manejan una ridicula cantidad de libros al español. Por citar por citar. Aquí no es hablar y juzgar la ciudad de Miami, sino de la falta de tacto de muchos de los que la habitan (hispanamente o mente hispana hablando) es decir, hablamos de la Orfandad Cultural, de su caristía. Si bien dicen que es una ciudad más que nada un emporio económico, ahí radica el grave error políticamente hablando, o bien deberían incitar a tal libertad a carpinteros, plomeros (sin sentido de agraviar) y no a presos intelectuales, poetas en la Isla. O mejor decirles el futuro que les espera en Miami. Que cambien su pluma por un martillo otra vez, Otra vez, ¡Vaya trágica parodia! Maria Elena bien lo sabe.

15 by Manolo (Usuario no autenticado) 12/04/2011 8:00

Entonces yo emigro para Dinamarca, sin preocuparme por aprender danés y sin tener título alguno, soy capaz de titular un libro "Sin grasa y con arena", y me quejo de no conseguir un trabajo decente. No, compadre, te hubieras ido para otra ciudad y te hubiera pasado lo mismo.

14 by r carlos (Usuario no autenticado) 12/04/2011 8:00

Para Ernesto Olivera: Nadie esta pidiendo que alguien pase trabajo porque llego después. Lo ideal seria que los buenos poetas, escritores, artistas etc., pudieran vivir decentemente de sus creaciones. Pero eso no es un derecho como parecen creer algunos. Eso se logra con el talento, el esfuerzo, el tiempo y una buena dosis de suerte. Es el entrevistado el que trata de mezclar el tema político con el supuesto derecho a encontrar un trabajo. Es el entrevistado el que critica a una ciudad por ser demasiado anticastrista o enfocada en el dinero, a la vez que se queja de no haber encontrado un lugar en ese supuesto esquema anticastrista materialista. Creo que la poesía o cualquier manifestación artística son muy importantes, pero también creo que es lógico que la mayoría de los emigrantes estén enfocados en la sobrevivencia y que tengan fuertes ideas políticas. Al fin y al cabo los que tuvimos que tomar el camino difícil de abandonar nuestra tierra, lo hicimos mayormente por problemas económicos y políticos no porque queríamos experimentar nuevos mundos para inspirarnos. Le deseo lo mejor a este poeta donde quiera que se encuentre, igual que se lo deseo a cualquier cubano honesto que quiera vivir de su trabajo. No creo sin embargo que nadie deba estar reclamando tratamientos especiales de un país o una ciudad por ser poeta o cualquier otra cosa.

13 by Manuel Ballagas (Usuario no autenticado) 11/04/2011 16:00

¿Y cuándo ha sido Miami un emporio cultural? ¿Cuándo ha sido un lugar de oportunidades para profesionales de las letras y las humanidades? Polo turístico o comercial, sí; polo cultural, jamás. Yo, que no puedo quejarme de Miami, donde gané bastante dinero, tuve que abandonar esa ciudad para progresar. Simplemente, no había espacio para mí en mi campo, el periodismo. Me marché a Nueva York, y luego a Tampa, y alcancé cargos ejecutivos envidiables en ambos sitios. El que de inmediato Miami no te rinda el rédito que buscas no significa que sea un sitio abominable. Es el caso de otros sitios también. En Madrid, por ejemplo, conozco a pocos cubanos que no desempeñen el puesto de camarero. ¿Voy a decir por eso que Madrid no vale un comino?

12 by Ernesto Olivera Castro (Usuario no autenticado) 11/04/2011 12:20

No hay mayor pobreza que tener que agradecer. Ni en Miami ni en ningun otro lugar te regalan comida, de algun modo la pagas, la trabajas, el fenómeno de "lo cubano" parece que tiene su raíz en la infraestructura mental, ¿Por qué si yo paso "trabajo" el que viene atrás también tiene que pasar igual viacrucis? como una tara maléfica, una mala suerte obligatoria. Pero lo que me anima a escribir siempre será en defensa de la poesía, que es un oficio más serio que todos los demás en la ciudad de los oficios muertos y orificios por donde se escapa lo verdaderamente humano. Tampoco me interesa debatir con nadie, ni permito que un idiota insulte a un poeta. Si Raúl Ortega salió de La Habana, luego a México, después a Miami y volvió nuevamente a México fue porque así lo decidió ¿Y que importa eso? ¿Y cómo se le ocurre asegurar a alguién que "lo exiliado o emigrante" es más cuestión política"? O se le olvida a Aristóteles cuando va al baño. Si apenas Cuba entra a la Épica Moderna será por sus grandes poetas y escritores. Pero en fin, Hay tantos imbeciles con iniciativa (eso lo mejor que escribió Lenin)

11 by Braudilio Vinent (Usuario no autenticado) 10/04/2011 11:20

Estados Unidos te acoge te da comida y te convierte en su esclavo (neoesclavismo) existen otros modelos de sociedad un poco más humana, no es solo el castrismo y se peca de comparar Miami con Cuba y entre otras cosas por esto no progresa socialmente, se puede mirar hacia otros horizontes, sin que esto ofenda a nadie, o donde está la libertad de criterio, un lugar te acoge te da de comer y aún así tiene que soportar las criticas de cada uno de sus ciudadanos, por otra parte no veo problemas en querer vivir de las letra aún siendo emigrante, criterio bastante arcaico ese de que trabajo es solo aquel que se hace con las manos, pero en fin...Abajo el Fidel que seguimos arrastrando en nuestros equipajes. Pd Marielena Cruz Varela, merece todo el respeto, asi como los pocos valientes que han hecho algo por la libertad de esa tierra, que en los ultimos 50 años se ha convertido en tierra de cobardes. Algun trabajito le podrian dar

10 by R carlos (Usuario no autenticado) 09/04/2011 23:40

De la inteligencia de ese poeta habla la anecdota que hace sobre Maria Elena Cruz Varela. Ahora porque su caso cuando estaba en Cuba tuvo una gran repercusion en la prensa, hay que buscarle trabajo aqui y ponerla como una reina? Entonces cuando se ocupan de ti un tiempo tienen que seguirse preocupando toda la vida? Ayudar a alguien es convertirlo en una carga para siempre? Este senor ve la realidad como el tipico mediocre que piensa que el mundo gira en torno a ellos, que todos estamos obligados a hacerle reverencias, solo porque tiene supuestas cualidades superiores que le ameritan un tratamiento especial. El criterio de justicia de esta gente es la voluntad que se tenga de ayudarlos a ellos y darle tratamientos especiales. Si es un poeta debio de quedarse en Cuba, su tierra, donde la lirica y la espiritualidad tienen una fuerza especial por encontrarse uno en el lugar donde nacio, donde comenzo a pensar y sentir por primera vez. Ser emigrante o exiliado es un negocio distinto, tiene que ver mas con politica, con dinero, con sobrevivencia, no con poesia o cosas etereas. Por supuesto, si quiere dedicarse a ello bienvenido sea, pero haga la cola igual que otra persona ordinaria para buscarse un trabajo terrenal que le garantize la comida. No reclame para usted tratamientos especiales ni garantias que no existen, que ese tipo de prebendas le fueron prometidas hace 50 anos a todos los cubanos y ya sabemos como termino.

9 by raulitobueno (Usuario no autenticado) 09/04/2011 23:40

jajajajaaaj!!! teconocemos Raúl, te conocemos, buen poeta eres, nadie lo niega, pero persona difícil y te lo digo con cariño que la pase bien en tu México, pero aquí te ayudamos, y te dimos trabajo; pero tú no eres fácil, no vengas ahora con esos desplantes en contra de un país que te dio comida...

8 by Elduro (Usuario no autenticado) 09/04/2011 23:40

El exilio polémico de Miami, pero aquí cada peso es trabajando duro, duro!! no escribiendo poemas... no permito que se hable mal de un país donde los cubanos somos acogido con afectos, Miami es nuestra Cuba y se lo debemos alos cubanosamericanos que levantaron esta ciudad con trabajo duro!! no con poemas y florecitas.

7 by yooooo (Usuario no autenticado) 09/04/2011 23:40

Hay que trabajar primero, establecerse y deSpués vienen los poemas, y con todo y eso publicaste dos libros de poemas en Miami, y te vi en recitales bien vestido, tan mal no te fue, qué lástima que ahora hables mal de los yumas que te ayudaRON...

6 by Santana (Usuario no autenticado) 09/04/2011 8:20

Vivo en Miami, soy cubano y es duro, duro ahora y duro cuando llegue,me he encontrado con diversas generaciones, personas despues del 59, personas de los anos 60, personas de los anos 80, personas, de los 90, personas del ano 2000 y me incluyo en este periodo y todos coinciden en un mismo punto que el comunismo es una mierda, todos tuvieron grandes perdidas, no solo negocios, sino familiares que fueron fusilados por las rasones que fueran, otros huyeron, otros mandaron a sus hijos al exilio sin saber de nuevo que los volverian a ver, solo odian a un regimen, a una dictadura, pero niguno odia a Miami, algunos se acostumbraron a esta vida, otros se resignaron quizas, digo yo, pero nadie odia Miami, somos bastantes cuabanos en este lugar, y vamos a los parques , cines, teatros, hablamos de nuestros problemas en los cumpleanos, en casa de un amigo, pero nadie odia Miami, muchos nos hemos quedado sin trabajo, hemos perdidos nuestras casas, pero nadie odia Miami, solo vemos la vida diferente y con optimismo, solo asi podemos seguir adelante sin que nadie nos tenga que decir y que hacer, ojala y ese odio no sea mas fuerte que el carino que tu puedas tener por tu hija.

5 by raul lopez (Usuario no autenticado) 09/04/2011 1:15

bravo

4 by Adrian (Usuario no autenticado) 09/04/2011 1:15

Buen poeta de eso no cabe duda, pero compadre algunas personas te ayudaron hasta donde pudieron y lo hicieron a corazon abierto, solo porque no pudiste encontrar tu lugar, no es para que ofendas de esa manera a personas en el exilio, siendo duro este lugar pudiste seguir escribiendo, ojala y tengas suerte en Mexico, pues si de ahi te fuiste una vez fue por algo y no tuviste el coraje de decirlo en la entrevista.

3 by hijodeoshun (Usuario no autenticado) 08/04/2011 20:20

La poesías y Miami. El arte y Miami, ah, cará, ah cará... los muchacchos son poetas, oshun; los muchachos te cantan?Éste fue a verte? Te dedicó un cántico? Te puso una ofrenda? Miami y los poetas, son tantos que la ciudad no puede con ellos.

2 by sobreviviente (Usuario no autenticado) 08/04/2011 20:20

bueno, poeta y en mexico ta mejor? bien por ti!! en miami tamos bien tan bien. El problema que el exilio es pa sobrevivir , no pa estar escribiendo poemitas y esas cosas y yo respeto esas cosas de las palabras, pero ecobio tengo que sobrevivir en las entrañas del monstruo como dijo quien tú sabe que lo dijo, el apostol de dos ríos.

1 by El Miamiru (Usuario no autenticado) 08/04/2011 13:00

Siempre hay personas que USA los acoge, le da asilo, trabajo y hasta pensión de desempleo y critican. En Miami hay un aceptabel ambiente culturla: editoriales, teatro , musicos, danzas, cine. Es posible que este escritor no encontró su lugar entre nosotros. No conozco su obra la buscaré. El poema de muestra es bueno, eso indiscutible. El Miamiru

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