El cubanoamericano Ryan Lochte se llevó el duelo con Michael Phelps y consiguió este sábado el oro en la final de los 400 metros estilos de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, informaron medios de prensa.

El relax de ambos en las series clasificatorias nada tuvo que ver con uno de los momentos más esperados.

Lochte, de madre cubana y padre estadounidense, corrió en solitario contra la posibilidad de batir el récord mundial, mientras que el gran favorito a conseguir todas las pruebas que disputa se dejó llevar hasta quedarse sin medalla, en una más que discreta cuarta posición.

Phelps, que salía “penalizado” por su pasividad para clasificarse —estuvo a tan solo siete décimas de caer eliminado— no tuvo opción en ningún momento de luchar por el oro.

Una salida muy conservadora le hizo perder unas décimas respecto a Lochte. En total treinta y tres centésimas de desventaja en los primeros 100 metros en el paso de braza, que fueron ampliándose muy rápidamente.

La espalda no le fue mejor a Phelps, que perdía un segundo y medio respecto al líder. A partir de ahí, el duelo se convirtió en monólogo.

Por debajo de Lochte, quedaron el brasileño Thiago Pereira y el japonés Kosuke Hagino.

Se trata del cuarto oro olímpico para el cubanoamericano, aunque el primero en los 400 metros, estilo en el que cuatro años atrás tuvo que conformarse con el bronce, por detrás de Phelps y del húngaro Laszlo Cseh, el gran ausente en la final. Un oro con un sabor especial, que simboliza el traspaso de poderes de la natación mundial.

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