La nadadora estadounidense Diana Nyad se encontraba la madrugada del domingo a la mitad de su trayecto a nado de Cuba rumbo a Florida, en el que sus asistentes describieron como un crucial trecho, superando las picaduras de medusas e ignorando a tiburones y barracudas en un desafío por romper su propia marca mundial, informó la AP.

Las incidencias de su viaje son informadas por sus asistentes vía Internet y reportan que Nyad ya ha pasado más tiempo en el agua en comparación con el intento que fracasó el mes pasado, cuando duró 29 horas nadando antes de que un ataque de asma la obligara a renunciar.

Hasta la última actualización, ella había completado un trecho de 79 kilómetros (49 millas) de los 166 kilómetros (103 millas) del trayecto total. Si todo sale bien, la atleta de 62 años espera completar el viaje el lunes por la mañana.

Según el reporte, el sábado por la noche sufrió una segunda dolorosa picadura que afectó su cara y ojos y fue atendida a bordo de una balsa de apoyo.

“En este momento parece que Diana desea continuar”, decía un mensaje enviado a través de su cuenta de Twitter.

“Esta noche, su segunda noche en mar abierto, podría ser la más difícil”, según el sitio en Internet de la estadounidense.

“Steve Munatones, el observador independiente de la Federación Internacional de Natación que acompaña a la expedición, dice que los nadadores tienen mucha mayor probabilidad de éxito si logran superar la segunda noche”, agregaron.

En las primeras horas del sábado, sus asistentes detectaron barracudas en el área y ella también recibió la visita de un tiburón curioso, aunque sus ayudantes minimizaron el incidente.

Si consigue su hazaña, será la primera persona en cruzar el Estrecho sin la ayuda de una jaula a prueba de tiburones, confiando solo en la tecnología (un campo eléctrico alrededor de ella) y buzos que ahuyentan a los depredadores.

En agosto de 1978, Nyad también había realizado un intento —que se frustró tras 42 horas de nado— de unir las costas de ambos países, pero en ese entonces lo hizo en una jaula que la protegía de los tiburones.

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