A pesar de la exaltadas acusaciones y críticas que habitualmente realiza La Habana al gobierno y al modo de vida estadounidenses, los cubanos han presenciado en los últimos meses un inusitado aumento de la presencia de las series norteamericanas en la televisión de la Isla, bajo control del régimen como el resto de los medios de comunicación.

Aunque la emisión de producciones norteamericanas no es un fenómeno nuevo, la cantidad de series y películas estadounidenses programadas este verano ha sorprendido a más de un espectador.

Según EFE, la oferta de la televisión estatal ha supuesto una dura competencia para los culebrones que programan los canales de Miami, los más populares entre los cubanos que tienen antenas parabólicas ilegales.

Entre las series que se transmiten está la exitosa Mujeres desesperadas, que cuenta los problemas de cuatro mujeres de clase media-alta vecinas de un imaginario barrio residencial estadounidense, y considerada la más vista en el mundo.

Mujeres desesperadas es "un producto memorable de la industria audiovisual norteamericana, una historia a ratos cómica y otras veces dramática hasta el estremecimiento, siempre motivadora". señaló hace unas semanas el diario oficialista Juventud Rebelde.

Sin embargo, mientras las desesperadas esposas de la serie viven pendientes de sus descapotables, sus casas de lujo, las últimas tendencias de la moda y sus problemas conyugales, las cubanas que siguen sus peripecias tienen preocupaciones mucho más perentorias, como la solución de sus necesidades básicas con un salario medio que equivale a entre 12 y 15 dólares mensuales.

Además de esta serie, los cubanos han podido ver este verano Mujeres de blanco, que se desarrolla en un hospital que trata a enfermos de sida, alzheimer y cáncer.

Mucho más veterana en la programación es Expediente X, una de las mejores opciones para los aficionados a los fenómenos paranormales que se quedan en casa los sábados por la noche.

Los amantes de la acción pueden elegir entre El perfil del crimen, donde una psicóloga forense ayuda a resolver casos de asesinato, el western Deadwood, Prison Break o Sin rastro, después de que terminara la temporada de CSI, otro de los productos estadounidenses que se coló con éxito en la pantalla cubana.

Compitiendo con las series policíacas norteamericanas se transmite Tras la huella, una producción nacional sobre el trabajo del Ministerio del Interior y de la Policía Nacional Revolucionara para descubrir a criminales.

Pero la preferencia del público cubano por las series norteamericanas es tal que hasta se exhiben por temporadas en salas de cine de La Habana. En estos días el recién remodelado cine Infanta proyecta con éxito Prison Break.

Las producciones estadounidenses son también las "estrellas" de los "bancos de vídeo" piratas que funcionan en el país, aunque no todas logran el éxito de 24 horas, que durante meses se colocó a la cabeza en las listas de alquileres ilegales.

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