Silvio Rodríguez Domínguez (San Antonio de los Baños, La Habana, Cuba, 1946). Guitarrista, cantante y compositor. Alumno de Leo Brouwer, Federico Smith y Juan Elósegui en el Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC. Conocedor de la música folk, se sintió atraído en los 60 por Huddie Ledbetter, Bob Dylan y los Beatles. Uno de los grandes renovadores de la canción cubana, cofundador del Movimiento de la Nueva Trova Cubana con Pablo Milanés, Noel Nicola, Vicente Feliú, Sara González, Amaury Pérez y otros. Autor de canciones donde las imágenes poéticas juegan un papel fundamental (Vallejo, Neruda, Martí, Eliseo Diego…). Inspirado melodista con trazas clásicas y tradicionales (Mozart, Vivaldi, Beethoven, Sindo Garay, Ernesto Lecuona, Manuel Corona, bolero, son cubano, calipso, bossa nova…).

Los Bunkers, banda chilena de rock fundada en 1999 (Concepción, Chile). Guitarras, bajo, teclados, percusiones, batería y voces al servicio de una sonoridad rockera contemporánea con figuras armónicas y rítmicas de los años 60, fusionadas con raíces folclóricas andinas. Con Vida deperros (2005) y Barrio estación (2008) alcanzaron proyección internacional. Hoy son los embajadores del rock chileno por el mundo.

Selección de 12 canciones del trovador cubano —producción de Emmanuel Del Real—, y aparece Música Libre (Universal Music, 2010). Silvio Rodríguez entra a los espacios de cierta raigambre heredada de Led Zeppelin gracias al ímpetu de estos jóvenes rockeros de Los Andes. “Cuando nacimos, la mayoría de estas canciones ya estaban compuestas y grabada por su autor. Por este motivo, interpretar esta obra es remontarnos a la niñez…”, confiesan Los Bunkers.

Acercamiento a las canciones de Silvio Rodríguez desde prosecuciones nostálgicas y emocionales. “Bastó que los acordes de ‘La era está pariendo un corazón’ surgieran como de la nada en la memoria para que a los minutos toda la banda estuviera cortejándola y seduciéndola. La sorpresa que nos causó transportar una canción que nos era tan familiar a un nuevo lenguaje que incluía batería e instrumentos eléctricos fue indescriptible”, comenta Mauricio Duran, guitarrista principal de la banda.

“Sueño con serpiente” en acústica heavy zeppeliana; “Que ya viví, que te vas” —una obra maestra de la canción contemporánea— es asumida en ramajes de rock progresivo con reverberaciones de Yes, Genesis o Jethro Tull; “El necio” —polémica composición del cubano— subraya timbres heavy con asomos jazzísticos, y apuntes folclóricos en la armonía orquestal; “Ángel para un final” aparece en enunciaciones de blues con exaltada guitarra rítmica; “Y nada más” se traslada de los aires bolerísticos santiagueros a un folk/blues de modulada pronunciación teen R & B; “Pequeña serenata diurna” en una atmósfera mozartiana de fuerte presencia folk con impetuosas costuras guitarrísticas… “Le mandamos el material a Silvio y le encantó nuestro trabajo. Le llamó la atención que mucho de los temas que escogimos, originalmente tenían una vertiente rockera”, comentan los rockeros chilenos.

En Cuba, la banda de rock Moneda Dura ha realizado varias versiones del repertorio del autor de “Pequeña serenata diurna” a orgánicos apartados rockeros (“Ojalá”, “Óleo de mujer con sombrero”, “Dónde pongo lo hallado”…). Los chilenos nos conceden doce capítulos de cabales índices de rock fusión, progresivo, folk, modal, y blues. Retumbos de King Crimson, Emerson, Lake & Palmer, Camel o Rush se insertan en los derroteros orquestales de esta singular propuesta.

© cubaencuentro