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Actualizado: 02/07/2024 13:30

Literatura

Siemprevivos

¿Literatura cubana o escrita por cubanos? ¿Una rareza expresiva a tener en cuenta por lástima o exotismo?


"En Lima era muy rápido alcanzar un estatus cultural. Yo había ganado un premio con un cuento y ya de alguna manera era considerado un escritor", afirma Mario Vargas Llosa en una entrevista que recién publica Letras Libres. Enseguida pensé en los escritores cubanos del pasado reciente y de ahora. La analogía arma esta reflexión.

¿Cuántos de nosotros no experimentamos allá dentro las "bondades" de sentirnos reconocidos como escritores? ¿Qué cantidad de "capital simbólico" nos regalaron? ¿No sigue la dictadura administrando premios y publicaciones, nuevas revistas y viajes, por lo menos a Caracas? ¿Cómo funciona la vanidad y la arrogancia entre las víctimas de las diversas manipulaciones?

Sin embargo, el fenómeno es más complejo. Vargas Llosa agrega: "Pero llegar a Europa y descubrir que uno no es nada, que no existe, que si realmente quiere ser un escritor tiene que escribir y tener cierta ambición y además una disciplina, creo que fue la experiencia fundamental. Yo en Europa me sentí enormemente estimulado. En el Perú en cambio me sentía tremendamente frustrado. Sentía como una especie de maquinaria montada a mi alrededor para disuadirme de ser un escritor. Yo creo que eso les ha pasado a muchísimos".

Por razones similares y diferentes, los escritores cubanos contemporáneos, es decir, los que convivimos con independencia de la edad y del lugar, participamos de las experiencias que el relevante novelista peruano enuncia. Pero con un valor agregado: el virus político, que acrecienta el calamitoso desplazamiento de culpas.

Fenómeno antilocalista

En 2007, por supuesto que hay acuerdo —sobre todo entre los autores de las dos últimas generaciones biológicas— en que la literatura cubana participa de los mismos asedios que cualquier otra de América Latina, a favor de una ríspida pero inevitable inserción dentro de una categoría más funcional y eficaz, la de literatura de habla hispana.

Los vertiginosos procesos de mundialización hacen obsoletos no ya los patrioterismos sino los regionalismos, incluyendo a la vez los que nos separaban de España. La lengua común construye la única identidad, mientras antiguas diferencias tienden a borrarse en el ciberespacio, a recibir el mote —justiciero— de pintorescas.

Escritores como Antonio José Ponte, Atilio Caballero o Carlos A. Aguilera, dan fe —entre otros relevantes ejemplos— de la progresiva conciencia del fenómeno antilocalista. Ya Severo Sarduy lo había demostrado, al irse, tras su primera novela, hacia espacios por lo menos caribeños. Pero ahora los síntomas son el consenso, la evidencia felizmente mayoritaria.

Ante la porfiada certidumbre globalizadora, las referencias circunstanciales apenas constituyen un dato contextualizador, mientras la pertenencia de la literatura al campo del poder continúa manteniendo su milenaria e incómoda temeridad —más azarosa en la Cuba unidimensional—, mientras la inundación diaria de novedades sumerge cualquier singularidad poco fuerte.

Los escritores cubanos —ya sin figuras canónicas como Carpentier o Lezama— y sus obras —aunque algunos las crean ombligos del mundo— no somos una rareza expresiva, una zona artística diferente, a tener en cuenta por motivos exógenos, por lástima o por exotismo. A la industria editorial y a la académica no le llamamos la atención por encima de otros "productos".

La peculiaridad cubana que pudiera dividirnos entre insiliados (los que viven en Cuba) y exiliados (los que estamos en la "diáspora"), a penas duras y hasta trágicas, sólo es nuestro problema. Nos interesa a nosotros, y sobre todo a los nacidos antes de 1959. El fanatismo por la apolillada "revolución", la docilidad hacia ella, el ataque o la indiferencia ante su patético, envilecido derrumbe, es tema tan local como la "restauración" de una Arcadia que no existió ni en La Rampa atigrada de los años cincuenta.

La misma noción de exilio —incluyendo el "exilio interior"— experimenta hoy transformaciones sustanciales, derivadas de la movilidad permanente, por lo menos en Occidente. Tan natural como los blogs o los capitales golondrinas, estar donde se nació ha quedado como referencia precibernética, asunto de arqueología ante las ciudades letradas cada día más iguales, con los mismos accesos y alienaciones, supermercados y soledades tumultuarias.

Palabras como "transterrado" o "emigrante", temas como "patria" o "nación", angustias como "democracia" o "derechos humanos", entran en un carnaval donde todos somos exiliados, desplazados o expulsados de lo que apetecemos. Entre la realidad y el deseo —como dijera Luis Cernuda—, la leyenda de Anteo, que perdía su fuerza cuando lo separaban de la tierra, ahora se ha convertido en Ariadna: búsqueda de un hilo individual, demagogias populistas a un lado, por cierto trivial.

Lo que de verdad importa

Lo que interesa de la literatura escrita en español por cubanos o descendientes en primera generación, no es el ideario polarizado o la toponimia rumbera que refleje. Lamento aguarle la fiesta al virus político y sus décadas de primera plana. Las nuevas propuestas priorizan —como siempre fue en los más lúcidos— la calidad literaria, el siempre vivo fragor verbal.

Además, las consideraciones éticas ya no se asocian a las ideologías de la modernidad o al terruño, tan demoledoramente palmario para cualquier obra, en cualquier lengua. Honradez y eficiencia parecen más importante en cualquier espectro político que socialismo o capitalismo, que derecha o izquierda.

Desde el ángulo artístico es poco relevante que el autor aún esté a favor de la "revolución" o en contra, le dé igual el dictador o la élite de poder que oprima. Tiene poco significado dónde se halle o le publiquen. La valoración estética cada día privilegia más la realización —retórica aristotélica—, en todas sus zonas, incluyendo las que corresponden a la imaginación y a las estructuras argumentales, lingüísticas y poéticas. Lo siento por muchos colegas adosados a una idea rancia de nación o ideología, de literatura nacional.

Me aflijo por los que han convertido en clichés literarios las poéticas de Revista de Avance u Orígenes, de Lunes de Revolución, Casa o Unión. El no se sabe hacia dónde vamos, fuera de la olla arrocera del castrismo, prima sobre anacronismos. El desfase intelectual que no admite la incertidumbre como eje ha quedado para la siempre trapalera política, dentro de la cual Cuba ocupa un insigne pedestal.

No, escritores manipulados. No, especímenes del pleistoceno. Por suerte en 2007 ya no se forman "héroes", "plañideros", "conciliadores", "puristas"… El mambo —libre de teleologías y utopías— se baila en otra dimensión, muy cercana a la declaración de Mario Vargas Llosa. La literatura ya no es cubana sino escrita por cubanos, donde quiera que nos padezcamos a nosotros mismos, aquí en Cholula o en El Vedado.

A Borges le divertían los lugares comunes. Repito uno de ellos: Aunque las "maquinarias" hipotequen o favorezcan el trayecto, las únicas frustraciones artísticas son personales.

© cubaencuentro

11 Comentarios


11 by Tinajondelpatio (Usuario no autenticado) 21/11/2007 18:40

Me sorprende que un teórico tan sólido como Prats Sariol incurra en tantos despropósitos en un mismo artículo. Me explico: Sariol sabe mejor que yo, que como un contertulio anterior decía "no soy nadie",que no hay posibilidad de escribir "desde" la universalidad, como me parece entender que él propugna, sino que la universalidad se alcanza "desde" la plataforma del "ser" que el escritor o el artista en general "es", o sea, desde su experiencia de vida, la cual no solamente incluye "lo vivido" en carne propia, sino lo que otros han vivido, más lo que haya visto, tocado, leído, mirado, oído, dentro o fuera de aquella parcela de realidad que le ha correspondido vivir (y esto sin fatalismos). Sin invasión napoleónica a Rusia, sin la nieve y el frío y el hambre "localista" del soldado ruso y la del francés también, no habría Tolstoi alcanzado la "universalidad" en "La Guerra y la Paz"; sin el "Tropicana", sin la vida nocturna de La Habana de los 50, sin que ella cantara boleros, no la hubiera alcanzado Cabrera Infante tampoco: la genialidad en el uso del lenguaje (o los lenguajes, podríamos decir), ese guiño carnavalesco que nos hace desde la macrofalgia de Bustrófedon, no hubiera sido posible sin la sustancia que "su" realidad le proveía. Y así hasta el infinito... Yo creo que de lo que se trata es de alcanzar la comunicación, o sea, que los signos (o ¿debo decir señales?) que el artista emite estén cifrados en un código descifrable para su contemporaneidad y más allá, sin necesidad o con una mínima necesidad de explicación por parte de los "entendidos". Muchas veces dudé de la "veracidad" de la explicación que mi profesor de literatura en la Universidad de La Habana le daba a la descripción del escudo de Aquiles en "La Ilíada". ¡Cómo coño él iba a saber si lo que Homero había querido DE VERDAD hacer, era lo que él nos decía! ¡Mira que he buscado y no he podido encontrar ni siquiera en Internet una entrevista creíble con el griego!

10 by el indiano (Usuario no autenticado) 18/11/2007 23:00

Yo la verdad no sé de donde Sariol saca que no hay nacionalismos cuando México es uno de los países más nacionalistas que he visto en mi vida, junto con los Estados Unidos. Las industrias culturales no funcionan para las grandes mayorías, sino para aquellas personas que pueden pagarlas, es decir aquellas cuyo salario les permite, después de pagar renta, comida, transporte y seguros, ir un domingo al cine, comprar un libro o una obra de arte, lo cual sería un verdadero lujo. Tampoco sé porque dice que Ponte, Caballero y Aguilera son escritores cubanos globales cuando sus obras están marcadas, demasiado podría decirse, por la experiencia totalitaria de los últimos 50 años. Eso, especialmente a Ponte, los hace descubrir el mediterráneo todos los días y ni por asomo se acercan a la universalidad de Lezama, Piñera, Baquero e incluso Carpentier, Guillén o Cabrera Infante, quienes siguen siendo, junto con un par de nombres más, lo mejor de la literatura cubana hasta hoy. Para no mencionar a escritores latinoamericanos como Rulfo, Borges o García Márquez. La literatura cubana contemporánea, desafortunadamente, es bastante provinciana. El complejo de víctima la hace por un lado mirarse el ombligo todo el tiempo y por el otro cumplir la función de exotismo, payasería y punta de lanza ideológica contra el socialismo tropical. La culpa de eso no la tienen sólo los escritores -tienen que comer- sino la ineficiencia editorial cubana y en particular la concepción anti intelectual de la dirigencia revolucionaria que usa a los escritores y los artistas con fines propagandísticos y no los reconoce como productores de ideas. Ya sabemos para quien esta reservado ese privilegio.

9 by Marcel (Usuario no autenticado) 16/11/2007 8:10

Companero Larazo Buria, se te han dan cruzando los cables revolucionarios con el fango capitalista, las compotas rusas y la Chispa de Tren, pero lo peor es ni usted mismo sabe como salir de toda ese magico producto maloliente. Nada hermano, que estas como las BTJ que para alimentar reses y pollos reproducian lombrices, para luego terminar enfermando y matando a las pobres vacas y los pollos, mientras le eliminaban nutrientes a los suelos y a los peces... Lo gracioso de los camaradas comunistas es que siempre se estan rompiendo el coco para tratar de inventar el agua tibia, o nuevas formas de perder el tiempo, siempre logran desviarse del camino de los que han tenido exito, para repetir y tratar de inventar una y otra vez (hasta el infinito) los caminos que conducen a la ruina y la idiotez perpetua. Buria y Dario estan en el camino......correcto

8 by escéptico (Usuario no autenticado) 15/11/2007 21:30

Los autores mencionados por Sariol no son los más característicos de una literatura cosmopolita en Cuba.

7 by camilo loret de mola (Usuario no autenticado) 15/11/2007 21:30

Fabrizio del dongo en bahia de cochinos stravinsky con tambores bata. Definitivamente carpentier es el Fausto del Caribe, emulo del personaje de Goethe, vendio su alma al diablo a cambio de Paris. con el alma, el talento y todo lo demas. Pero imprescindible para Cuba, sin importar de donde vino. Obviemos el final de su obra y recordemos la anterior. Trato de canonizar a Colon y se le volvio incorporeo, quizas lo escribio ante el espejo. es su arpa, su sombra.... La cubania, sin chouvinismos o politiqueria, es parte de la annoranza diaria, que sean buenos en la escritura vale, pero si huelen a la isla mejor. Hay sabores que no se olvidan.

6 by Infante de Haití (Usuario no autenticado) 15/11/2007 21:20

Me han gustado más los comentarios que el artículo, jejjeje, sois muy buenos....Ecue-Yamba-O....sin luces se quedará el siglo

5 by Conrado Cárdenas (Usuario no autenticado) 15/11/2007 21:10

Señor Prats Sariol: Los "nacionalismos" no van a desaparecer, igual que las liteaturas regionales y las pasiones políticas subyacentes en las éstas, Tolstoi es tan "político" en sus obras como Maximo Gorki. Sólo se trata, y usted lo sabe mejor que yo, de darle dimensión universal a lo local. Admiro sus artículos, sólo que, modestamente, le doy un consejo: afloje un poco en cuanto al lenguaje "profesorístico", ufff. Gracias.

4 by Manuel Angel Abeijon (Usuario no autenticado) 15/11/2007 21:10

Siempre las elucubraciones de si los de aquí o los de allá, que si Carpentier es nuestro o no lo es, que si la literatura cubana de dentro se presta al juego de los espejos, que si los de fuera sostiene el sentido contastatario y crítico con el sistema. Soy europeo y tengo amigos cubanos de dentro y de fuera y cansa tanta reflexión a veces estéril sobre los perseguidos y los perseguidores. Quisiera escuchar un discurso moderado, reflexivo, desapasionado, un discurso de centro que indage en las esencias de la literatura desde la verdad constratativa. Un discurso que se eleve por encima del circo mediático de los de Miami y los de La Habana. A veces no os leo por sentir que están demasiado politizados, que hay un odio y un nencor soterrados que no pueden superar. No me creo algunas reflexiones que tienen que ver con el pasado republicano y el desarrollo económico y cultural de la Isla. Hace poco estuve en Cuba y visité un pueblo perdido de Dios en el Centro. Escuché a sus viejos campesinos y a sus jóvenes. Sus palabras y sus verdades no son las que encuentro en las reflexiones de los ensayistas y teóricos de Maimi y en ocasiones ni en los "del sistema". En fin... seguiré buscando esa verdad mía que nadie todavía ha permitido que empiece a vislumbrarla.ç Saludos y suerte en sus empeños

3 by CHEO MATABURRO (Usuario no autenticado) 15/11/2007 21:10

Cuco estaba en Jayalía al lado del camión y Pepe le preguntó: - "¿Y en qué andas ahora, asere? - Aquí me ves, deliverando grocerías. (Para los lectores no versados en espanglish, habría que explicar que Cuco reparte (delivers) mercancías de un supermercado o una tienda de comestibles (grocery store). Lo de groCería en lugar de groSería se ha impuesto ya en el dialecto cubano. Es la tercera o cuarta vez que lo leo en esta deliciosa plataforma. Nuestros escritores parecen enemistados con la ortografía. Será que pasan demasiado tiempo "deliverando".

2 by Lázaro Buría (Usuario no autenticado) 15/11/2007 15:20

Estimado Sariol: Tu "Siempreviva" a provocado una fiesta en mi cabeza, como sucede cuando el espejo del otro devuelve la imagen de nosotros mismos. Fíjate si me interesan tus palabras, que fui a buscar tu foto en La Red. Y cuando te vi -sabía de ti por oídas-, pensé "este parece hombre bueno". Además, tengo amigo en Puebla -librero y escritor-, lo cual nos hace más próximos, aunque en este caso lo que nos une es la Ingeniería Lingüística. En nuestro "encuentro" y "diálogo" usaré las palabras según mi tecnología personal para ensamblarlas y decir cómo veo lo que tratas, que para mi es: "¿qué pasa cuando aceptas el regalo de un capital simbólico que reconoce el valor espiritual de tu identidad a partir de que no es valorada dignamente en el mercado mundial de nacionalismos". Poco sintético, pero no puedo decirlo mejor pues busco la manera de hablar que me libere de la forma "castrense" de hacerlo -no me refiero al apellido sino al nombre común de las "aldeas" del noroeste cantábrico donde la expansión romana en la península ibérica encontró cierta resistencia a su colonización, que es el lugar donde resido actualmente-. Mientras te leía, no pude evitar rediseñar algunas de tus preguntas o afirmaciones, no para mejorarlas -¡están muy bien!-, sino para perfeccionar las mías. "¿Cómo funciona la vanidad y la arrogancia, pero no sólo entre entre las víctimas de las diversas manipulaciones sino también entre los victimarios?", por ejemplo. O cuando dices -más bien dice Vargas LLosa-, "... descubrir que uno no es nada, que no existe, que si realmente quiere ser un escritor -o un carpintero, o un plomero, o alcanzar la luna - tiene que estudiar y trabajar y tener cierta ambición y además una disciplina ..." Tu "Siempreviva" también estimula mi vocación de "filósofo de barrio", y me hace escribir cosas como esta: "... el incremento de la eficiencia de un sector productivo, depende de la lengua" dominante del piso que le corresponde en la Torre de Babel. Y, aunque no la única -en el Occidente Cristiano- la bronca principal es entre inglés y español - con clara ventaja para el primero en su uso para la economía mundial, a pesar del pekines" y/o el cantones. No es problema de masa demográfica, sino de productividad cultural.” Pero esto es asuntos de la "mundialización" y de su "porfiada certidumbre globalizadora", como dices. Me parece más útil para nosotros -los que no vamos montados en cometas que van por el cielo-, ocuparnos de los estragos diarios que provoca en nuestras vidas padecer el virus "ombligo del mundo" -ataca a todos los niveles y profesiones, sean políticas, tecnológicas, artísticas, o meramente productivas, que son las más importantes-. Realmente es difícil darse cuenta de que "lo que me preocupa y quiero alcanzar, es sólo uno de los millones de conflictos en la agenda de asuntos pendientes de la especie". Y ni siquiera los que alcanzan a entenderlo, pueden evitar sentirse incómodos al ver y/o oír como se manipula esa "lista de espera" mientras se acaba el tiempo para disfrutar lo que pretendemos. Poquísimos logran adueñarse del conocimiento que el budismo vende para "el mal del ombligo". A la mayoría nos lo impide nuestra "exuberante latinidad", o "la competitividad" -sajona, gala, aria o eslava-, o la "sabiduría petrólifica islámica", que nos acompaña. Pero resulta curioso ver que la medicina del Tibet es afín a la "naturalidad africana" y la "serenidad indiamericana". Aunque, todos, no podemos evitar estar atados, por el momento -es condición no negociable de la memoria genética -, al lugar "donde nacimos y a las partículas de donde venimos", aunque se haya llegado a este mundo en la era cibernética. Es muy sencillo. Las "palabras que se mueren" -"exilio", "emigrante", "patria", "nación"- y que serán enterradas en los cementerios de "La Democracia" y "El Derecho Humano" construidos por "La Globalización", no desaparecerán de inmediato del genotipo de la nueva literatura que "verdaderamente importa". Formaran parte de ella como elementos recesivos que "la Evolución" decidirá si reaparecen o no en su futuro fenotipo. Y así lo demuestran Edipo y Yocasta, cuyos "mitos" siguen soportando hoy la "novela negra" y el "perfil del psicópata". "Honradez y eficiencia parecen más importante en cualquier espectro político que socialismo o capitalismo, que derecha o izquierda", es la más importante de tus afirmaciones -según mi opinión-. Pero agrego -no te resto méritos, sino todo lo contrario-, que eso me lo decía mi abuelo -que en paz descansa- todos los días. Y gracias a entender lo que ello significaba, tengo hoy mi Hilo de Ariadna. ¿Dónde lo aprendió él, no lo sé, aunque no creo que fuese en la escuela. Tal vez, en casa. Y hoy, estar a favor o en contra de "algo", lo determina "el estilo" en que se haga. Esta es la "revelación" más importante que nos lega "La Posmodernidad", aunque Walt Disney ya lo sabía cuando produjo sus primeros "cartoons". Y para agregar otra sinergia insólita, es también lo que intentó explicarle el Zapatero de España al Presidente venezolano en el reciente diálogo de la Cumbre Hispanoamericana cuando le dijo: "Las formas le dan el ser a las cosas." Precisamente esa herramienta para identificar "las cosas", es la que me ayuda a orientarme cuando escucho a los cubanos o no, opinar -a favor o en contra-, de "cualquier cosa" que atañe al "mejoramiento humano, que siempre guarda relación con la evolución de Los Mercados". Y con el más complejo de ellos, el de Las Palabra. En esté campo de producción de símbolos, si "el Marketing de La Competencia" logra que sigas "La Forma de producir "El Discurso" que ella usa, serás siempre víctima de sus "Derechos de Patente o Autor" y aún cuando intentes criticarlo, estarás sumando ganancia a "La Mercancía" que él oferta. "Háblame para que te conozca", me dijo un día mi hija -hace un cuarto de siglo-, deslumbrandome al creer que ella era muy precoz al decir algo así. Pero su voz me saco de mi error. "No seas bobo, es de un filósofo griego." Y mi vanidad de padre se transformó en orgullo al saber que el "capital simbólico" que ella estaba acumulando era más lúcido y eficiente que el mío. Desde entonces, me apasiona "La Ingeniería Lingüística" Y hasta la vista, "Amigo Mío" -así se llama el autor del primer comentario a tu texto que aparece. Lo leí y no comparto la "expulsión" que propone -no por razones literarias sino porque "expulsar a alguien" es frase del lenguaje de la politica y aquí conversamos sobre Literatura-, pero me agradó leerle porque su estilo de hablar conserva la "savia inocencia" de quien es educado y opina sin descalificar groceramente lo que no es de su gusto y, por tanto, no se identifica con ello.

1 by Amigo mío (Usuario no autenticado) 15/11/2007 9:40

Déjenos usted con nuestro grande Lezama, no para todos, hay quienes no lo resisten y lo llaman un globo inflado. Entre los que no lo soportaban estaba, nada más y nada menos, que Juan Rulfo. Yo tampoco. Pero yo no soy nadie. Por otro lado, y éste es el motivo por el que le empecé esta nota, Alejo Carpentier no es nuestro. Escribió sobre nosotros desde su punto de vista europeo que no perdió su garganta y su gutural rrrrrrr. Pero debo de recordarle que es suizo. Yo creo que ya es hora de que nos llenemos de dignidad y lo expulsemos de nuestro Canon, pues a pesar de su grandeza, yo mismo soy un carpenteriano de toda la vida, no es menos cierto que desde el punto de vista nuestro fue un asco su adhesión al sistema represivo cubano que ni él mismo se tragó. Y ahí tiene usted el churro que representan las hojas sobre la supuesta revolución cubana que quiso introducir en su Consagración de la primavera, que le salieron moradas y en pleno invierno porque son malísimas. En definitiva, Carpentier, amigo mío NO ES CUBANO. Y ya es hora de que lo expulsemos de Cuba, desde ahora. ¿Por qué no mencionamos más a un cubano digno, que no se doblegó, gibareño él, que murió en Londres y recibió el Cervantes? Es decir, Guillermo Cabrera Infante. Porque amigo, eso son otros veinte pesos. Carpentier a su casa, go home, a Suiza. Y Cabrera Infante a la palestra, porque, como aquella vieja canción: esos si son cubanos. El cubano es la perla del Edén… y perdóneseme la adaptación. Gracias.

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