He recibido un mensaje con un texto de una organización internacional que dice llamarse Poetas del Mundo. Afirman ellos, los autoproclamados Poetas del Mundo, que solo la poesía “puede cambiar el peligroso camino que ha tomado nuestro mundo” y una prueba de que nunca los “podrán silenciar, es que nuestro movimiento, Poetas del Mundo, continúa su curso de lucha por la vida y el derecho de todos los pueblos del planeta a existir y vivir en paz”. Lo cual reafirman con “nuestro encuentro con el pueblo cubano, los invito a ver y escuchar nuestra Proclama De Poetas del Mundo para Cuba, De Poetas del Mundo para el Mundo”.

Es decir, consta en el mensaje recibido, firmado por Luis Arias Manzo, fundador-presidente del Movimiento y nacido en Cuba, que una amplia delegación de Poetas del Mundo visitó Cuba recientemente.

“Hay que paladear las entrañas de Cuba para saber su verdad. Esta Isla no es como la maquillan desde afuera; ese es un andamiaje de mentiras que atadas una a una, solo pretenden opacar el brillo de sí misma; Cuba tiene un color que le pinta todo el cuerpo, ese se llama libertad”, dicen en lo que titulan “Proclama De Poetas del Mundo para Cuba, De Poetas del Mundo para el Mundo”.

Asimismo en el texto, ditirámbico, melifluo, superficial, dan a conocer que “Signo tras signo, verdad tras verdad: Educación, salud, trabajo, dignidad, niños desbordando sonrisas, manos blancas, negras, mulatas, azules, amarillas… manos pequeñas tocando el cielo, cielo verdearriba producto de un rezo en la piel de todos, pues todos esos pequeños son hijos de la revolución”.

Dios libre a un poeta real de escribir semejantes sandeces para referirse a determinada población, donde además, dicen ellos, hay aún manos “azules” y otras “amarillas tocando el cielo”. Y agregan que allí existen “trabajo y dignidad para todos”. Parece que en sus sueños de “poetas” estuvieron en otra parte y luego se les ocurrió que habían ido a Cuba y allí vieron eso que “se llama libertad”.

Pero hay más naufragios verbales. Por José Martí, por Nicolás Guillen, afirman: “este arrullo nacido en los laberintos luminosos de nuestras almas”. O sea, son hasta inmodestos, dicen que sus almas o sus laberintos son “luminosos”.

Ellos, los Poetas el Mundo, en su viaje a Cuba, “atravesamos: (sic) ciudades, pueblos y villorrios, agradablemente sorprendidos por los logros de la revolución” y vieron “hombres y mujeres bien vestidos, sin lujo, pero siempre con ropa limpia de colores armoniosos. Policromía andante, alucinante, refrescante a toda mirada”. Las cursivas son mías para destacar no solo la simpleza de esta expresión, sino a la vez dar una idea de lo solitario que se está quedando el castrismo en cuanto al apoyo de verdaderos intelectuales.

La Proclama en cuestión, firmada por 21 de los miembros de “Poetas del Mundo”, está ilustrada con una foto tomada durante su visita a Cuba en mayo pasado, donde aparecen 27 personas que deben ser miembros de la Organización. Si como dicen, el rostro es el reflejo del alma, hay que perdonarlos: son almas inválidas.

Sé que no pocos de los lectores que hayan llegado hasta aquí podrían reprocharnos cierto afán de insistir en lo mismo; o sea, en replicar a personas u organizaciones movidas por la ignorancia o el cinismo. Pero seguimos creyendo que nunca estará de más evidenciar a los tontos o impúdicos que por una condición o la otra, viviendo lejos de la tragedia cubana, se burlan de los padecimientos del cubano que vive dentro y fuera de la Isla.

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