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Actualizado: 01/07/2024 13:46

Rubalcaba, Música, Música cubana

Guillermo Rubalcaba, hoy eterno en la pianística cubana

El pianista impuso un estilo montunero de cadencioso vaivén en que confluyen la espontaneidad y la imaginación armónica

Pianista de linaje charanguero en la ejecución de danzón, mambo, chachachá, son, descarga y bolero. Cuando Guillermo Rubalcaba —Guillermo González Camejo— (Pinar del Río, 10 de enero de 1927 - La Habana, 8 de septiembre de 2015) entra en el puente con un solo, el bailador ajusta los pasos a la escalada de notas para ser testigo de un milagro. “Todo lo que hago en la improvisación lo aprendí oyendo a mi padre. Todavía lo escucho y me sigue sorprendiendo el oscilante montuno que edifica en los intervalos. En la grabación que hice del danzón ‘El cadete Constitucional’, de mi abuelo Jacobo Rubalcaba, para el álbum Supernova, intenté hacerlo como mi padre”, ha dicho su hijo, Gonzalito Rubalcaba, uno de los grandes pianistas del jazz contemporáneo.

La charanga típica aparece en Cuba a finales del siglo XIX con un formato de flauta, clarinete, tres violines, contrabajo, timbales, tumbadora, güiro y piano. La nómina de pianistas danzoneros/charangueros/soneros es amplia: de Antonio María Romeu a Rubén González, de Oreste López a Pérez Prado, de Lilí Martínez a Peruchín, de René Touzet a Bebo Valdés, de Frank Emilio a Chucho Valdés, de Rufino Roque a Cesar Pedroso, de Hilario Durán a Manolito Simonet, de Miguel de Armas a Angel Laborí, de Gonzalo Romeu a Emiliano Salvador, de Roberto Fonseca a Osmany Paredes, de Pepesito Reyes a Alfredo Rodriguez, de Rolando Luna a Daniel Amat, de Alfredito Valdés a Tony Pérez…

Guillermo Rubalcaba estudió piano, violín y clarinete. Debutó como pianista en la radioemisora CMAB de Pinar del Río en los años 50, alternando como violinista y saxofonista en la orquesta de Ñico Suárez, CMQ, orquesta Montecarlo y el combo Los Churumbeles. A partir de los 60 trabaja en clubes habaneros: Maxim, El Gato Tuerto y el St. John’s. Fue durante varios años tecladista de la Orquesta de Enrique Jorrín, el creador del chachachá.

Miembro de la Charanga Típica Cubana de Conciertos de Odilio Urfé, y director/fundador de la Charanga Rubalcaba, impuso un estilo montunero de cadencioso vaivén en que confluyen la espontaneidad y la imaginación armónica. Escucharlo en los danzones “Una rosa de Francia”, “La Reina Isabel” o “Pueblo nuevo”: suceso único de la música bailable de la Isla. Bolerista de delicada glosa: “Noche cubana”, “Vanidad”, “Si me pudieras querer”… Sonero de pertenencia: “Bruca maniguá”… Chachachá empinado: “El baile del suavito”, “La mulata del chachachá”… Danzonete: “Rompiendo la rutina”. Descarga cubana: “Piano y violín”, “Descarga Rubalcaba”…

Sus discos más emblemáticos: Vivencias (Artex, 1987), Por eso soy cubano (Eurotropical, 1994), Fundadores del sabor (RTV, 1995), El danzón de la reina Isabel (Muxxic, 2000), Pasado y presente (Pimienta, 2002), Corazón abierto (Eurotropical, 2002), Entre dos generaciones (Envidia, 2003), Noches cubanas en el Café del Mar —con Luis Frank Arias— (Universal Music, 2009), Los pianistas —con César Pedroso— (Termidor, 2011)…

En 2007, Diego El Cigala estaba buscando un pianista para el álbum Dos lágrimas (Cigala Music, 2008), se fue a Cuba a buscar a Guillermo Rubalcaba por recomendación de Chucho Valdés. “¿Y este hombre de dónde salió? Ahora entiendo la grandeza de su hijo Gonzalito, con un padre así hay que ser un buen pianista a cojones…”, comentó el cantaor madrileño cuando lo escuchó en el estudio. Ahí están las ejecuciones que hizo de “Dos cruces” (Jiménez Salazar), “Compromiso” (García Segura), “Historia de un amor” (Eleta Almarán) y “Compasión” (Orlando Brito): zumban en eco interminable.

El próximo 13 de septiembre iba a presentar en el Teatro América de la capital cubana, en el marco del Festival Cultural Habanarte, su fonograma Como en el ayer, que había terminado de grabar hacia unas semanas. Dicen que estaba muy fervoroso con el concierto, que ensayaba todas las tardes y ajustaba detalles. Como en el ayer, relectura de muchas de sus interpretaciones entrañables: viaje melódico por México, “Bésame mucho” (Consuelo Velázquez), con escala en Brasil, “La Chica de Ipanema”, (Jobim/Moraes), y estándares estadounidenses: “Autum Leaves” (Prévert/Joseph Kosma), “As Time Goes By” (Hernan Hupfeld), “Love Story” (Francis Lai).

Tumbao’ Rubalcaba: son, descarga, mambo, danzón, chachachá, bolero y jazz. Fronda de cadencia inigualable: Rubalcaba llega y la charanga suena como nunca: empalme de pasado y presente: tradición y modernidad: boscajes de exaltadas inscripciones armónicas-rítmicas. Como en el ayer: un hoy eterno en la crónica de la pianística cubana.

© cubaencuentro

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