Su elegancia y porte en los escenarios lo hacen dueño del apodo “El Caballero de la Salsa”. Gilberto Santa Rosa Cortés (Santurce, Puerto Rico, 1962) ocupa un lugar destacado en la música afrocaribeña contemporánea. Afinada voz —intensa coloratura, melisma guarachero y cálido fraseo—, sus inspiraciones están trazadas en improntas de algunos cantantes cubanos (Benny Moré, Miguelito Cuní, Abelardo Barroso, Pablo Milanés, Carlos Embale, Vicentico Valdés, Rolando La Serie…). A los 12 años organiza una banda de aficionados y da sus primeros pasos como vocalista. Con Puerto Rico All Star participa en el Homenaje a Eddie Palmieri (1980). Su paso por las agrupaciones de Tommy Olivencia, Willie Rosario y El Gran Combo de Puerto Rico lo foguean: hoy, es un cantante muy cotizado que recorre el mundo con su orquesta. El hijo querido de Santurce ha impuesto en el gusto de los bailadores, algunos temas míticos: “Vivir sin ella”, “Conciencia”, “Qué manera de quererte” ( del sonero/tresero cubano Luis Ríos, Grupo Raison), “Que alguien me diga”, “Perdóname”, “No quiero na’ regalao”, “Déjate querer”( del trovador cubano Donato Poveda), “La agarro bajando”, “Un montón de estrellas” (del guajiro pinareño Fernando Borrego Linares, Polo Montañez)…

Hábil improvisador, hace gala de ataques rítmicos en las aberturas montuneras, con sentido preciso del tiempo: sonero de incuestionable talante afrocubano. Su timbre desafía los patrones métricos con total libertad melismática: las pronunciaciones de Ismael Rivera, Carlos Embale y Benny Moré se hacen palpables en tales cruzamientos: somos testigos de un piquée vocálico único en la cartografía actual de la música bailable afrocaribeña. Capacidad para el bolero y la balada en filin de sabrosa nostalgia. Ha sabido acoplar su coloratura a los requerimientos filarmónicos (Teatro Teresa Carreño, Venezuela, Salsa Sinfónica en Vivo, 1998) con atinada exposición de sus cualidades vocales.

Tiene en su haber un disco con la Orquesta de Tommy Olivencia (1979); dos con el Gran Combo de Puerto Rico (Nuestra Música, 1982; Así es Nuestra Navidad, 2005); y más de 20 con su orquesta (De Amor y Salsa, 1988; Punto de Vista, 1990; Esencia, 1996; Romántico, 2000; Intenso, 2001; Viceversa, 2002; Auténtico, 2004; El Caballero de la Salsa, 2009…). Aparece Irrepetible (Sony Music, 2010): 10 pistas de factura impecable, y cómplices invitados que comparten los donaires de una producción que dejará huellas en bailadores y melómanos.

Recurso instrumental al servicio de arreglos (José M. Lugo, Bobby Valentín, Gunda Merced…) ajustados a la sonoridad de piano, percusión menor, guitarras española, bongós, teclados, trombones, bajo, congas, timbal, güira, trompetas, saxofones, tambora, violín, yembé y shekere que remiten a las grandes bandas cubanas de los 50.

Son cubano, guaracha, bolero/balada, timba habanera, bachata/vallenato, salsa y evocaciones de plena/bomba en empalme con merengue. Los invitados sortean las plazas melódicas/rítmicas con liberadas enunciaciones: la portorriqueña Kany García derrama sensualidad, desde segura dicción, en la balada “Y tú y yo”; el dominicano Johnny Ventura —El Caballo del Merengue— colma de graciosas aposturas la guaracha merengona “Hay que dejarse de vaina”; “Me cambiaron la pregunta” (Santa Rosa), rinde tributo al invitado Blades (orquestación que recrea la sonoridad de Seis del Solar, y texto de prosapia bladesiana) en una salsa de cisura retro (años 70 y 80) con claras referencias políticas; el colombiano Felipe “Pipe” Peláez conversa con Gilberto en los acoples de un vallenato con ligaduras de bachata y bolero cubano, “Hoy, por siempre y para siempre”; el grupo venezolano Guaco aborda “Ella” con sandungueras aristas pop/jazz/son/funk en consonancia con timba habanera: Santa Rosa guaquea con diligente acentuación rumbera.

Gozoso guateque santarroseño con indiscutibles carices afrocubanos. 50 minutos de procesión bailable. Cuaderno rítmico que nos concede al intérprete de “Vivir sin ella” en plenitud total, espontáneo y arrollador; incuestionablemente, un CD irrepetible ganador del Grammy Latino 2010.

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