El grupo SonBlues acaba de iniciar en Madrid una gira por escenarios españoles, con presentaciones en la sala Garibaldi y Circus Club. Como su nombre indica, se trata de una propuesta que encuentra su riqueza en la evolución de estas dos expresiones de la música de cimientos rurales, en dos géneros populares, son y blues, que devinieron manifestaciones urbanas.

El predominio del ritmo y las transiciones del tono solemne al burlesco, caracterizan a esta reciente agrupación musical que, con menos de dos años de vida y formato de dos guitarras, bajo y percusión, comienza a abrirse camino en el difícil mercado de la música actual.

SonBlues, integrado por los cubanos Rey Rodríguez Gay (RRG), compositor, cantante, guitarra y armónica, Madelin Espinosa en la percusión, y los españoles Juanjo Urbanki, arreglista y guitarra, junto a Jesús Colomina al bajo, ofrece un proyecto musical que recorre los temas que nacieron en el delta del Misisipi y que protagonizaron bluesman como Howling Wolf, Sonny Boy Wiliamson, John Lee Hooker.

Todo ello aderezado con el sabor y sonoridad legados por artistas de la talla de Sindo Garay o Matamoros, hasta llegar a las composiciones de RRG. Con gran libertad rítmica, este último muestra un estilo original de manejar estos dos géneros, donde predomina un singular sentido del ritmo y el fraseo.

Es el propio RRG quien define las intenciones de SonBlues cuando dice que su trabajo se propone "fusionar los ritmos cubanos que gozan de una rítmica muy vasta con los patrones del blues, que es realmente el género predominante en este caso".

"Me pareció interesante esta idea, porque los cubanos tenemos mucha influencia de la música americana. En Cuba siempre se ha oído desde el blues hasta el pop actual y creo que existe un sentimiento musical profundo en cuanto al trabajo que estamos haciendo y eso es lo importante. Esa es la sintonía por la que nos dejamos llevar, el amor a estos dos géneros importantísimos en la historia de la música", añade RRG.

Vocación y espíritu

Resulta difícil en este mundo globalizado hacer propuestas de este tipo, debido a la gran variedad de ofertas de fusión que conviven en el mercado. Es de suponer que el afianzamiento de alguna no tenga tanto que ver con la maestría instrumental interpretativa, sino con la ingeniosidad de las composiciones, con la capacidad que tengan los creadores (letra y música) para destilar de esas fusiones sus lados más frescos y originales.

En este sentido, Madelín Espinosa reconoce que "actualmente el género fusión está predominando en la música", y agrega: "me parece que es una manera de abrirse un poco más a las distintas músicas de todos los continentes. Es por eso que la fusión del blues con la música cubana puede dar un toque de originalidad a nuestra propuesta, ya que el blues es algo triste en su interior y el toque de alegría que aportan los ritmos cubanos no le viene nada mal".

Cada vez son más los proyectos internacionales que, partiendo de los géneros de la música popular cubana, se sumergen en su rica tradición ritmática. El rap y el hip-hop son quizás dos de las sonoridades que mejor encarnan este fenómeno. Sin embargo, es cada vez más frecuente ver a creadores cubanos planteándose ir a las fuentes de otras músicas para buscar fórmulas de renovación y enriquecimiento de los géneros tradicionales de la Isla.

SonBlues participa de esta vocación y espíritu. Independientemente de lo multicultural de sus integrantes, son conscientes de esta realidad y lo particular que debe ser para aportar algo diferente a lo que se está generando. En esa dirección, Juanjo Urbanki apunta que se "ponen a tocar cada uno desde su momento personal y desde el lenguaje musical que cada uno tiene".

"No nos planteamos hacer una fusión de manera 'científica'; no nos hacemos planteamientos del tipo: 'vamos a mezclar esto con aquello que tiene que sonar bien'. Sencillamente sabemos de dónde venimos y utilizamos el lenguaje que más le gusta a cada uno".

Parece saludable para la música cubana, sobre todo en lo que concierne a su riquísimo espectro de géneros populares, que proyectos como el de SonBlues experimenten con las tradiciones. El bagaje de este grupo, que arranca de la fusión de dos tradiciones populares, puede alcanzar para ambos géneros una visión actual capaz de reactualizar sus paradigmas ritmáticos y conectarlos con las sonoridades contemporáneas y de vanguardia.

Potencial hay en ambos géneros y también en las tradiciones cubana y norteamericana, por lo que el reto estaría entonces en que SonBlues lleve a buen puerto un proyecto que, de antemano, se presenta muy interesante pero también arriesgado en el contexto del mercado de la globalización musical.

© cubaencuentro