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Actualizado: 02/07/2024 13:30

Literatura

Encarnación del escritor 'maldito'

Homenaje a Virgilio Piñera, quien no pudo ser acallado por la crítica más excluyente ni el Estado más absoluto.


El 10 de diciembre próximo se presentará en Casa de América, de Madrid, un voluminoso número monográfico de República de las Letras (Revista de la Asociación Colegial de Escritores de España) dedicado a Virgilio Piñera. Su director, el escritor Andrés Sorel, y Antón Arrufat, gracias a una sugerencia de Juan Goytisolo, han confeccionado un interesante y panorámico dossier que debe contribuir a que la obra y la vida de uno de los escritores cubanos más importantes del siglo XX y, seguramente, junto a José Lezama Lima, el más original, puedan ser mejor conocidas en el ámbito iberoamericano.

Acompañado por sendas antologías de textos de la obra piñeriana realizadas por Sorel y Arrufat, veinticuatro ensayos analizan diferentes vertientes del teatro, la poesía, la cuentística, la novela, los ensayos o críticas, y la biografía de Piñera. Además de los textos críticos de Sorel y Arrufat, el lector podrá leer los de los españoles Juan Goytisolo, María Zambrano y María Isabel González Arenas, y los de los cubanos Rafael Rojas, Abilio Estévez, Leonardo Padura, Jorge Ángel Pérez, Alberto Garrandés, Pablo Armando Fernández, Margarita Mateo Palmer, Damaris Calderón, Gerardo Fernández Fe, Reinaldo Montero, Rogelio Riverón y Omar Valiño, entre otros muchos.

Asimismo, se compilan varios juicios de los diarios o cartas del polaco Witold Gombrowicz sobre el autor de Aire frío, y un conmovedor poema de Lezama Lima dedicado a Virgilio. Quien esto escribe analiza la peculiar relación de Piñera con María Zambrano, y Gerardo Fernández Fe, de este con Baudelaire.

Un aspecto muy sobresaliente de esta revista, que se dilata durante 240 páginas, es la extensa muestra de imágenes del autor de La isla en peso, junto a fotografías de diversas puestas en escena de su importante obra teatral y de casi todos sus libros. Andrés Sorel ha intercalado, además, sugerentes imágenes de escritores afines a Piñera (Kafka, Gombrowicz, Julián del Casal, Arrufat) o que son motivo de sus reflexiones críticas (José Martí, Emilio Ballagas), o guardan alguna relación con su obra o su vida (Eugene O'Neill, Cintio Vitier, Gastón Baquero, Guillermo Cabrera Infante, Lezama Lima, María Zambrano).

Una biografía trágica

Llama mucho la atención la importancia que adquiere en la mayoría de los textos críticos aquí conjurados la trágica biografía de Piñera, tanto en sus años de juventud durante la República como en su madurez en la época de la Revolución. Condenado, como Lezama, al ostracismo en vida hasta su muerte, desde 1971 hasta 1979, la vida de Piñera es un testimonio de la perseverancia de un escritor dentro de un contexto que siempre le fue hostil. Pobre, provinciano, ateo, homosexual, y, a la par, crítico, polémico, lúcido, irónico, apasionado (si no romántico), Virgilio Piñera es un ejemplo de un creador que no hizo concesiones.

Encarnación del escritor maldito (¿o no será que un poder estúpido lo maldijo siempre?) o del escritor que no renunció jamás a su propia naturaleza, aunque casi todo le fuera adverso, tanto la vida como la obra de Piñera ilustran como pocas la intensidad de una vocación, la pasión por la literatura, y una necesidad muy poderosa de reafirmar la vida frente a la muerte (frente a cualquier tipo de muerte).

Fue un eterno inconforme, un espíritu polémico, y, por ello, defendió una suerte de poética de la invención incesante, de una vitalidad sin pudores pueriles. Su aguda crítica social o literaria no se arredró ante centros canónicos o mitos nacionales, lo que lo ha convertido a la postre en un verdadero maestro de las últimas generaciones de escritores cubanos, bastante cansados de centros utópicos, bastante ahítos de mitos, de futuros luminosos, siempre postergados, siempre inalcanzables.

Su vitalidad creadora y su valentía intelectual lo han transformado en un verdadero mito insular. Un escritor al que se le negó su cubanía (Vitier, Baquero), al que se le trató de secuestrar su propia naturaleza de creador por el siniestro dogmatismo y estalinismo tropical de la Revolución, al que se le humilló en vida condenándolo a una marginalidad forzosa, pudo, finalmente, por la intensidad de su percepción y por su entrega absoluta a la literatura, transfigurar su marginalidad en una fuerza creadora, defendiendo y salvaguardando su derecho a la imaginación y a su irrenunciable vocación por la escritura.

La consecuencia con sus propios límites o con los límites que le reconocía o le imponía a la realidad puede ser compartida o no, pero eso no atañe a la índole de su actitud o calidad creadoras. Un escritor no tiene que ser un moralista, no tiene que transformar la realidad, no tiene que esgrimir ningún deber ser social, no tiene, incluso, que tener razón. Un escritor sólo debe ofrecer la singularidad de su percepción, la intensidad de su extrañeza, el estilo de su mirada, la recreación de su persona, el testimonio de un renacer por la palabra. En suma, si de algo debe ser deudor es de la fidelidad a su naturaleza creadora, a su singular percepción de la realidad.

Ningún Estado puede comprometer su silencio o su soledad ni dirigir su diálogo con un público que también merece semejante respeto. Tampoco ningún Estado tiene derecho a administrar o manipular su posteridad cuando le negó en vida justamente lo más preciado: la comunicación directa con su público. La libertad de un escritor en su comunicación con el lector no puede ser coartada por ninguna ideología, por ninguna moral, por ninguna religión. Porque, a la postre, el esencial diálogo de un escritor, si lo es de veras, si es perdurable, es con la eternidad, y, las más de las veces, con un público invisible, casi siempre futuro.

Sí, la eternidad, en la que sí creía (y añoraba) Piñera. Porque él tuvo y padeció hambre física, hambre carnal, pero también hambre de eternidad. No la eternidad en la que cree un católico (que también es legítima), sino esa que es varias veces invocada en algunos de sus últimos poemas. Quería ver sus libros juntos a los de Lezama en un estante futuro (como le escribe en una carta cuando publica El conflicto). En la eternidad de la literatura, que esa era su legítima fe. Creía en la pulsión, en la intensidad de su pasión creadora, y a esa fe (equivocado o no en esto o aquello, según lo mire este o aquel, ¿qué sentido tiene —sentido creador— esta distinción en última instancia?) nunca la traicionó. De esa fe fue una fanática víctima. Como dijo María Zambrano de Kakka, Virgilio fue un mártir de su lucidez.

Por esa fe fue un sacrificado y un espíritu agónico y trágico (y también un insobornable sentimental con un delicioso sentido del humor). Acaso eso admiró en él María Zambrano. Acaso eso impresionó a Gombrowicz, o al mismo Juan Goytisolo. Y esa fe fue la que trasmitió a los jóvenes escritores que lo frecuentaron en su intimidad (Antón Arrufat, Abilio Estévez, por ejemplo), o a los que lo leyeron con posterioridad (Antonio José Ponte, Víctor Fowler, Damaris Calderón, por ejemplo), en fin, o a cualquiera de nosotros, sus presentes o futuros lectores.

Parafraseando una frase de Fina García Marruz sobre el poeta suicida Raúl Hernández Novás: Sí, él fue otra vez Casal… Fue también, como Lorenzo García Vega, un poeta del reverso, que indagó en las zonas más oscuras de la realidad, que no son otras que las de nuestra mente.

Los Estados pasan, no las personas

Ahora, con esta revista Repúblicade las Letras (gracias a Andrés Sorel, a Antón Arrufat, a Juan Goytisolo), tiene el lector la oportunidad de apreciar una importante lección: ni la crítica más excluyente o incomprensiva, ni el Estado más absoluto, ni los dogmas más aparentemente omnipotentes, pueden acallar la voz de un verdadero creador. Esos Estados (o esos imperios) pasan, pero no el testimonio de una persona, pero no la palabra, pero no el ansia de libertad ni la fe en la imaginación de un escritor. Claro que esos Estados pueden ensombrecer su vida, sobre todo esa que Virgilio hubiera querido disfrutar con tanta fruición, pero no pueden nada contra la otra, la verdadera vida de un verdadero creador, como ha sido el caso también de Reinaldo Arenas, y de tantos otros.

Tal vez con esa convicción le escribió a Lezama en su poema "Bueno, digamos":

"Ahora, callados por un rato, oímos ciudades deshechas en polvo, / arder en pavesas insignes manuscritos, / y el lento, cotidiano gotear del odio. Mas, es sólo una pausa en nuestro devenir. / Pronto nos pondremos a conversar. / No encima de las ruinas, sino del recuerdo, / porque fíjate: son ingrávidos / y nosotros ahora empezamos".

© cubaencuentro

17 Comentarios


17 by Luife Galeano (Usuario no autenticado) 14/11/2009 11:20

Curioso que quienes presentan esta biografía sean los esbirros de entonces que denostaron y echaron pa'lante al amigo Virgilio. Otrosí, que suplementen el panegírico convictos y confesos del régimen y no hayan dado, como es costumbre y habitual, pábulo a los disidentes de un régimen de pensamiento único y represor. Pero así se escribe la historia, la suerte es que existimos hombres que no dejamos que la tergiversen.

16 by Gabriel Gallego L. (Usuario no autenticado) 06/11/2009 8:20

Es Piñera sin dudas la realidad poetica de una epoca oculta, pero viva. Gracias a su discipulo Arrufat, aunque este lo niegue .... tenemos a bien tenerlo siempre entre nosotros. Ojala inviten a Anton Arrufat a comentarnos de sus vivencias en esa epoca, no tan distante a estos sueños de libertad total.

15 by Genialidad Suigeneris. (Usuario no autenticado) 04/11/2009 14:20

Virgilio era extremadamente inteligente. Esta cualidad innata, combinada con su agudo sentido del humor, fue y sigue siendo un arma letal para la tirania castrista. La familia despotica en el poder muy bien lo sabia. Esta combinacion de caracetristica se ha repetido en el tiempo con muchos intelectuales, pero sin lugar a dudas, Virgilio fue uno de los mas explicitos al mostrar sus explosivos dones.

14 by janczeck (Usuario no autenticado) 04/11/2009 8:20

La primera vez que lo vi fue en la sala Hubert de Blank discutiendo un ensayo sobre la obra Marat Sade y me dejo en shock era una lumbrera y no se escondia para decir lo que sentia,dentro de todos los escritores cubanos que he tenido la dicha de conocer Virgilio era el mas temido tenia una lengua que era una saeta y te hacia explotar de la risa por que la mayor parte del tiempo siempre salia con algo muy original muy suyo.

13 by Baltasar Santiago Martin (Usuario no autenticado) 04/11/2009 8:20

Virgilio Piñera, el dramaturgo cubano precursor del “teatro del absurdo”, y que absurdamente fue tan discriminado en vida por el Castrismo debido a su evidente Eva interior.

12 by Teresa Cruz (Usuario no autenticado) 04/11/2009 8:20

Armando Lopez si conoce mucho de los vericuetos de ese anecdotario-todavia por conocer-de la infamia. Gracias por compartir con nosotros, la ironia de Pinnera.

11 by CHUNCHA (Usuario no autenticado) 04/11/2009 8:20

La CUrTURA no tiene momento fijo!!!!! jajajajajjajajajaja

10 by etrenamente Virgilio (Usuario no autenticado) 04/11/2009 8:20

Existe un libro sobre Virgilio escrito por un muchacho(hoy debe estar por los cuarentaitantos)Que se llama Roberto Uría que es excelente. Creo que cogió un premio a fianles de los 80' en Cuba. Virgilio Piñera, Lezama, Martí, Ortíz, Lidia Cabrera, Reinaldo Arenas, Cabrera Infante,Que escritores excelentes!!! Me siento orgullosa de mi cultura.

9 by Armando López (Usuario no autenticado) 03/11/2009 23:00

Se celebraba en grande el cumpleaños de Alejo Carpentier. Toda la prensa exponía artículos laudatorios del autor del Siglo de las Luces. De la Unesco, en París, a las revolucionarias Casa de las Américas y la sede de la UNEAC, el novelista que arrastraba las R, afrancesadamente, recibía homenajes oficiales. Mientras, a las 7.00 AM, en la calle O, casi esquina La Rampa, agachado, casuelita en mano, frente a la puerta de la cafetería Marakas, Virgilio Piñera hacía la cola para una mesa para el almuerzo (habría arroz con salchichas). En la tarde, Virgilio jugaría canastas en el apartamento De Yuya, el gran amor de Enrique Santiesteban (en el retiro Médico) y después caminaría hasta N y 27, donde vivía, puerta con puerta, con Rodríguez Feo. En ese tramo, me tropecé a Virgilio con su cazuelita. Como uno de sus absurdos personajes, me preguntó: ¿Tú crees que a Alejo, le guste el arroz con salchichas?

8 by Carlton Solomon (Usuario no autenticado) 03/11/2009 23:00

Cuando escribes que ningun estado puede manipular o administrar su posteridad, me parece que eso es precisamente lo que se esta haciendo, al menos al base de los nombres que mencionas como coloboradores a este numero de Republica de las Letras, quizas hay muchos otros. Los nombres que veo no parecen ser personas que hubieran sido vedados por el gobierno cubano. Por poner un ejemplo, hubiera sido interesante una entrevista con Miriam Gomez acerca de la amistad entre ella, Cabrera Infante y VP.O uno de los escritos de Reinaldo Arenas acerca de VP. La idea atras de esta compilacion-vuelvo a repetir, al menos acerca de lo que veo en este articulo-es que el gobierno cubano reconoce que se "equivocaron"-no cometer un crimen, solo equivocarse, como lo hicieron en el caso de A. Arrufat, y como ejemplo pueden decir que han vuelto a estrenar Siete contra Tebas. A mi me parece que todo esto si es manipulacion del gobierno cubano. Al fin y al cabo, no contara por mucho, por que los otros comentaristas tienen razon cuando dicen que VP es para siempre.

7 by oscar canosa (Usuario no autenticado) 03/11/2009 22:40

Hay que ser "fiel de principio" para -o.

6 by Y dijo Arenas.... (Usuario no autenticado) 03/11/2009 22:40

El arte y la cultura están en un ámbito donde no alcanza la mediocridad de las dictaduras.....¡¡¡Que vivan todos los hombres diferentes que hacen vibrar el pensamiento libre!!!!!...

5 by cubano en méxico (Usuario no autenticado) 03/11/2009 17:40

Para conseguir la revista, cómo?. Siempre habrá Virgilio para rato, desentrañar sus textos como su vida es tarea de choque para el pensamiento cubano. Que alguien me ayude a encontrar el camino de la revista, vivo en la ciudad de México

4 by Enrique Guzmán Karell (Usuario no autenticado) 03/11/2009 17:40

Felicidades al autor y a Cubaencuentro, Saludos

3 by fierce and (Usuario no autenticado) 03/11/2009 17:40

Era el mejor de todos ellos y era ademas el mejor escritor de todos ellos. Que chiquiticos deben sentirse!

2 by UMAP IN MEMORIAN (Usuario no autenticado) 03/11/2009 13:20

Excelente artículo. Virgilio y Lezama están por encima de toda esta parafernalia oficial. Mas bien, dirán : "el tiempo nos restituye del ostracismo al que fuimos sometidos. ¿Quien iba a imaginar que nuestro verdugo sería quien nos legitimaría?...... "Del inmovilismo, hemos pasado a la posteridad, perpetuándonos con nuestras obras".....; etc, etc, etc,..... y así hasta el infinito irreductible. Se merecen ésto y mucho más. Saludos.

1 by Patricio Huerta (Usuario no autenticado) 03/11/2009 13:20

¡Muy interesante ¡ Objetivo y mesurado análisis, ya que el propio Virgilio se negó a que lo utilizaran "como bandera" como él mismo decía. Sin duda su obra renacerá por su grandeza potencial.

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