El domingo 29 de mayo la alcaldía de la Ciudad de México —bajo la dirección de su Secretaría de Cultura— organizó un evento singular, “México a Leer”, en el que algunos escritores locales (José Gordon, Sealtiel Alatriste, Enrique Rentería, Edmée Pardo, Fausto Alzati, Felipe Garrido…) presentaron sus obras y leyeron poemas de escritores consagrados de la literatura mexicana (Octavio Paz, Jaime Sabines, Ramón López Velarde…). El escritor cubano, Eliseo Alberto —radicado en México desde el año 1991—, fue invitado de honor en esta actividad cuyo objetivo principal, la promoción de la lectura, se ha convertido en tarea apremiante de las autoridades culturales de México.

Ante un público curioso, nuestro Premio Alfaguara (1998) disertó sobre la amistad, el amor y la relación que tuvo con su madre Bella García Marruz. “Lo más valioso de este mundo es el amor, los amigos y los recuerdos; son los recursos de los cuales se nutren mis libros”, expresó emocionado el autor de Informe contra mí mismo.

El implacable sol del domingo no fue impedimento para que miles de capitalinos abarrotaran la plazoleta del Monumento a la Revolución —ubicado en los alrededores del centro histórico de la capital mexicana—, en busca de sus autores preferidos. Eliseo Alberto, en la sala Maestros de la Literatura, repasó fragmentos de su novela Esther en alguna parte: “Lino Catalá quería tanto a Maruja Sánchez que le gustaba verla envejecer”, leía y una pareja de muchachos se enlazó en un beso de complicidades interminables. El bolero filin cabalgando por la estancia cuando el autor de Dos Cubas libres: nadie quiere más a Cuba que yo modulaba los acordes de Perdóname conciencia, querida amiga mía… Lino y Larry, compinches, subrayaron el gesto de la amistad a primera vista. La nata del amor rebosaba las soledades y Adrúsbal, con Anabelle en su regazo, danzó en la espiral del cielo. La palabra clemencia en clamor de sueños, mientras Beto Milanés huía de la muerte. La vida alcanza a pedacitos de cariño, decía Lichi, y una muchacha despeinaba los azoros.

Los mexicanos se mostraron entusiasmos por la obra de nuestro escritor: algunos traían ejemplares en busca del testimonio de su firma. Un asistente pidió al narrador habanero un comentario sobre La eternidad por fin comienza un lunes —novela publicada en este país en 1992 que los lectores mexicanos citan con afecto desbordado—: “El circo es el mundo de la libertad. Adrúsbal ama a Anabelle en los espacios de la emancipación. Escribí una novela de amor ambientada en el mejor de los escenarios posibles: el circo con todas sus manías y ardores”, precisó Eliseo Alberto.

El único escritor no mexicano invitado a este programa. Reconocimiento de la comunidad cultural mexicana a uno de nuestros prosistas más representativo del exilio.

Como la cuestión era promover la lectura, ante la pregunta de la importancia de leer por parte de la audiencia, el autor de Caracol Beach respondió, enfático: “La única manera de arrancarse de la piel todo rastro de miedo es leyendo”.

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