En lo que va de año se han reportado en Cuba 307 incendios forestales, la mayoría ocasionados por negligencia humana, en los cuales resultaron afectadas 7.573 hectáreas de bosques, reportó la AP.

Aunque la temporada seca comenzó en noviembre, es a partir de febrero cuando la ausencia de precipitaciones convierte a los bosques de la Isla en un escenario ideal para el fuego, dijo al diario oficial Granma Raúl González, uno de le jefes del departamento de Guardabosques.

La etapa más peligrosa finaliza en mayo, con los primeros aguaceros.

Según el funcionario, la principal causa de los incendios ha sido la acción humana. El 90% de los fuegos tuvieron como inicio una colilla, fogatas mal apagadas o chispas desprendidas por automóviles.

Desde finales de 2008 se pronosticó el registro de incendios, debido a que en las zonas boscosas había mucho material combustible, conformado por troncos, ramas y hojas derribados por la fuerza de los vientos de los huracanes Gustav, Ike y Paloma.

También se previeron dificultades para el combate, debido a que los mismo árboles caídos obstruían buena parte —el 85%, según cálculos de González— de los llamados caminos forestales, por donde los guardabosques y bomberos suelen combatir los incendios.

Para contrarrestar el mal pronóstico, las autoridades enviaron este año observadores adicionales a las zonas rurales y contaron con el apoyo de expertos del Instituto de Meteorología en la creación de un sistema de alerta temprana.

Como resultado, se logró controlar a tiempo más de la mitad de los incidentes, con afectaciones inferiores a las cinco hectáreas.

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