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Economía, Mariel, Cambios

Un inglés al frente del Mariel

La apuesta de la terminal de contenedores del puerto del Mariel es tan importante para el gobierno de La Habana que ha preferido no dejarla en manos de ningún cubano

Hay gestos que valen su peso en oro. Cuando el invicto comandante en jefe se enfermó de verdad, ¿entre las manos de quien puso su vida? ¿Escogió acaso un galeno salido de alguna de las numerosas escuelas de medicina con las que cuenta la Isla? No, por supuesto que no. Para aquellos que lo han olvidado fue el doctor José Luis García Sabrido, cirujano jefe del hospital madrileño Gregorio Marañón quien le salvó.

Así pues, como el castrismo no tiene quien lo arregle, en 2012, una vez finalizados los trabajos del Puerto del Mariel y su zona especial de inversiones, Raúl Castro tampoco confió en ningún cubano para que gestionara las complejas operaciones logísticas que reclamaba el faraónico proyecto, financiado como sabemos por capitales y sustanciales créditos brasileños.

Ha sido uno de los mejores especialistas del ramo, reconocido internacionalmente, el encargado de hacerlo triunfar: el inglés Charles Baker.

De todas maneras el general no tenía muchas opciones, Lula en persona autorizó el proyecto con la condición de que su dirección recayera en las manos de un hombre de confianza de Odebrecht.

Nacido en Inglaterra, Baker realizó estudios secundarios en el Orwell high school institute, en Suffolk. Luego ingresó en diferentes escuelas de comercio, en Inglaterra y en Holanda, en las que obtuvo un diploma de administrador de empresas.

De regreso a su país obtuvo un puesto como empleado de importación-exportación en la empresa Canpac Maritime Agencies Ltd., donde aprendió los entresijos del oficio, entre cuyas funciones se encuentra la de seguir paso a paso todo el proceso de la transportación de cargas hasta llegar al cliente final.

Apasionado de puertos y transportes marítimos y muy ambicioso, Baker continúa dos años más su especialización esta vez en la prestigiosa “K” Line, como encargado de exportaciones de la naviera.

Toda esta experiencia acumulada le sirvió para ocuparse durante cuatro años del día a día de la gestión operativa y de la planificación de cargas en el puerto inglés de Felixstowe, teniendo bajo su mando a un equipo de 15 planificadores.

Más adelante, siguió profundizando sus conocimiento en los sistemas automatizados de gestión, en los puertos de Thamesport y Hutchison. Este último, tiene desde hace siglos negocios con diferentes países iberoamericanos, entre los que se encuentra Brasil.

Fue precisamente en Sao Paulo donde nuestro ambicioso inglés estableció los contactos con las autoridades portuarias y políticas que le convertirían más tarde en el hombre fuerte de la constructora Norberto Odebrecht en La Habana. El grupo brasileño ejecuta proyectos en los segmentos de transporte y logística, energía, saneamiento, desarrollo urbano y edificaciones de uso público y corporativo en América y en España.

Dos años después Baker regresó a Europa, para ocuparse de la dirección comercial del puerto de Cataluña. A estas alturas, sus competencias son ampliamente reconocidas en el mundo del transporte marítimo y es por ello contratado por APM Terminals Management B.V, en los Países Bajos, donde atendió el crecimiento y desarrollo global de la compañía que se relaciona con clientes de alto nivel en 53 terminales portuarias en el mundo entero.

De vuelta a España, integró el consejo de Administración de Noatum, una empresa multinacional creada por Dragados Servicios Portuarios y Logísticos S.L. (DSPL), el operador líder en terminales marítimas e intermodales en España. Con veinte años de experiencia a sus espaldas, Baker se convirtió en consultor independiente.

En noviembre de 2012, como parte de los acuerdo de explotación, Odebrecht lo propone al Gobierno cubano para dirigir la terminal de aguas profundas del Mariel. El éxito de su gestión se confirma con los nuevos contratos firmados esta semana por Holanda y la semana pasada por Terry McAuliffe, el gobernador de Virginia, Estados Unidos.

© cubaencuentro

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