Represión preventiva, Alzamientos, Apagones

La charada de los apagones

La Seguridad del Estado ha movilizado a sus efectivos para que detecten donde los apagones pueden provocar un alzamiento e intentar conjurarlo, a costa de sacrificar a quienes menos protestan

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El tardocastrismo ha implantado una tirada de Bolita para apagones, basada en los partes diarios de la Contrainteligencia sobre el estado sociopolítico de las poblaciones cubanas; allí donde son más probables las protestas populares, el gobierno evita privarlas de luz y viceversa.

Los opositores políticos y la delincuencia común han pasado a un segundo plano; ahora la batalla se libra en el tendido eléctrico y la Seguridad del Estado ha movilizado a sus efectivos para que detecten donde los apagones pueden provocar un alzamiento e intentar conjurarlo, a costa de sacrificar a los que menos protestan o a los silentes.

El problema real es la falta de generación eléctrica, las termoeléctricas están al borde del colapso y los grupos electrógenos consumen demasiado combustible, como para sostener su alimentación y el régimen no ha tenido otra alternativa que remendar, sobreexplotar generadores, reprimir y rezar.

Recientemente, tras fallecer un niño de cuatro años en Aguada de Pasajeros debido a la Fiebre de Oropuche, sus padres tuvieron que apelar a las autoridades municipales para que gestionaran el restablecimiento de la electricidad al circuito 43, que alimenta a la funeraria local.

Como complemento a la charada eléctrica, el ejército ha desplegado parte de sus unidades en los territorios más calientes por los apagones kilométricos y en aquellas zonas de menor conflictividad, ha organizado turnos de vigilancia con escuadras de militares en activo y jubilados.

La excusa oficial para la represión preventiva describe que están cuidando objetivos económicos comercios y otras instalaciones susceptibles de la ira popular, pero realmente buscan contener otro 11J; aunque el tardocastrismo siga acusando a la CIA y a exiliados de la falta de pescado, medicinas, agua potable y luz; entre otros déficits, para negar lo evidente que es la falta de libertad y la urgencia de avanzar a una reforma política que reconozca la pluralidad.

El riesgo de mandar soldados a sofocar incendios ciudadanos es que los uniformados, incluidos sus jefes directos están pasando las de Caín en sus casas y unidades; mientras miran al Estado Mayor General del FARINT (mezcla de las FAR y el MININT) y a GAESA y comprueban que unos privilegiados son menos iguales que ellos y el resto de los cubanos.

La dictadura más vieja de Occidente pretende seguir machacando a la mayoría de los cubanos con un solo partido, un solo discurso y periódico y —cuando el mundo pide gestos— responden que se adapte el orbe de 5G al paso de buey cansado de la casta verde oliva y enguayaberada.

Los gobernantes viven de sobresalto en sobresalto

Por tanto absurdo, los gobernantes viven de sobresalto en sobresalto, por bajadas de catao y quemazón de transformadores, pero son ellos quienes mejor conocen el estado de destrucción de la matriz eléctrica cubana, desde que el extinto mandatario Fidel Castro Ruz ordenó el uso del pesado crudo nacional para generar electricidad, sin tener en cuenta las recomendaciones de expertos nacionales y extranjeros.

La mágica solución del electricista en jefe fue apelar a los llamados grupos electrógenos, caros, altos consumidores de combustible y sobrepasados en sus horas de explotación, como viene ocurriendo desde hace años con las termoeléctricas, columna vertebral del desvencijado Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

Los cubanos empobrecidos por el comunismo de compadres han sido forzados a establecer una relación casi familiar con las centrales generadoras, a las que llaman por su nombre coloquial, y a identificar a que zona y/o circuito pertenece su hogar, para adivinar a qué hora se irá y cuándo volverá la luz.

La crisis cubana no es novedad, años ha, un ingenioso artista popular instaló sendos carteles en su visitado Jardín de los afectos, en la zona 10 de Alamar: “Nuestro mejor disparo ¡PAN”! y “Nuestro mejor vino, vino la LUZ”.


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