Chile

Cambios y confianzas

Michelle Bachelet asume la presidencia y anuncia 36 medidas para cumplir en los primeros cien días de gobierno.

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Chile: país que avanza

Más allá de las anécdotas protagonizadas por el presidente boliviano Evo Morales, su homólogo de Venezuela, Hugo Chávez, y la secretaria de Relaciones Exteriores norteamericana, Condoleezza Rice, en las horas previas o en las del cambio presidencial, fue el acto que los congregaba el que se mantuvo en sitio principal de la noticia.

En este último punto, mencionó la prensa la breve entrevista que sostuvieron la nueva mandataria y el vicepresidente cubano Carlos Lage, jefe de la delegación cubana al acto. La delegación la integraron el canciller Felipe Pérez Roque y el recientemente designado embajador en Santiago de Chile, Girardo Mazola, entre otros. Lage dijo a la flamante mandataria que Fidel Castro visitará el país en otra ocasión, pues tiene mucho trabajo en Cuba. En respuesta a una pregunta sobre la salud del gobernante isleño, subrayó que éste vivirá 120 años.

Políticamente hablando, Bachelet cumplió su primera gran promesa. Anunció un gabinete equilibrado de hombres y mujeres, que ya está jurado sin grandes objeciones de unos y otros. Conformó un equipo donde se dan la mano la experiencia y la gente joven, y sin bajar la cabeza a lo que acá en política se llama "cuoteo", es decir, la porción de poder que cada partido de la concertación gobernante cree merecer por su victoria.

Las 36 medidas para cumplir en los primeros cien días de su gobierno incluyen incrementos salariales, mejoramiento en la previsión social, mejora en el empleo y la educación, así como la democratización del acceso al Congreso, que discrimina a la izquierda tradicional. Aspira además a lograr un país que avance de manera descentralizada, sin el predominio en tal sentido de las grandes urbes, dijo en su primer discurso luego de la investidura.

La responsabilidad es mucha, sin duda, pero el nuevo gobierno tiene a su favor la mayoría en el Senado y la Cámara. Estas mayorías serán de gran apoyo, pero si aun con ellas no cumple, la oposición hará responsables del fracaso a ambos, a la concertación y a Bachelet.

Pero no son tales pensamientos los que ocupan hoy a los chilenos. Eso vendrá después. Más tarde llegarán las evaluaciones, la meditación que celebre, critique o matice. Lo que ahora se percibe es la confianza popular sobre lo que está ocurriendo en la patria de Bernardo O'Higgins.


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