Cuba

Fidel se describe como un rebelde en su autobiografía

Dice que era excelente atleta y aficionado a las armas desde pequeño. Sin embargo, no revela detalles de su vida amorosa

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A una semana de cumplir 84 años, el líder cubano Fidel Castro se describió en su primera autobiografía como un rebelde desde siempre, que de niño no dudó en lanzarle un pan con mantequilla a un profesor hasta encabezar una revolución en pie desde hace medio siglo frente a Estados Unidos.

Castro relata pasajes de su niñez y juventud para explicar cómo se convirtió en guerrillero y revolucionario en el capítulo publicado en el sitio Cubadebate.cu e incluido en el primer libro de sus memorias La victoria estratégica, aún no puesto a la venta.

En 6.500 palabras narra episodios que van desde sus primeros años en su pueblo natal de Birán (este), su paso por escuelas de órdenes religiosas ―sobre todo jesuitas― en Santiago de Cuba y en la capital, hasta sus estudios de Derecho en la Universidad de La Habana, donde inició su intensa vida política.

“No nací político, aunque desde muy niño observé hechos que, grabados en mi mente, me ayudaron a comprender las realidades del mundo”, escribió Castro, quien está notablemente recuperado de una enfermedad que lo tuvo al borde de la muerte y lo alejó del poder hace cuatro años.

Cuenta que por primera vez se rebeló “de manera consciente” cuando pasaba hambre en la casa de una maestra adonde sus padres lo enviaron antes de ir a la escuela, y cómo siendo escolar de 11 años tiró un pan con mantequilla a un religioso que lo había golpeado.

Fidel Castro junto a niños campesinos en la Sierra Maestra en 1958Foto

Fidel Castro junto a niños campesinos en la Sierra Maestra en 1958.

Un campesino le corta el cabello a Fidel Castro en El Naranjo en la Sierra Maestra, en 1958Foto

Un campesino le corta el cabello a Fidel Castro en El Naranjo en la Sierra Maestra, en 1958.

Fidel Castro (centro) en la Sierra Maestra en 1958, junto a las guerrilleras Celia Sánchez (izquierda) y Haydée SantamaríaFoto

Fidel Castro (centro) en la Sierra Maestra en 1958, junto a las guerrilleras Celia Sánchez (izquierda) y Haydée Santamaría.

“Su autoridad y sus métodos abusivos quedaron muy desprestigiados”, rememora Castro, quien define a una madre, Lina Ruz, protectora, y a un padre, Angel Castro, tolerante.

De niño, recuerda además, envió “con admiración” una carta al entonces presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt”, y recibió un “acuse de recibo” de la embajada.

Dice que era bueno en Gramática, pero mejor en Matemática, excelente atleta y aficionado a las armas desde pequeño; pero no revela detalles de su vida amorosa, sólo un breve apunte de cuando lloró en una playa junto a una novia porque grupos rivales le negaban entrar a la Universidad y debió enfrentarlos con su “carácter rebelde”.

Fidel Castro en la Sierra Maestra en 1958Foto

Fidel Castro en la Sierra Maestra en 1958.

“Sabía que el enemigo había llegado al límite de su tolerancia. En mi mente quijotesca no cabía otra alternativa que desafiar la amenaza. Podía obtener un arma, y la llevaría conmigo”, acotó Castro, quien dijo haber tenido de joven un “espíritu competitivo”, de “autosuficiencia” y “vanidad” propio de la generación.

Se describe como uno de los pocos que soñaron la revolución en una época en que “el poder del imperio” crecía, pero ―anotó― fue la mezcla de “ideas, hechos y sacrificios de muchas personas” lo que hizo “una revolución social que ha resistido con honor más de 50 años de agresiones y el bloqueo de los Estados Unidos”.

Personaje de la segunda mitad del siglo XX, Castro, relevado en el gobierno por su hermano Raúl, aunque conserva su poderoso cargo de Secretario General del Partido Comunista, dice guardar “imborrablemente” en su mente las circunstancias que lo llevaron a la lucha guerrillera.

Fidel Castro montado a caballo atraviesa un río en la Sierra Maestra en 1958Foto

Fidel Castro montado a caballo atraviesa un río en la Sierra Maestra en 1958.

“No deja de ser satisfactorio para mí recordarlas, porque de otra forma no me explicaría por qué llegué a las convicciones que al fin y al cabo determinaron el curso de mi existencia”, afirmó.

En las agrestes montañas de la Sierra Maestra, al frente de un ejército de 300 hombres derrotó una ofensiva de 10.000 soldados del dictador Fulgencio Batista, una victoria que determinó el curso de la guerra y el triunfo de la revolución, subrayó.

Esa “gloriosa gesta” ―destaca― motivó el primer volumen de sus memorias, de 896 páginas, con fotos, mapas y documentos, presentado el pasado lunes ante sus antiguos compañeros de armas.

Y anunció que tiene en preparación una segunda parte del libro, sobre la ofensiva final del Ejército Rebelde, que lo llevó al poder el 1 de enero de 1959.

 

Extractos de la autobiografía de Fidel Castro

La primera autobiografía del líder cubano Fidel Castro, incluida en el libro La victoria estratégica, de próxima circulación, salió al público el jueves en el sitio digital Cubadebate.cu.

En 6.500 palabras, Castro se dibuja a rápidos trazos como un rebelde de cuna que se hizo a sí mismo como revolucionario, resume su infancia y juventud, y hechos que lo llevaron a empuñar las armas para derrocar a la dictadura de Fulgencio Batista en 1959.

Frases principales del texto:

"No nací político, aunque desde muy niño observé hechos que, grabados en mi mente, me ayudaron a comprender las realidades del mundo".

"Debo decir que yo era mejor en Matemática que en Gramática. La encontraba más lógica, más exacta. Estudié Derecho porque discutía mucho, y todos afirmaban que yo iba a ser abogado. No tuve orientación vocacional".

"Unos pocos hombres fuimos capaces de soñarla (la revolución), pero nadie podría atribuirse méritos individuales en una proeza que fue mezcla de ideas, hechos y sacrificios de muchas personas. Con esos ingredientes se pudo conquistar la independencia plena de Cuba, y una revolución social que ha resistido con honor más de 50 años de agresiones y el bloqueo de los Estados Unidos".

"Conocí el hambre creyendo que era apetito, con la punta de uno de los dientes del pequeño tenedor pescaba el último granito de arroz, y con hilo de coser arreglaba mis propios zapatos".

"Yo estaba harto de aquella casa (adonde sus padres lo enviaron antes de ir a la escuela) y me rebelé de manera consciente por primera vez en mi vida; rehusé comer algunos vegetales desabridos que a veces me imponían y rompí todas las normas de educación formal".

"Tan insoportable se volvió mi rebelión que me enviaron de cabeza como interno a la escuela".

"Un pan con mantequilla que llevaba en la mano (...) se lo lancé al rostro al inspector, y luego lo embestí con manos y pies de tal forma, delante de los alumnos internos y externos, que su autoridad y sus métodos abusivos quedaron muy desprestigiados. Fue un hecho que se recordó en esa escuela durante bastante tiempo".

"He contado alguna vez que, al día siguiente, un domingo, me fui a una playa con la novia, y acostado boca abajo lloré porque estaba decidido a desafiar aquella prohibición, y comprendía lo que ello significaba. Sabía que el enemigo (en la Universidad) había llegado al límite de su tolerancia. En mi mente quijotesca no cabía otra alternativa que desafiar la amenaza. Podía obtener un arma, y la llevaría conmigo".

"(...) pudo más en mí el espíritu competitivo y quizás la autosuficiencia y la vanidad que suele acompañar a muchos jóvenes, aún en nuestra época".

"Pienso que Franklin Delano Roosevelt (...) no era capaz de ordenar el asesinato de un adversario (...) es muy probable que no hubiese lanzado las bombas atómicas contra dos ciudades indefensas de Japón ni desatado la Guerra Fría, dos hechos absolutamente innecesarios y torpes".


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