Abren tiendas de herramientas y productos para agricultores

Cuba empezó a abrir tiendas donde por primera vez los agricultores pueden comprar insumos y herramientas libremente, otro paso del Gobierno comunista para revitalizar su modelo agrícola fuertemente centralizado, dijeron productores.

Las reformas introducidas por el presidente Raúl Castro, que reemplazó en el 2008 a su hermano Fidel Castro en el poder, preparan el terreno para terminar con un sistema estatal de asignación de insumos en un intento por elevar la producción de alimentos y reducir importaciones, según dijo un funcionario.

Raúl Castro, que recientemente abrió la puerta a más iniciativa privada en el sector minorista y la pequeña manufactura, ha convertido la seguridad alimentaria en el eje de sus prudentes esfuerzos para resucitar la producción en la estancada y deprimida economía de Cuba.

Cuba, duramente golpeada por la crisis económica global y por varios huracanes en el 2008, importa un 60 por ciento de sus alimentos. Eso representa un enorme peso para su economía, en momentos en que cae la producción de productos exportables como el azúcar, el café y los cítricos.

Agricultores en el interior de Cuba dijeron que las ventas directas de insumos eran sólo el comienzo.

“Según los dirigentes aspiran a llegar a unas 80 ofertas y de cosas más importantes, pero por ahora hay solamente ocho o 10 productos”, dijo Alberto, un campesino en la provincia central de Camagüey que compró dos machetes y una piedra de afilar.

Las tiendas, que actualmente ofrecen picos, palas, azadas, machetes, ropa de trabajo y guantes, no tienen nada que ver con una ferretería de barrio en muchos países, reflejando la escasa capacidad de producción de Cuba y su falta de divisas para importar materiales.

“De todas maneras, lo importante es que ya comenzaron. Yo espero que poco a poco, según se vaya produciendo o comprando en el exterior lo que se necesita, se puedan adquirir los productos y equipos que son imprescindibles para poder trabajar”, añadió Alberto, que prefirió no dar su nombre completo.

En el sistema fuertemente centralizado de la agricultura de Cuba, las autoridades determinan las cosechas o el tipo de ganado que deben criar los campesinos. Los productos son comprados por el Gobierno a precios fijos a cambio de insumos.

Los agricultores y consumidores se quejan de que el sistema anquilosado a veces lleva a que se pudran las cosechas y deja a los productores sin insumos como piensos, pesticidas y fertilizantes.

Algunos economistas cubanos dicen que el monopolio del Estado sobre los insumos agrícolas limita la producción, porque no premia a los mejores productores ni penaliza a los de menor rendimiento.

Los expertos han pedido la introducción de más mecanismos de mercado que ofrezcan un acceso más fluido de los productores a los insumos y faciliten la distribución.

El presidente Castro abrió tiendas donde los campesinos pueden comprar artículos rudimentarios e insumos utilizando cupones emitidos por el Estado, que reciben a cambio de sus cosechas. Esos comercios serían al parecer reemplazados por las nuevas tiendas, donde cualquiera podrá comprar usando la moneda local.

“Yo fui buscando alambre para cercas, pero me informaron que eso por ahora está solamente en la tienda de los puntos (o cupones) y a mí no me alcanzan para comprar lo que necesito”, dijo Roberto, un campesino en la provincia oriental de Holguín.

Castro ha subido los precios que el Estado paga por los productos agrícolas, entregó tierras ociosas en usufructo a los campesinos, descentralizó la toma de decisiones y permitió a los productores vender una pequeña parte de sus cosechas directamente a los consumidores, aunque por lo general a valores fijos.

El ministro de Economía, Marino Murillo, anunció en mayo que el Gobierno había aprobado un plan de 5 años para modernizar la economía y “organizar la creación en la mayoría de los municipios del país de un mercado de insumos donde los productores puedan adquirir de manera directa los recursos necesarios para la producción agropecuaria, sustituyendo el actual mecanismo de asignación centralizada”.

Los campesinos propietarios de sus tierras y las cooperativas privadas son el principal sector privado en la nación de Gobierno comunista, donde el Estado controla la mayor parte de la economía.

Esos 500.000 campesinos, responsables del 70 por ciento de la producción, aunque tienen apenas el 41 por ciento de la tierra arable, han presionado por mayor libertad para vender sus cosechas y obtener insumos.

El estado controla el 60 por ciento de las tierras en Cuba, pero las granjas y cooperativas estatales producen apenas un 30 por ciento de la comida cosechada en la Isla.

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