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Economía

Oppenheimer y la charada

Irlanda, Chile, República Checa, China: ¿Hay esperanzas de que Iberoamérica siga dichos ejemplos para sacar de la pobreza a una parte de sus ciudadanos?

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Y, aunque Oppenheimer afirma que no está convencido de que no hubo fraude en el referendo sobre el mandato chavista, en agosto de 2004, de su prolijo análisis se puede concluir que la victoria de Chávez fue una combinación de petro-populismo, una pésima campaña de la oposición, intimidación gubernamental y de trampas en el proceso electoral, que mucho limitaron el acceso de los opositores que querían votar.

Desde que en 2003 el hoy presidente del gobierno español Rodríguez Zapatero —entonces en la oposición— permaneció sentado al paso de la bandera estadounidense en el desfile del 12 de Octubre, la majadería ha devenido plaga que afecta a alguna parte de la dirigencia iberoamericana.

Kirchner, por ejemplo, ha incumplido citas con Putin y con los presidentes de China, Vietnam y Sudáfrica. Chávez ha utilizado su mejor arrabal para denostar a Bush y a Rice. Esto, dirigido al área más inculta de la población, necesariamente sume en la irrelevancia a los mandatarios que lo practican. Las buenas relaciones, que casi siempre desaguan en un aumento de la inversión extranjera, están basadas en respeto y buenos modales.

Más allá del ombligo

El tema no es nuevo: cómo, y por qué, algunos países pobres se quedan más atrasados, mientras otros progresan. En su cuento chino Las venas abiertas de América Latina, un Galeano alegremente se despacha con el ídem que atribuye al imperialismo capitalista.

Libros más serios hay, sean La Tierra es plana, de Friedman; Cómo el comercio puede promover el desarrollo, de Stiglitz & Charlton; Los latinoamericanos y la cultura occidental, de Montaner, o el ya clásico Manual del perfecto idiota latinoamericano, de Montaner, Mendoza y Álvaro Vargas Llosa.

Pero, al buscar una respuesta en China, Irlanda, Polonia, España, República Checa, Estados Unidos y varios países iberoamericanos, Oppenheimer ha tejido una densa y original trama de entrevistas con líderes políticos y empresariales, contactos con gente común y datos económicos que en su conjunto imparten una inusual credibilidad a la obra.

¿Hay esperanza de que en un futuro Iberoamérica siga el ejemplo de Irlanda, Polonia, Chile, República Checa, Eslovenia, China, India y otros países que consiguieron dar el salto que ha sacado de la pobreza absoluta a una parte importante de sus ciudadanos?

Aunque Oppenheimer no entra en vaticinios, opina que "claro que la hay, desde que sus dirigentes dejen de mirarse al ombligo y pongan sus ojos en el exterior". Sin embargo, me temo que al extrapolar a los malcriados del presente, en un lejano 2020, sobrevivirán Chile, Brasil, México y probablemente Colombia, Panamá y Costa Rica. Del resto, ¿quién sabe?


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